OPINIÓN de Teodoro Rentería Arróyave, México.- Cuando no existe compromiso en domingo, y procuro que no lo haya, acostumbro hacer descansar la piel de la rasurada diaria; la víspera, día de elecciones nacionales y locales, merecía nos presentáramos con los vecinos correctos y así compartir con decoro la jornada cívica.
Desde que llegamos, Silvia y el autor, y fuimos recibidos con todo género de amabilidades por los funcionarios de casillas, la mayoría de ellos nuevos en estos menesteres, otros con experiencia; algunos conocidos, los más por primera vez tomábamos contacto con ellos, pensé que todo iba bien, conforme pasaba el tiempo comprobaba, por enésima vez, que habían fracasado los sempiternos agoreros del desastre.
Era tal la apuesta al fracaso, que no sólo se apoyaba a los grupos que anunciaban boicots violentos a las elecciones, sino que un exceso de intolerancia anunciaban que el huracán Blanca, impediría los comicios, sin importarles un ápice los daños a la población, no sólo materiales, sino a la integridad física de su miembros, es decir, les tenía sin cuidado algunos los heridos y los muertos que pudiera dejar como saldo el meteoro, para ellos sólo importaba que se cancelaran las elecciones.
Otros más, cuando se anunció que por decisión presidencial y a petición de algunos gobernadores, el Ejército, la Marina Armada de México y la Policía Federal se harían cargo de los puntos neurálgicos del país para asegurarle a los electorales seguridad en la emisión de sus votos, también se vino encima la acerba crítica.
Desde luego nadie deseaba que se militarizara la jornada electoral, como se dijo en su momento en el mismo Instituto Nacional Electoral, de lo que se trataba era de otorgar la mínimas garantías de seguridad, lo cual se logró a cabalidad.
Esas mismas voces, nuevamente se alzaron para reclamar que se estaba penalizando la protesta pública, nada más apartado de la realidad, es más, otras voces han tildado a las autoridades de demasiadas flácidas, de asumir una tolerancia propiciatoria de la impunidad.
Seguramente ha llegado el momento de aclarar, que la protesta pública siempre será bienvenida en un país de libertades, sin embargo los delitos que se provocan con tal pretexto, deben de ser atendidos sin demora por las autoridades correspondientes. La impunidad es el principal factor de la descomposición social que nos aflige.
Por ahora debemos de felicitarnos todos los mexicanos. Fue una jornada comicial en paz. Pese a las amenazas y la propaganda de los infundios, hubo una buena asistencia a las casillas. A las 11:00 horas, el presidente del INE, Lorenzo Córdova, informó que el 99.95 por ciento de las más de 128 mil casillas reportadas estaban instaladas. Quienes ganaron y quienes perdieron, esas son harinas de otros costales. Lo importante por ahora, para México, es que nuevamente, los agoreros del desastre fracasaron por enésima vez y termino de escribir esta entrega, exacto a las 18:00, cuando cierran las casillas.
