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El discurso del Rey, un error tras otro

OPINIÓN de Joan del Alcàzar.- No entendía tantas expectativas como había levantado el discurso de navidad del Rey. ¿Qué tiene que decir el hombre como novedad, si cuánto más calle es mejor para todos? Desde mi republicanismo deudor de la razón y de los sentimientos, pero imperativamente respetuoso con una institución tan anacrónica cómo alejada de la vida real de la ciudadanía, no se puede más que poner negro sobre blanco que el discurso de Felipe VI fue una serie de errores desde el principio hasta el final. No acertó ni el decorado, ni el tono, ni la forma.

En vez de una cierta y tradicional ―pretendida― intimidad familiar en La Zarzuela, eligió un salón imperial ostentoso para dirigirse a una sociedad golpeada por la crisis, con tantas familias sin recursos y con demasiada gente con poco que celebrar. No, no fue una buena elección.

El tono fue condescendiente, enumerando cosas que no hace falta sino desarrollar más. Mejorar la sanidad y la educación pública, y reducir la inseguridad económica y la desigualdad social merecieron un par de ráfagas en el discurso, pero estos deseos están en las antípodas de la que ha sido la política del actual gobierno durante los últimos cuatro años, así que lo más oportuno sería que lo hablara con Rajoy. A ver qué piensa.

La forma del discurso fue circular. España, su antigüedad y su fortaleza, junto con el orgullo de ser españoles, con tantas cosas como nos unen [¿y si no son tantas?], fue la idea vertebradora de manera explícita de la mitad del discurso, y la idea que flotaba de manera implícita de la otra mitad. Quizás por eso eligieron aquel salón tan poco habitable: ¿para impresionar a las almas benditas que estaban ante el televisor?

Alguien podría preguntarse de qué va a hablar el Jefe del Estado español si no es de España. Tendría razón para hacer esa objeción, pero el problema es desde dónde habla ese mandatario. Lo hizo desde el respeto sacrosanto a una Constitución cosificada y caducada por la realidad. ¿No es consciente el Rey de lo que está pasando en el España política y partidaria? A buen seguro que conoce en profundidad los resultados de las últimas elecciones. Entonces, aun así, ¿el Jefe del Estado nos alienta a fortalecer la cohesión nacional? ¿Dentro del actual marco constitucional? ¿Sin cambios en profundidad, sin escuchar lo que la parte más dinámica de la sociedad española está señalando claramente sobre el particular? ¿Sin saber ni cuántos son los que no quieren formar parte de España?

A las palabras de Felipe VI no hay que darle más importancia que la que tienen, pero creo que ―tal y cómo veo el patio― más que ayudar a conciliar, apoyan el convencimiento en muchos de que esa España de la que habla el monarca no es, precisamente, una propuesta atractiva y respetuosa con ellos. Más bien al contrario.




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