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El imperio, pero también la Naturaleza, castigan al noble Ecuador

OPINIÓN de Emilio Marín, Argentina,. Sobre llovido, mojado. Ecuador venía recibiendo castigos políticos y económico-financieros en estos años. EE UU es impiadoso enemigo del gobierno de Rafael Correa. Como si eso fuera poco, encima el país fue sacudido por un terremoto.
No le es fácil a Ecuador mantener alta su Revolución Ciudadana comenzada con la llegada de Rafael Correa en 2007 al presidencial Palacio de Carondelet. La oligarquía y las elites tradicionales dueñas de la tierra, los bancos y el comercio exterior, íntimamente aliadas a las trasnacionales y petroleras, buscaron ponerle palos en la rueda año a año.

Contaron con las campañas mediáticas más ponzoñosas de la región, aunque podría discutirse el ranking puesto que las enfiladas contra Nicolás Maduro en Venezuela, Dilma Rousseff en Brasil, Evo Morales en Bolivia y Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, también fueron súper envenenadas. Las encuestadoras dirían que hubo un “empate técnico”. Así quedan conformes los diarios integrantes de la SIP al compartir tan dudoso premio.

Correa siguió gobernando y alcanzando distinciones internacionales. Por ejemplo, Clarissa Etienne, directora general de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), felicitó el 11 de abril a Ecuador por sus logros sanitarios. “Los avances en salud pública son impresionantes”, dijo, destacando la construcción de 10 hospitales y 50 centros de salud, la ampliación de la vacunación y la cobertura de salud. A su vez el vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas agradeció la ayuda de Cuba en salud, que se retomará en esta nota por lo demostrado en la lucha contra los saldos de muerte y destrucción que hubo el sábado 16.

Es que ese día, en horas de la tarde, hubo un terremoto de 7.8 grados en la escala de Richter, con centro en la región noroccidental costera de Ecuador, que tuvo 400 réplicas de entre 2 y 6 grados.

El saldo provisional informado ayer por la Fiscalía General del Estado fue de 525 muertos y más de 4.000 heridos, números que aumentarán porque hay centenares de desaparecidos y si no se los encuentra pronto van a engrosar la lista de fallecidos.

Entre las provincias más afectadas estuvieron Manabi y Esmeraldas, y en particular las ciudades de Manta, Portoviejo y Pedernales, con mayor número de muertos a raíz del desmoronamiento de 800 edificios y otras construcciones.

Ante semejante tragedia, qué importante es tener un gobierno que se preocupa de su gente. El presidente Correa estaba en el Vaticano, invitado por el Papa. Había dado una conferencia magistral el viernes y de inmediato decidió pegar la vuelta al país, llegando en la noche del domingo, madrugada del lunes. Pero ya desde Roma dictó las medidas de emergencia, instrumentadas por el vicepresidente Glas, quien visitó la zona del desastre. Correa hizo lo propio apenas llegó. “Reconstruimos Manabi y lo volveremos a hacer”, dijo, dando ánimos en el lugar y el momento adecuado.

El gobierno tenía un fondo de emergencias de 600 millones de dólares y dispuso el empleo de 160 millones, para ayudar a la zona más afectada. Los gobiernos autónomos de Manabi recibieron 43 millones.

La Naturaleza

La actitud sensible del presidente y vice de Ecuador le trajeron al cronista la memoria de algo que leyó en 1976, respecto a un alcalde chino en medio del terremoto de ese año en Tangshan, el más terrible sufrido por la República Popular. El funcionario de ojos rasgados se puso a la cabeza de los equipos de rescate, y no empezó por su vivienda familiar. Iban ayudando a los vecinos junto a un grupo de propaganda cuyo lema era “el hombre vencerá a la Naturaleza”.

La agencia cubana Prensa Latina citó al director del Instituto Geofísico, Mario Ruiz, quien afirmó que “la tierra seguirá temblando aquí durante las próximas semanas como resultado de la energía liberada por la fricción entre las placas Nazca y Sudamericana, responsable del trágico movimiento telúrico”.

Esta vez no fue una jugada del Departamento de Estado ni el Banco Mundial, que mucho han complotado contra Ecuador. Tampoco de la Chevron, que contaminó en la Amazonia y pese a haber fallos judiciales en su contra no ha indemnizado a los afectados.

No. En esta ocasión fue la Naturaleza. Sin ser expertos en el tema, los rockeros de Los Piojos, en su tema “Civilización”, ya advertían que “Dios perdona, el hombre a veces, la Naturaleza nunca”. Entre otras cosas por eso conviene portarse bien con ésta, cosa que los “civilizados” no siempre hacen pues en ocasiones cometen salvajadas.

Según una primera estimación de Correa, la destrucción material provocada demandará unos 3.000 millones de dólares y una labor prolongada de reconstrucción.

El drama toma a la economía local en un momento nada halagüeño pues la depreciación del barril de crudo, clave en los ingresos fiscales, ha mermado esa caja en 7.000 millones de dólares.

Esos aprietos presupuestarios habían motivado en los días previos a la catástrofe el envío a la Asamblea Nacional de proyectos para recaudar más, con más impuestos a cigarrillos y bebidas alcohólicas. Sobre el filo de la votación sólo se salvaron las cervezas artesanales, nada más.

Ahora serán más sólidas las razones de Correa para insistir con sus proyectos de impuestos claves, tan resistidos por la oligarquía. Uno es el impuesto a la herencia, según el cual si una persona hereda bienes o capitales por sobre determinada cantidad de dólares, tributará sobre esa herencia. El otro proyecto es la ley de la plusvalía: si un propietario de tierras ve subir rápidamente su cotización por una obra pública, línea férrea o ruta, deberá pagar un impuesto por la diferencia de precio súbito de sus propiedades.

Son dos proyectos justos e inclusivos, demonizados por la oligarquía, la derecha política y los medios de comunicación concentrados. Ahora es más oportuno que nunca que sean tratados y aprobados. Aportarán fondos que la Revolución Ciudadana empleará para cauterizar heridas sociales, la reconstrucción, etc. El hombre tiene que vencer a la Naturaleza pero antes o en simultáneo tiene que vencer a los hombres que sólo piensan en sus capitales...

EE UU en un rincón...

En los nueve años de proceso popular conducido por Correa y la alianza PAIS, ha quedado clara la posición antagónica de Estados Unidos y Cuba al respecto. Ese diferente alineamiento se vio ratificado en esta tragedia.

Washington no movió un dedo en auxilio de Correa cuando el golpe de Estado policial de setiembre de 2010, en que estuvo a punto de ser asesinado. En cambio la Unasur le brindó un rotundo apoyo, y Cuba hizo otro tanto, en el terreno político.

Hace días se conoció el informe sesgado del Departamento de Estado sobre violaciones a los derechos humanos en 2015, donde se señala a Ecuador como que atenta contra esos derechos. Lo acusa de restringir la libertad de asociación y ponerle frenos a la sociedad civil, con leyes de propiedad intelectual que censuran Internet.

La réplica de Quito el 14 de abril no tuvo desperdicio: recordó que suscribió todos los tratados regionales e internacionales de DD HH, cosa que el imperio no hizo. Y le imputó el “gatillo fácil” contra la población afroamericana, los presos ilegales en Guantánamo y el bloqueo ilegal a Cuba.

Dos días antes de esa respuesta contundente, Correa se había anticipado. Junto con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, convocó desde la sede de Naciones Unidas a todos los jefes de Estado a concurrir en octubre próximo a Quito a la III Conferencia de la ONU sobre Vivienda y Desarrollo Humano Sostenible, conocida como Hábitat III. El objetivo de ese evento es el progreso humano sin exclusiones.

...Cuba en el otro

El terremoto puso de realce la solidaridad de la Mayor de las Antillas, que venía de antes. Tres facultativos cubanos murieron el sábado al desplomarse la residencia donde vivían en Pedernales: Bárbara Caridad Cruz (46 años), Leonardo Ortiz, (53) y Eric Omar Pérez (41). Ellos trabajaban en forma altruista en una tierra lejana a su lugar de nacimiento, pero cercana pues la amaban como parte de la Patria Grande Latinoamericana. En la despedida de sus restos, que fueron repatriados, se leyó una nota de agradecimiento y sentidas condolencias de Gabriela Rivadeneira, presidenta de la Asamblea Nacional.

La cooperación isleña en salud se incrementó a partir de 2009 y al momento de la catástrofe ya trabajaban en Ecuador 700 galenos, integrantes de los “ejércitos de batas blancas” cubanos que laboran en diversos países. Cuando hay dramas como los de Pakistán y Haití, llegan contingentes especiales de la Brigada Internacional Henry Reeve, como en esta ocasión a Ecuador otros 53 médicos. En este momento son casi 800 los doctores de esa nacionalidad que curan dolores ajenos que sienten muy adentro suyo.

A veces hay números revelan cuestionen profundas. ¿Cuánta ayuda de otros países había llegado a Ecuador hasta el 18 de abril? Según el canciller Guillaume Long, eran 48 rescatistas de Venezuela, 50 de Colombia, 35 de Perú, 25 de Cuba, 50 de Bolivia, 120 rescatistas de México, 3 de Suiza, 80 de España y 49 bomberos de Chile.

Pregunta final. ¿Y de EE UU y de la Argentina de Mauricio Macri? Cric, cric, cric. Quizás en los siguientes días lleguen algunos, pero cuando más se los necesitó, no estuvieron. Los médicos cubanos estuvieron antes del terremoto, están ahora y seguirán estando todo el tiempo que Ecuador los precise.

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Sergio Ortiz
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