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"Sobraditos"

OPINÓN de Teodoro Rentería Arróyave, México.-  En el caló más popular, valga la expresión, existe una palabra que define a todas esas personas que se sienten merecedoras de todo y de todos; mismas a quienes la autosuficiencia manifiesta los atolondra y los empequeñece; viven según ellos, en una supuesta realidad “omnímoda”, que los hace sentir superiores a todos sus semejantes.

Son aquellos que el vulgo los califica de “sobraditos”; apenas si contestan el saludo, te ven de soslayo, si les mereces el saludo de mano, con esa su diestra te jalan para que el mismo sea breve. Nunca te contestan el teléfono, mucho menos el celular, todo asunto tiene que ser tratado a través de sus secretarias, secretarios o personeros. Es un verdadero triunfo lograr una cita con tales sujetos y para nada, porque tendrán siempre una evasiva para no atender la solicitud que les llevas.

Esos son, precisamente los “sobraditos”. Ahora que estamos en los prolegómenos de las sucesiones en los liderazgos nacionales de los tres principales partidos políticos, es bueno referirnos a ellos.

Empecemos por el Partido Acción Nacional, PAN, donde un joven que hasta ahora ha sabido pisar firme el suelo, es decir sin marearse, Ricardo Anaya Cortés, le ganó de calle al “sobradito” de Javier Corral, quien a pesar de su manifiesta inteligencia no cambia su tesitura por lo que nunca ha ganado una elección. El chihuahuense perdió 5 a uno ante el joven queretano.

En el Partido de la Revolución Democrática, PRD, los “sobraditos”, casi se dan por generación espontanea, como ejemplos dramáticos nos vamos a referir a los dos más representativos de esa especie insoportable.

En primer lugar a Marcelo Ebrard Casaubón, quien se sintió tan “sobradito”, que mandó a sus amigos más cercanos al averno; fue un jefe de Gobierno del Distrito Federal, que sin importar tesituras, funciones y conocimientos, el sólo tomaba las decisiones. La prueba más contundente de su engreimiento y jactancia yace en los túneles de “su Línea Dorada del Metro”, misma que lo mandó al ostracismo político, sí bien le va, pues el problema legal, aún no termina.

Y luego el renunciante a la presidencia nacional del PRD, Carlos Navarrete Ruiz, cuya jactancia provocó que el Sol Azteca cayera en un forzado tercer lugar. Nosotros se lo dijimos cuando se creyó seguro de ganar la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, no hizo caso, siguió en el tobogán de los “sobraditos” que lo llevó a la dimisión forzada, a menos de un año, de que se encumbrara o se encaramara en alto puesto.

En el Partido Revolucionario Institucional, PRI, al parecer han aprehendido las lecciones que se desprendieron de los “sobraditos”, aquellos que creyeron que el partidazo era invencible, y luego, el “sobradito” más representativo, Roberto Madrazo Pintado, que lo perdió todo por su soberbia infinita: la Presidencia de la República, partido, amigos y carrera política: Por eso llega hoy al liderazgo nacional del tricolor, Manlio Fabio Beltrones Rivera, con el aplauso de su congéneres y de sus opositores políticos.




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