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Muere Ivana Rosales, una sobreviviente que luchó contra las violencias machistas

Las primeras informaciones vinculan la muerte con un ataque de epilepsia, una de las tantas secuelas que le dejó la brutal golpiza que le dio su ex marido, Mario Garoglio

En 2002 su entonces pareja la golpeó con una piedra en la cabeza e intentó ahorcarla con un alambre, la dejó inconsciente y la encerró en el baúl de su auto, creyendo que la había matado

Mario fue condenado a cinco años pero nunca cumplió la condena y se fugó. Cuando la causa prescribió volvió a la zona y en Río Negro fue condenado a cuatro años de prisión por abusar de sus dos hijas durante las visitas que la justicia había ordenado para “vincularlos”. Una de ellas, se suicidó en 2012. Dos años más tarde la jueza María Gagliano lo benefició con salidas transitorias. Hoy está libre

Ivana Rosales, junto a su hija en la última marcha de Ni Una Menos. Foto Emiliano Ortiz




8300.com.ar.- Ivana Rosales tenía 41 años. Era mamá de dos hijas y un hijo, y estaba embarazada. En 2002 su entonces pareja, Mario Garoglio, la golpeó con una piedra en la cabeza e intentó ahorcarla con un alambre, la dejó inconsciente y la encerró en el baúl de su auto, creyendo que la había matado. Pero Ivana sobrevivió. Enfrentó uno de los primeros juicios en la región como víctima de violencia de género. Desafió a la justicia machista y fue pionera en denunciar los abusos y la violencia institucional.

Los golpes de Garoglio le dejaron numerosas secuelas. Entre ellas un cuadro de epilepsia. Si bien la muerte de Ivana está siendo investigada por la policía y la fiscalía, la hipótesis más firme por el momento es que falleció luego de un ataque de epilepsia. Su vida fue un símbolo de la violencia machista. “Soy una sobreviviente que lucha”, dijo en la última entrevista que brindó a Radio Universidad Calf.

Su batalla más grande la dio contra la justicia. Garoglio fue condenado apenas a cinco años de prisión por intento de homicidio. Nunca cumplió la condena y se fugó. Cuando la causa prescribió volvió a la zona y en Río Negro fue condenado a cuatro años de prisión por abusar de sus dos hijas durante las visitas que la justicia había ordenado para “vincularlos”. Una de ellas, se suicidó en 2012. Dos años más tarde la jueza María Gagliano lo benefició con salidas transitorias. Hoy está libre.

Ivana llevó su lucha personal a la lucha política y colectiva. Se convirtió en referente en casos de violencia machista en la región. Participaba de las marchas de Ni Una Menos y de las actividades vinculadas a los derechos de las mujeres.




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