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Somalia - La sequía resulta catastrófica para una familia sin alimentos



Abdullahi Mohamud dice que su rebaño de 270 cabras y ovejas se redujo a apenas 30 animales. CC BY-NC-ND / CICR / Mark Kamau

En una choza aislada, en medio del lecho seco de un río, Abdullahi Mohamud está con tres de sus hijos menores. La desesperación se refleja en su rostro: ya no tienen alimentos.

"Estos niños que ven aquí no cenaron nada anoche", dice Abdullahi.

En su inocencia, los tres niños parecen desconocer el profundo desasosiego de su padre: dos de ellos juegan con envases vacíos; el tercero tira de la camisa de su papá para llamar la atención.

Abdullahi se mudó con su esposa y sus 11 hijos a este lugar, 25 kilómetros al norte de Garowe, en la región somalí de Nugal hace dos meses, luego de haber perdido la mayoría de sus animales por causa de la sequía. Su rebaño, en algún momento considerable – 270 cabras y ovejas – se redujo a apenas 30.

Peor aún, los pocos animales que aún le quedan están débiles, casi imposibles de vender: no producen leche y no pueden ser sacrificados para recuperar la carne. Como último recurso, Abdullahi se trasladó al lecho del río, con la esperanza de que podría vender la arena. Pero tampoco funcionó.

"Si no podemos vivir de los animales o de la tierra, entonces no sé cómo sobrevivirán [los niños]", admite, con voz quebrada por la emoción y los ojos llenos de lágrimas.



CICR ✔@CICR_es


Hambruna amenaza a millones #Somalia. Padres y madres ven desesperados cómo sus hijos crecen desnutridos.


El ganado es vida

Esta realidad y las duras condiciones de vida resultan familiares para muchos somalíes. Mohamed Salat, otro pastor, vive un poco más adelante, hacia el canal. Su rebaño de 360 cabras y ovejas se redujo a 90 animales. Los trajo a abrevar en un pozo construido en el río seco.

"En mis 43 años, nunca había visto ni oído sobre una sequía como ésta", dice Salat. "Nunca nos había pasado: nos despertamos y no obtenemos leche de nuestras cabras."



La escasez de pastura a raíz de la sequía causó la muerte de muchos de sus animales por falta de alimentos. De un rebaño de 360 cabras y ovejas, sólo le quedan 90. CC BY-NC-ND / CICR / Pedram Yazdi

Si bien los períodos de sequía no son una novedad en Somalia, las condiciones de este año se exacerbaron por las escasas lluvias del año pasado. El dicho somalí "el ganado es vida" resuena aún más profundo en estas épocas difíciles. La falta de pasto y agua causó la pérdida del ganado; en última instancia, la sequía robó los alimentos y la fuente de ingresos de la población. Los pastores se vieron obligados a trasladarse a las zonas urbanas en busca de agua y alimentos. Los profesionales médicos constataron un aumento en el número de niños desnutridos que concurren a los centros de nutrición. Todos éstos son efectos preocupantes que traen una sensación de déjà vu de la hambruna de 2011, un desastre que causó la muerte de unas 260.000 personas.
Efectos que se hacen sentir en todo el país

En forma alarmante, los efectos adversos de la sequía se hacen sentir en el país en una zona mucho más extensa que en 2011. En la región vecina de Sool, a cientos de kilómetros de Abdullahi y Mohamed, se encuentra Godqaboobe. Esta pequeña aldea se extiende a lo largo de la carretera principal de Somalia que conecta el norte y el sur del país. Saredo Haji, una pastora anciana, vive en un campamento de desplazados cercano.

Al igual que muchas otras personas en los campamentos, cada vez más numerosos en el país, quedó desamparada después de haber perdido su rebaño debido a la sequía.



En el norte de Somalia, Ahmed Abdulkadir, un colaborador del CICR en el terreno, conversa con Saredo Haji Jamaa, que vive en el campamento para desplazados en la aldea de Godqaboobe.CC BY-NC-ND / CICR / Pedram Yazdi

Cuando le preguntan cuántos animales tenía antes, sonríe como si negara la enorme pérdida sufrida: "No hablamos de eso". El ganado que sobrevivió es más una carga que un beneficio.

"Los animales no pueden soportar su propio peso: con la ayuda de los vecinos, por la mañana tenemos que ayudarles a ponerse en pie", explica.

Entonces, el factor decisivo: "Los alimentamos e incluso cocinamos para ellos. Cocinamos comida para los animales, al igual que para las personas". Los animales no pueden encontrar alimentos por su cuenta.

El tiempo es vital




Los restos de un animal fuera de un campamento de desplazados en la aldea de Godqaboobe, en la región de Sool. La mayoría de las familias desplazadas que viven aquí son pastores que perdieron sus animales debido a las duras condiciones provocadas por la sequía.CC BY-NC-ND / CICR / Pedram Yazdi

Las organizaciones humanitarias estiman que 6,2 millones de personas, es decir, más de la mitad de la población del país, enfrentan una inseguridad alimentaria grave en Somalia y necesitan asistencia. Cunde el temor de una hambruna inminente y aumenta la preocupación: si la respuesta asistencial no se mantiene constante, la situación empeorará aún más.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ya comenzó a brindar su respuesta – asistencia alimentaria, mayor acceso al agua – a las familias más vulnerables afectadas por la sequía, empezando por las zonas propensas a sufrir conflictos, que son de más difícil acceso para muchas organizaciones de asistencia. La familia de Saredo se encuentra entre estas familias.




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