OPINI脫N de Ana Cuevas Pascual.- Empezamos semana con otro caso de corrupci贸n cuyas ramificaciones se extienden a lo largo y ancho de la pen铆nsula ib茅rica. Esos casos aislados, a los que se refer铆a Rajoy hace unos d铆as, se reproducen como hongos en las duchas de un gimnasio. A煤n no nos hab铆amos repuesto del sofoc贸n de las tarjetas opacas o de la imputaci贸n de Acebes por apropiaci贸n indebida para comprar acciones de Libertad Digital cuando, la mano derecha de la lideresa Aguirre, aparece como protagonista principal de una trama corrupta m谩s propia de una rep煤blica bananera que de un estado presuntamente democr谩tico. Franciso Granados, ecce homo que aparec铆a como el hombre de confianza de Esperancita, su n煤mero dos de absoluta confianza, se enriquec铆a con un m茅todo que no nos es ajeno gracias a otros honorables bandidos que tambi茅n lo practicaban: El cobro de comisiones por la adjudicaci贸n de contratos p煤blicos. Aguirre dice sentir verg眉enza. Pero es obvio que no la suficiente para dimitir de su cargo. Rajoy se distancia dial茅cticamente (como ya lo hizo de Rato, B谩rcenas o Blesa,) denominando a los maleantes que brotan del PP como: Esa persona de la que usted me habla. O el presidente sufre amnesia severa o es que en la sede de G茅nova, pagada tambi茅n con dinero negro, am茅n de hacer desaparecer las comprometedoras pruebas inform谩ticas le dan al deleted, al m谩s puro estilo stalinista, para que desaparezcan de la foto los personajes antes alabados y ahora inc贸modos. El problema es que, de tanto borrar y dejar de pronunciar los nombres de imputados, el PP se est谩 quedando sin repuestos y Mariano, al final, solo podr谩 recitar la lista de la selecci贸n de waterpolo sin que le salpique la caquita. Acabo de leer que, haciendo una estimaci贸n a la baja de todo lo robado a la ciudadan铆a, cada familia espa帽ola podr铆a ingresar una media de 600 euros. No parece gran cosa a priori pero, si tenemos en cuenta que 1,7 millones de esas familias no perciben ning煤n sueldo ni prestaci贸n, que miles de criaturas est谩n mal alimentadas y viven situaciones de exclusi贸n y pobreza y que cientos de miles de personas han perdido su hogar con el argumento de haber vivido por encima de sus posibilidades, la indignaci贸n popular adquiere las dimensiones de una bomba at贸mica. Y todo esto mientras hablan y hablan de regeneraci贸n y transparencia. ¿No acabar铆amos antes enrejando la sede pepera con todos sus inquilinos dentro? Lo digo por evitarnos disgustos y ahorrar tr谩mites a la justicia. De cualquier forma, los mindundis como servidora no olvidamos tan f谩cil los nombres de los rateros. Esas personas a las usted no nombra, presidente, eran su guardia pretoriana, los adalides anti-corrupci贸n que iban a salvar al pa铆s de la herencia recibida. Nos toman por tontos de capirote y a la par que saquean, mienten y se ponen chulos, nos advierten que no debemos confiar en formaciones como PODEMOS porque son una versi贸n hispana de los jemeres rojos. El hombre del saco vestido del h铆per y con coleta.
¡Ay Marino! Los 煤nicos que tiran de saco, para Suiza y Andorra, son tus ahora innombrables correligionarios y alg煤n otro coco de diversos grupos pol铆ticos que tambi茅n tachan a PODEMOS de ut贸picos o bolivarianos. Visto lo visto, aventurarse a la utop铆a resulta menos est煤pido que reincidir en la distop铆a casposa y c铆nica de los ladrones conocidos. Estamos hasta los colondrios de la descastada casta de politicastros mercachifles y embusteros. Entre todos, con vuestra desverg眉enza, le est谩is haciendo gratis la mejor campa帽a a los quincemayistas. Vais a perder las elecciones contra vosotros mismos. Lo cual no carece de m茅rito frente a un pueblo resignado que soporta tales cotas de injusticia sin tomar al asalto la Moncloa. Si algo podemos agradeceros quienes so帽amos un mundo nuevo es vuestra colaboraci贸n imprescindible para sembrar el germen revolucionario. Y un 煤ltimo consejo para la c煤pula de este funesto gobierno: Antes de que no quede ni uno al que poder poner nombres y apellidos, qu茅dense mudos. Cada vez que intentan enmendarla, algunos de sus potenciales votos se pasan a PODEMOS. Yo que Pablo Iglesias, les ceder铆a la portavoc铆a de su propaganda.
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