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Largas colas de votantes en Kenia en las elecciones presidenciales

Los colegios electorales de Kenia abrieron hoy por la mañana con largas colas de votantes que esperaban para elegir al que será su presidente durante los próximos cinco años en una votación marcada por la tensión y el miedo a que se repita la violencia postelectoral de 2007.



ompiten dos candidatos de tribus opuestas, uno de ellos es Uhuru Kenyatta, presidente desde 2013 y aspirante a la reelección. Frente a él un viejo rival, Raila Odinga, derrotado en 2007. Las acusaciones de amaño que ambos han cruzado en campaña han alentado la crispación entre los grupos enfrentados.

La jornada electoral ha comenzado oficialmente a las 6.00 (1.00 de la madrugada, hora española), aunque varias horas antes ya había gente esperando a la apertura. Las calles, habitualmente llenas de bullicio, aparecían desiertas y la mayoría de comercios, cerrados, ante un día clave para el futuro y la estabilidad de esta nación del Este de África.

El jefe de estado apeló en la noche del lunes a la paz en un discurso a la nación televisado, en el que pidió a los votantes que esperaran con calma los resultados, que podrían comenzar a conocerse al acabar la jornada. "Ve a casa y habla con tu vecino, sin importar cuál sea su tribu, color o religión. Kenia seguirá aquí después de estas elecciones generales", señaló.

Las sangrientas elecciones de 2007
En 2007, Odinga (de la tribu lúo) perdió frente al entonces presidente, Mwai Kibaki (kikuyu), por un escaso número de votos y se negó a aceptar los resultados. Su rechazo derivó en un enfrentamiento entre tribus por el que el actual jefe de Estado, Kenyatta, entonces viceprimer ministro, fue llevado ante la Corte Penal Internacional, pero se benefició de la retirada de cargos de la Fiscalía a finales de 2014.

La causa contra Uhuru se archivó en su fase final por una inesperada falta de pruebas, pero la memoria colectiva del horror permanece. Durante los dos meses que duró la crisis, los votantes rivales se mataron unos a otros con machetes, incendiaron las viviendas de sus vecinos y se persiguieron en comandos armados por las ciudades. Entre los sucesos más trágicos, figura el asesinato de 38 personas que fueron quemadas vivas en una iglesia de Eldoret a la que entraron buscando refugio.

La violencia terminó con la firma de un acuerdo en febrero de 2008 que posibilitó la formación, dos meses después, de un Gobierno de unidad nacional en el que Odinga fue nombrado primer ministro, y Kibaki mantuvo la presidencia en una legislatura que presenció el último cambio constitucional hasta la fecha, en 2010.

Ahora, en vísperas de estas elecciones generales, Human Rights Watch ha denunciado amenazas e intimidación a periodistas y opositores ante la pasividad de las autoridades, aunque tanto Kenyatta como Odinga han hecho llamamientos a evitar toda violencia.

Efectivos de seguridad kenianos vigilan las colas de votantes en un colegio electoral de Eldoret, KeniaEfectivos de seguridad kenianos vigilan las colas de votantes en un colegio electoral de Eldoret, Kenia
La implicación de Obama y el temor de la ONU
El expresidente estadounidense Barack Obama, cuyo padre nació en Kenia y que aún tiene familia en el país, también ha llamado este martes a la calma y ha pedido a los ciudadanos y los líderes del país africano que dejen atrás el "miedo y la división". El exmandatario ha subrayado que los kenianos "conocen mejor que nadie el dolor innecesario" que provocó la crisis de 2007, y por tanto tienen "la responsabilidad última" de evitar que vuelva a ocurrir algo así.

En un largo comunicado, Obama ha pedido a los votantes que "rechacen la política de las tribus y la etnicidad, y abracen el extraordinario potencial de una democracia incluyente", y ha rogado: "Urjo a los líderes kenianos a rechazar la violencia y la incitación, respetar la voluntad del pueblo, instar a las fuerzas de seguridad a que actúen de forma profesional y neutral, y trabajar juntos sea cual sea el resultado".

Representantes de la ONU han solicitado este martes al Gobierno de Kenia que pida a todos los participantes en las elecciones del martes una actitud de "los más altos estándares", para evitar la situación de 2007. "En un contexto de discurso del odio, de tensiones que prevalecen, ponemos énfasis en la importancia de que todos los implicados en el proceso se comprometan con una conducta pacífica durante y después de las elecciones", han subrayado la relatora especial para la libertad de asamblea, Annalisa Campi; el relator sobre los derechos de los defensores de los derechos humanos, Michel Forst, y la relatora especial sobre ejecuciones sumarias y arbitrarias, Agnes Callamard.

Evolución política de Kenia (fuente: EFE)
La evolución política en Kenia durante los treinta últimos años está condicionada por los escándalos de corrupción y los graves conflictos de carácter étnico. Protectorado británico desde finales del siglo XIX y colonia desde 1920, Kenia presenció en 1952 una sublevación nacionalista protagonizada por los Mau-mau de la tribu kikuyu contra la dominación colonial.

Tras una década de estado de emergencia a causa de la violencia, la Unión Nacional Africana de Kenia (KANU) ganó las elecciones y consiguió la autonomía para el país en 1962 y, un año después, la independencia.

En 1964 se proclamó la República, con un sistema unipartidista en el que Jomo Kenyatta, padre de Uhuru Kenyatta, asumió la presidencia y la jefatura del Gobierno, cargos que ostentó hasta su muerte en 1978, tras la que fue sustituido por su vicepresidente, Daniel Arap Moi.

La reforma constitucional de 1982 mantuvo un sistema de partido único, aunque, tras su reelección en 1988, Moi volvió a reformarla y liberó a los prisioneros políticos. No obstante, las protestas continuaron, y Amnistía Internacional denunció al Gobierno por casos de tortura contra la oposición.

Ante las constantes demandas de democracia, el KANU incorporó el multipartidismo en la Carta Magna y en 1992 se celebraron elecciones libres en las que Moi fue reelegido, al igual que en 1997, año en el que una nueva reforma constitucional prohibió las detenciones sin juicio previo.

La primera victoria de la oposición desde la independencia se produjo en 2002 con el triunfo de la Coalición Nacional Arco Iris (NARC), cuyo líder, Mwai Kibaki, fue proclamado presidente con la intención de dotar al país de una nueva Constitución, que finalmente fue derrotada en referéndum en 2005.

EFE, RTVE




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