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Desastre por atender

El caso Chaviña

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Omar Rosel. NoticiasSer.- Hace un mes y once días, exactamente, los pobladores de la localidad de Chaviña (provincia de Lucanas) fueron afectados por las aguas del río Calicanto. Este se desbordó, debido al incremento de su caudal, consecuencia de las lluvias, y arrastró consigo enormes volúmenes de tierra, piedra y desmonte. Este material habría sido removido de la cabecera de cuenca del citado río, en el 2013, por la minera Apumayo SAC (Grupo Anabi), y arrastrado ahora hasta la corriente, por las aguas de las precipitaciones.

Según cifras de la municipalidad distrital de Chaviña, el saldo del desborde del río Calicanto es de 138 personas damnificadas y 67 familias en el desamparo. A decir del alcalde de la localidad, Juan Dimas Morón, la mayoría de damnificados son ancianos y niños y, carecen de recursos para reconstruir sus casas, cuyas estructuras fueron afectadas considerablemente. Asimismo, han quedado dañadas las defensas ribereñas y tramos de la carretera, así como destruidas siete viviendas, inhabitables 29 inmuebles de material rústico y arrasadas hectáreas de tierras agrícolas.

El subgerente de Defensa Civil del gobierno regional de Ayacucho, Carlos Edwin Zevallos Soldevilla, ha dicho que, un día después del desastre, su instancia entregó al alcalde de Chaviña, 50 frazadas y 40 colchones, así como diez camas plegables, diez carpas y 30 metros de plástico. Del mismo modo, informó que el 13 de marzo fueron alcanzadas 150 frazadas más. Sin embargo, el burgomaestre de Chaviña ha asegurado que a su localidad llegó personal de Defensa Civil con 12 carpas, pero que estas estaban agujereadas, por lo que las 50 frazadas que fueron entregadas a los damnificados se mojaron y ahora están inservibles.

Edwin Zevallos afirma que hasta ahora se sigue llevando ayuda al lugar: “La semana pasada fui, porque recibí órdenes del presidente regional de apoyar con mil galones de combustible, y esta ayuda se le ha dejado al señor alcalde”, refirió. Pero el burgomaestre insiste en que actualmente la población damnificada está abandonada y que sólo hay una maquinaria trabajando, por lo que hasta el momento no se ha podido terminar los trabajos de limpieza del desmonte.


El dilema de la situación de emergencia
En las últimas semanas, el alcalde de Chaviña y representantes de organizaciones comunales y sociales de su localidad, viajaron hasta Lima y visitaron la Presidencia de Consejo de Ministros, la Presidencia del Congreso de la República, los ministerios de Vivienda y Agricultura y el INDECI. La finalidad era lograr una atención rápida para los damnificados y la declaración en Estado de Emergencia del lugar, de modo de poder recibir los fondos necesarios para su reconstrucción. Según revelaron, la municipalidad de Chaviña no tiene suficiente recursos para emprender dicha tarea, pues sólo recibe un FONCOMUN de 30 mil soles mensual.

Según el burgomaestre de Chaviña, Juan Dimas, se ha cumplido con presentar toda la documentación necesaria al gobierno regional de Ayacucho, para que éste la remita a la instancia respectiva del gobierno nacional, pero, hasta el momento, este no parece tener una idea cabal de la envergadura de los daños sufridos.

El Consejero Regional de Lucanas, Anibal Poma Sarmiento, recordó que el 11 de marzo -un día después del desastre-, el Consejo Regional de Ayacucho declaró en situación de emergencia a Chaviña, la misma que ya venció, hace unas semanas. Mientras la medida estuvo vigente, no se emprendieron acciones para remediar la situación de los afectados, ni se logró la declaratoria del Estado de Emergencia por el gobierno nacional. “Para conseguirla, la información sobre los daños debe ser remitida a la subgerencia de Defensa Civil del gobierno regional, oficina que tiene la responsabilidad de elevar un informe detallado a la Presidencia de Consejo de Ministros, para que el gobierno pueda llevar a cabo las evaluaciones pertinentes”, explica.

Al respecto, Edwin Zevallos informó que su instancia ha procedido de la forma como lo estipulan las normas y, que si aún no se ha conseguido lo que se quiere, es porque el gobierno nacional hasta el momento está esperando los informes de daños. “La municipalidad debería hacer todo ese estudio, pero el secretario técnico de Defensa Civil de esta comuna no se ha presentado ni siquiera a las capacitaciones que hemos dado, hecho que lamentamos porque, tratándose de afectados, debieron ser los primero en asistir”, explicó . Zevallos manifestó que el desastre natural que afectó a Chaviña, por sus carácterísticas, ha dejado mayores estragos que el que sucedió hace poco en el distrito limeño de Chosica y que por ello debió merecer una atención del gobierno nacional.

La presencia de la mina
Los pobladores de Chaviña indican que el inesperado incremento del caudal del río Calicanto no se experimentaba hace 20 años. Según los más antiguos, es normal el incremento del caudal de este río en tiempos de lluvia, pero, en esta oportunidad, las aguas se desbordaron por los volúmenes de tierra y desmonte que arrastró desde la cabecera de cuenca, haciéndose más peligroso. Según Dimas, este material fue removido, en el 2013, por la minera Apumayo SAC. “Pese a las denuncias y advertencias que hicimos, del peligro que generaba esta remoción de tierras, nadie nos hizo caso. Por ello, en octubre pasado, la comunidad campesina presentó documentos al Órgano de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) y a la Dirección General de Minería, pero no obtuvo respuesta alguna”, relata.

El presidente de la comunidad de Chaviña, Arturo San Miguel, confirmó que el pasado 9 de octubre, presentó un documento a la OEFA, solicitando su intervención, pues la citada minera, que opera en el anexo de Para, en sus tierras comunales, estaba almacenando, de forma irresponsable, “un número incalculable de toneladas de desechos mineros, que podía convertirse en un aluvión, en caso de una fuerte lluvia, y desaparecer el pueblo de Chaviña”. Sin embargo, nadie hizo caso a las advertencias.
El titular de la subgerencia de Defensa Civil del gobierno regional de Ayacucho coincide en señalar los trabajos de las mineras en la cabecera de cuenca, como el origen del desborde de las aguas del Calicanto, por lo que estima necesaria una investigación profunda de lo sucedido. “Debemos tener en claro que aquí hay responsables, y el señor alcalde de Chaviña tiene que proceder conforme a  las leyes que nos amparan”, reclama Zevallos.

El peligro en Chaviña aún es latente, porque, según refiere el especialista en Defensa Civil, el SENAMHI ha advertido del incremento de las precipitaciones en la zona centro del país, asunto que también esta causando alarma entre la población del lugar.




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