“La ejecución masiva llevada a cabo hoy refleja de manera escandalosa cómo las autoridades iraquíes recurren a la pena de muerte para demostrar que están respondiendo a las amenazas para la seguridad", ha declarado la directora de Investigación de Amnistía Internacional para Oriente Medio, Lynn Maalouf.
"No cabe duda de que quienes cometen ataques letales contra la población civil deben comparecer ante la justicia, pero las autoridades iraquíes deben reconocer que llevar a cabo ejecuciones no es la respuesta ni dará mayor seguridad al país o a su población.”
“Las autoridades iraquíes tienen un historial deplorable en materia de aplicación de la pena capital. Ha habido muchos casos en que la persona ejecutada había sido condenada a muerte en un juicio manifiestamente injusto y, en algunos casos, torturada para que ‘confesara’. La pena de muerte es un castigo reprobable e irreversible que no debería aplicarse en ninguna circunstancia, y no se ha demostrado que tenga mayor efecto disuasorio sobre la delincuencia que otras formas de castigo.”
Lynn Maalouf. Foto Jamal Saidi/Reuters |
"No cabe duda de que quienes cometen ataques letales contra la población civil deben comparecer ante la justicia, pero las autoridades iraquíes deben reconocer que llevar a cabo ejecuciones no es la respuesta ni dará mayor seguridad al país o a su población.”
“Las autoridades iraquíes tienen un historial deplorable en materia de aplicación de la pena capital. Ha habido muchos casos en que la persona ejecutada había sido condenada a muerte en un juicio manifiestamente injusto y, en algunos casos, torturada para que ‘confesara’. La pena de muerte es un castigo reprobable e irreversible que no debería aplicarse en ninguna circunstancia, y no se ha demostrado que tenga mayor efecto disuasorio sobre la delincuencia que otras formas de castigo.”