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Argentina. Las valijas con muchos dólares húmedos del señor López

OPINIÓN de Emilio Marín.- En la madrugada del martes fue detenido el ex secretario de Obras Públicas de los gobiernos kirchneristas, José F. López. Lo halló la Policía con varios bolsos y muchos dólares. El hecho dispara necesarios debates sobre la corrupción.
Hasta los columnistas de Clarín, como Julio Blanc y Eduardo van der Kooy, y los de “La Nación”, como Joaquín Morales Solá, mientras se congratulan por la detención de José F. López, no pueden menos que acotar que es poco factible que la detención se debiera al llamado de un vecino del convento al 911. Deslizan. como Raúl Kollman en Página/12, que el ex funcionario kirchnerista llegó desesperado a ese lugar, con el dinero y dos armas, porque algún servicio lo convenció de que su casa estaba a punto de ser allanada. López tenía varios procesos judiciales, con denuncias por enriquecimiento ilícito y hasta de asociación ilícita. Sin embargo hasta ahora no había tal orden de allanamiento, si bien habrá tomado nota de que el juez Rodríguez había intentado forzar el allanamiento del domicilio de Julio de Vido. El operativo, avalado por una comisión del Congreso, no pudo llevarse a cabo por los fueros del ahora diputado y el ex ministro de Planificación Federal, quien fue por años el jefe directo del ahora detenido.

El miedo no es zonzo, reza el refrán, aunque lleva a los miedosos a incurrir en conductas que además de delictivas son muy zonzas. ¿A quién se le ocurre ir de madrugada con sumas millonarias y armas con permisos vencidos a ingresar a un convento de General Rodríguez para ocultarlos? Fue una gran tontería, aún cuando allí tuviera monjas amigas y hubiera residido hasta su fallecimiento el obispo de Luján, de excelentes relaciones con López y De Vido, Rubén Di Monte. Este, como el obispo anterior, Emilio Ogñenovich, fueron de lo más reaccionario y conservador que hubo en la cúpula eclesiástica.

¿Será verdad que López se asustó por un inminente allanamiento y corrió con la plata encima, enloquecido como dice que lo encontró una de las monjas del convento? Es posible. Puede ser otra de las “devoluciones” del espía “Jaime” Stiusso para el kirchnerismo, a quien sirvió durante muchos años en la ex SIDE. Esa relación se rompió cuando fue despedido por Cristina Fernández de Kirchner y pasó a preparar la rimbombante denuncia del fiscal Alberto Nisman.

Al margen de qué o quiénes lo impulsaron a cometer tantos errores en esa madrugada del 14 de junio, una cosa es concreta: López fue detenido en el convento, portando 8.982.047 dólares y 153.610 euros, así como armas con portación vencida. Entonces no tienen razón los kirchneristas que, para invalidar el suceso y no reflexionar mucho sobre sus consecuencias políticas, objetan el procedimiento policial, ponen en las redes fotos de otras valijas parecidas a las del señor López, afirmando que es un montaje del macrismo.

La utilización política que hizo Mauricio Macri desde el primer momento está a la vista. Empero, eso no quita que López está preso, según todos los indicios, por corrupto.

¿De dónde tanta plata?

La causa terminará recalando en el juzgado de Daniel Rafecas, un muy buen juez que tiempo atrás fue salpicado mal por el sospechado Amado Boudou, en la causa Ciccone. El cronista cree que Rafecas, al que conoció siendo testigo de la causa Vesubio, elevada a juicio en 2011 y que terminó con severas condenas a genocidas, puede hacer un gran trabajo.

Habrá que ver cómo explica el detenido la procedencia de ese dinero, no incluido en su declaración patrimonial; allí sólo admitía tener 2 millones de pesos y cero dólares. Y resulta que a la cotización de hoy contaba 126 millones de pesos.

No hay que ser un macrista perro para pensar que ese dineral fue producto de comisiones y retornos que el secretario de Obras Públicas se fue quedando de las licitaciones y contrataciones donde intervino en estos doce años de kirchnerismo. No es una certeza, sí una fuerte presunción en base a datos fácticos; por supuesto tendrá que ser la justicia la que investigue, tome declaraciones, compulse pruebas, etc.

Si López no tuvo otra profesión ni oficio fuera de funcionario del ministerio de Planificación desde 2003 a 2015, ni declaró otros ingresos, entonces no hay que ser mal pensados para creer que la hipótesis más firme es la del enriquecimiento ilícito.

¿Acaso es el primer funcionario K con denuncias en la justicia? No, son muchos y algunos ya han sido condenados, como el ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime. Y esto también complica a De Vido, porque tanto el cordobés Jaime como el tucumano López eran secretarios a sus órdenes. En el caso de López ahí están sus declaraciones elogiándolo como su “mano derecha”. Esto no lo dice Clarín sino el ex ministro de Planificación.

Cálculos no muy precisos arriesgan que las contrataciones en la Secretaría de Obras Públicas ascendieron a 200.000 millones de dólares. Puede ser una suma exagerada, pero fueron años de mucho impulso nacional y provincial a la construcción de rutas, autopistas, puentes, escuelas, centrales nucleares, edificios públicos, etc. Fueron sumas millonarias que beneficiaron a Techint, Iecsa y Lázaro Báez. Lo más probable es que el botín encontrado en General Rodríguez sea plata “non sancta” de coimas de esos contratos.

El kirchnerismo debe hacer una profunda autocrítica, por haber tenido altos funcionarios con poca ética, como Jaime y López, y de varios más que no han sido pescados “in fraganti” pero que se enriquecieron a su paso por la función pública. Por razones de cercanía y misma órbita de trabajo, todas las miradas van hacia De Vido. Vale el principio de inocencia, pero tampoco hay que ser necios ni ingenuos. Si el tipo era su “mano derecha”, ¿el ministro era tan poco perspicaz y con controles tan laxos que no se daba cuenta de lo que hacía ese operador?

Obvio, esa misma pregunta cabe respecto a Néstor Kirchner y CFK. ¿No sabían lo que pasaba en Planificación, Obras Públicas y Transporte?

Siendo muy indulgentes se puede conceder que no lo sabían. Aún en esa hipótesis benigna, a esos ex presidentes los alcanza de lleno la demanda de una autocrítica. Tuvieron largos años a funcionarios que no trabajaban por el bien público sino para su propio peculio. El aspecto positivo de Cristina es que al finalizar su mandato no buscó fueros como el diputado De Vido y el legislador del Mercosur, López.

No puede tirar la piedra

Para Macri lo descubierto en General Rodríguez fue una bendición. Es que cuando atravesaba un momento muy crítico por sus políticas de ajuste, tarifazos y desocupación, que lo hacía caer muchos puntos en la imagen positiva, en ese preciso instante ocurre aquello con un ex alto funcionario kirchnerista.

El suceso no fue a la página de policiales. Le permitió al presidente zafar parcialmente de la ola de críticas que sobrellevaba por la inclemencia de las tarifas dispuestas por Juan J. Aranguren y por sus empresas offshore.

No es como acusan varios kirchneristas, de que quien cuestione a López está siendo funcional a Macri. Es al revés: el funcional a ese neoliberal es el ex secretario de Obras Públicas del gobierno “nacional y popular”. Su detención sirvió para que el macrismo montara una contraofensiva política y mediática poniendo a la administración anterior como sinónimo de la corrupción. Así ubicó al PRO-Cambiemos como una supuesta contra-cara, “honesta”.

Más allá de la confusión creada por esos manejos oficialistas y de sus medios hegemónicos, no puede tirar la primera piedra contra la corrupción el presidente miembro del directorio de Fleg Trading y Kagemusha, y con 18 millones de pesos en paraísos fiscales. El juez Sebastián Casanello investiga si hubo ocultación maliciosa o algún delito mayor. Macri fue procesado por contrabando de Sevel, donde era vicepresidente. Estuvo procesado en dos instancias por escuchas ilegales. Patrocinó a Fernando Niembro como candidato, pero tuvo que bajarse tras conocerse los favores del gobierno porteño.

Alguien que tiene como ministros a un procesado por el megacanje, Federico Sturzenegger, en el Banco Nación; e imputados a Alfonso Prat-Gay en Hacienda; y Aranguren en Energía, no puede presumir de ser una mosca blanca.

Una de las mayores sospechas del halo de corrupción que circunda al gobierno nacional es que su proyecto de blanqueo de capitales -o sea dinero no declarado, evasor, fugado a lugares más recónditos que el convento de General Rodríguez- permitía en primera instancia ese beneficio a los funcionarios. Luego de las protestas fue eliminada esa categoría de premiados, pero no se incluyó en la prohibición a sus familiares. Como ironizó Horacio Verbitsky, el domingo en Página/12, “La prima famiglia no tendrá restricciones para poner los papeles en orden”. Se refería al papá Franco (Socma) y al primo Angelo Calcaterra (Iecsa).

Es importante el debate suscitado por la corrupción. El cronista cree que Cuba es superior también en esta materia. ¿Acaso no hay corruptos en el socialismo? Sí los hay y son unos cuantos, pero en comparación con Argentina se dan en menor cantidad. Cuando son descubiertos, van rápido a juicio y son condenados, no como acá, donde un presidente de diez años de corrupción rampante es aún senador nacional, con fueros. Sí, el hombre de Anillaco, el que Macri admiraba como “gran constructor”.




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