El escándalo que rodea a los adolescentes problemáticos entregados en custodia a pedófilos por decisión del Senado de Berlín está ganando impulso. La situación tuvo lugar en los años 70, pero ha salido a la luz recientemente.
Sputnik.- El Instituto para el Estudio de los Problemas de la Democracia de la Universidad de Göttingen —Gotinga— está intentando esclarecer la situación mediante un estudio. El corresponsal de Sputnik se ha reunido con la jefa de la investigación, Teresa Nentwig, para hacerle una entrevista. El análisis elaborado por la institución se llama 'El apoyo a los intereses de pederastas y pedosexuales por parte del Senado de Berlín sobre la base del ejemplo del experimento de Helmut Kentler'.
Según Teresa Nentwig, en los años 70 y 80, las autoridades de Berlín designaron como tutores a hombres que habían sido condenados por tener contactos sexuales con menores de edad. Niños y adolescentes que antes vivían en las calles tenían que 'pagar' por una cama caliente, buena comida y ropa limpia involucrándose en relaciones sexuales con sus tutores.
El iniciador de este proyecto fue Helmut Kentler, psicólogo y profesor de pedagogía en la Universidad de Hannover. Kentler creía que el acto sexual debía tener un impacto positivo en el desarrollo personal de los niños. Se trataba de los llamados 'niños de la estación Zoo', que se ocupaban del tráfico de drogas y la prostitución. En aquellos días, las autoridades de Berlín se vieron impotentes y no entendían cómo debían comportarse con estos jóvenes. De manera que se mostraron favorables a tales 'experimentos', explica Nentwig.
"Hay muchas cosas que deben ser tenidas en cuenta. La década de los 60 fue una época de liberación sexual y grandes avances en la pedagogía, hecho que se hacía particularmente evidente en las tiendas de artículos para niños de la época. También se hicieron esfuerzos en la legalización total de las relaciones sexuales entre adolescentes y adultos. Y Helmut Kentler lo propuso en un comité especial", cuenta Nentwig.
En 2013, el Senado inició una serie de investigaciones contra los tutores. Sin embargo, la investigación completa no fue posible, debido a que no todos los documentos correspondientes habían sido desclasificados. Teresa Nentwig explica que el acceso a ellos solo es posible después de un cierto período. Ha habido iniciativas para reducir este tiempo de espera, pero fueron rechazadas por razones relacionadas con la protección de datos personales. Por lo tanto, los investigadores aún no pueden tener acceso a estos documentos".
Comunicarse con las víctimas también ha resultado problemático. Nentwig aclara que no quieren describir sus experiencias. "Tuve la oportunidad de hablar solo con un conocido de una de las víctimas. Sin embargo, la conversación directa con la víctima no fue posible, dado que este hombre, ya adulto, no quiso establecer contacto personal conmigo. Otros tampoco quieren comunicarse conmigo".
A menudo, las jóvenes que recibieron abusos simplemente no tienen fuerza para hablar de sus experiencias por temor a que lo que se quedó en el pasado ascienda una vez más a la superficie. Sin embargo, Teresa Nentwig hizo hincapié en que seguir profundizando en la investigación era necesaria.
Sputnik.- El Instituto para el Estudio de los Problemas de la Democracia de la Universidad de Göttingen —Gotinga— está intentando esclarecer la situación mediante un estudio. El corresponsal de Sputnik se ha reunido con la jefa de la investigación, Teresa Nentwig, para hacerle una entrevista. El análisis elaborado por la institución se llama 'El apoyo a los intereses de pederastas y pedosexuales por parte del Senado de Berlín sobre la base del ejemplo del experimento de Helmut Kentler'.
Según Teresa Nentwig, en los años 70 y 80, las autoridades de Berlín designaron como tutores a hombres que habían sido condenados por tener contactos sexuales con menores de edad. Niños y adolescentes que antes vivían en las calles tenían que 'pagar' por una cama caliente, buena comida y ropa limpia involucrándose en relaciones sexuales con sus tutores.
El iniciador de este proyecto fue Helmut Kentler, psicólogo y profesor de pedagogía en la Universidad de Hannover. Kentler creía que el acto sexual debía tener un impacto positivo en el desarrollo personal de los niños. Se trataba de los llamados 'niños de la estación Zoo', que se ocupaban del tráfico de drogas y la prostitución. En aquellos días, las autoridades de Berlín se vieron impotentes y no entendían cómo debían comportarse con estos jóvenes. De manera que se mostraron favorables a tales 'experimentos', explica Nentwig.
"Hay muchas cosas que deben ser tenidas en cuenta. La década de los 60 fue una época de liberación sexual y grandes avances en la pedagogía, hecho que se hacía particularmente evidente en las tiendas de artículos para niños de la época. También se hicieron esfuerzos en la legalización total de las relaciones sexuales entre adolescentes y adultos. Y Helmut Kentler lo propuso en un comité especial", cuenta Nentwig.
En 2013, el Senado inició una serie de investigaciones contra los tutores. Sin embargo, la investigación completa no fue posible, debido a que no todos los documentos correspondientes habían sido desclasificados. Teresa Nentwig explica que el acceso a ellos solo es posible después de un cierto período. Ha habido iniciativas para reducir este tiempo de espera, pero fueron rechazadas por razones relacionadas con la protección de datos personales. Por lo tanto, los investigadores aún no pueden tener acceso a estos documentos".
Comunicarse con las víctimas también ha resultado problemático. Nentwig aclara que no quieren describir sus experiencias. "Tuve la oportunidad de hablar solo con un conocido de una de las víctimas. Sin embargo, la conversación directa con la víctima no fue posible, dado que este hombre, ya adulto, no quiso establecer contacto personal conmigo. Otros tampoco quieren comunicarse conmigo".
A menudo, las jóvenes que recibieron abusos simplemente no tienen fuerza para hablar de sus experiencias por temor a que lo que se quedó en el pasado ascienda una vez más a la superficie. Sin embargo, Teresa Nentwig hizo hincapié en que seguir profundizando en la investigación era necesaria.
