OPINIÓN de Teodoro Rentería Arróyave, México.- A todos padres amantísimos con su familia y su prole, y más cuando son hombres libres y defensores de sus patrias.
Ahora resulta que el xenófobo auto exhibido, Donald Trump, después de sus groseros y bajunos improperios contra nuestros connacionales migrantes, “quiere mucho a México” y admira a los líderes aztecas porque “son más inteligentes que los estadounidenses”.
En primer lugar, ni falta que nos hace que un racista de su calaña quiera a nuestro país; no somos tontos para creer en sus rectificaciones producto de las críticas de todo tipo que ha recibido del mundo entero.
En segundo lugar, claro que los líderes mexicanos son más inteligentes, empezando la comparación con él mismo. Su torpeza política e intelectual quedó más que de manifiesto
Estupendo que los más altos funcionarios a nombre del gobierno y del pueblo de México, como los secretarios de Gobernación y de Relaciones Exteriores, Miguel Ángel Osorio Chong y José Antonio Meade Kuribreña, respectivamente, hayan salido de inmediato a poner en su lugar al millonario lépero.
Dentro de esta catarata de críticas internacionales, la que más le ha de haber calado, ya que fue noticia en todo el globo terráqueo, fue la del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro.
El repudio del mandatario sudamericano fue total a las declaraciones de Donald Trump: textual le espetó: “Bandido, ladrón, cómo te vas a meter con nuestros hermanos de México que bastante perseguidos y explotados son por ustedes”… “Qué indignación, quien se mete con México se mete con Venezuela. Quien se mete con los mexicanos se mete con los venezolanos”.
Repetimos lo que aseveremos en nuestra anterior entrega sobre el tema, el discriminatorio y prejuicioso, millonario Donald Trump, quien por su dinero es presentador de televisión, de ninguna manera por cualidades profesionales de las cuales carece, no pasará de ahí, de un pretenso, valga la redundancia, precandidato a la Presidencia de Estados, los estadounidenses son ciudadanos que pueden cometer errores, pero ante todo se respetan a sí mismos.
