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La Policía abate en el aeropuerto de Auckland a un perro entrenado para la búsqueda de explosivos

La Policía de Nueva Zelanda abate a un pastor escocés llamado Grizz de tan solo 10 meses de edad y que estaba siendo entrenado para detectar explosivos.

Los agentes le persiguieron durante horas después de que se escapara hacia la pista de despegue del aeropuerto de Auckland.


Se desconocen los motivos de su repentina huida pero tras intentar atraerlo sin éxito con comida, juguetes y otros perros decidieron abatirlo.

“Cualquier animal u objeto que este moviéndose fuera del perímetro de seguridad y que pueda acceder a la pista principal representa un problema para la seguridad y es bastante peligroso. Si golpea a un avión pequeño en el momento del despegue o aterrizaje puede provocar una catástrofe”, decía el experto en aviación, Peter Clark.

Las organizaciones en defensa de los animales creen que antes de dispararle podrían haber usado otros métodos.

“No creemos que fuera la última solución porque no he visto que se haya hablado en ningún momento de utilizar un dardo tranquilizante y estoy convencido de que podían haberlo usado. Estuvieron persiguiéndolo durante horas”, apuntaba Hans Kriek, director de la organización SAFE.

16 vuelos sufrieron retrasos a causa de la huida de Grizz.

El entrenamiento de estos perros especializados en la detección de explosivos puede llegar a costar hasta unos 65.000 euros.




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