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AI pide la liberación de defensores y defensoras de los derechos humanos que siguen en la cárcel en Turquía después de 100 días

10 personas, 100 días en prisión, 10 absurdas razones para ello



Cien días después de que su detención indebida, Amnistía Internacional encabeza una petición global por la liberación inmediata e incondicional de 11 destacados defensores y defensoras de los derechos humanos en Turquía.

Diez activistas, entre los que se encuentran İdil Eser, directora de Amnistía Internacional Turquía, fueron detenidos el 5 de julio, mientras que el presidente de Amnistía Internacional Turquía, Taner Kılıç, fue detenido un mes antes. El 4 de octubre, un fiscal presentó un acta de acusación formal en la que pedía penas de hasta 15 años de prisión para los 11 defensores y defensoras de los derechos humanos por cargos absurdos y falsos de terrorismo.

“Hace 100 días, nuestros colegas fueron encerrados por defender los derechos humanos. Cada día que pasa pone aún más de manifiesto el largo alcance de la represión posterior al golpe de Estado, y los profundos defectos del sistema de justicia turco”, ha manifestado John Dalhuisen, director de Amnistía Internacional para Europa.



“El acta de acusación formal es una mezcla tóxica de insinuaciones y falsedades que no soporta el más leve escrutinio. Repite denuncias ridículas y contradictorias que no tienen cabida en un tribunal que se precie.”

Después de tres meses, no es ninguna sorpresa que la investigación no haya proporcionado ninguna prueba incriminatoria que fundamente los fantasiosos cargos de la fiscalía. Tampoco ha demostrado qué relación guarda con el terrorismo la reunión supuestamente secreta de Büyükada.

A los y las activistas se les acusa de ayudar a una diversidad de “organizaciones terroristas armadas” con ideologías diametralmente opuestas; se enfrentan a penas máximas de 15 años de prisión. Los cargos en su contra incluyen extravagantes alegaciones de que actividades normales de derechos humanos como pedir que se detenga la venta de gas lacrimógeno, presentar una solicitud de subvención o hacer campaña por la liberación de docentes en huelga de hambre fueron llevadas a cabo en nombre de organizaciones terroristas.

Algunas de las acusaciones contra İdil se basan en documentos de Amnistía Internacional y en comunicaciones públicas que anteceden a su nombramiento en la organización.

En los próximos días, activistas de Amnistía Internacional en más de 25 países organizarán más de 200 fiestas y actos publicitarios en la calle para celebrar el cumpleaños de İdil. Estas fiestas y actos variarán desde una fiesta de cumpleaños en el Parlamento Europeo hasta una conferencia de prensa en una prisión improvisada en Madrid. En estas actividades habrá figuras de papel a tamaño real de Idil para destacar su ausencia.

“La detención de defensores y defensoras de los derechos humanos tenía la clara intención de transmitir el mensaje de que la disidencia no se tolerará. Pero el valor de İdil Eser y sus colegas, y el apoyo que han reunido en todo el mundo, han enviado un mensaje más luminoso: que las voces críticas no se pueden silenciar”, ha manifestado John Dalhuisen.

“Las autoridades turcas deben poner en libertad inmediata e incondicional a los defensores y defensoras encarcelados, y deben poner fin a la brutal represión posterior al golpe que está arrasando el país.”

Los 10 de Estambul asistían el 5 de julio a un taller sobre bienestar y seguridad digital cuando la policía hizo una redada en el edificio y los detuvo a todos. Permanecieron recluidos en la jefatura de policía de Estambul hasta el 18 de julio, día en que comparecieron ante un juez tras haber solicitado la fiscalía que se los enviara a prisión en espera de juicio. https://www.amnesty.org/es/latest/campaigns/2017/09/who-are-the-istanbul-ten-and-why-have-they-been-imprisoned-in-turkey/

Los ocho defensores y defensoras de los derechos humanos encarcelados son: İdil Eser (Amnistía Internacional), Günal Kurşun (Asociación de la Agenda de Derechos Humanos), Özlem Dalkıran (Asamblea de Ciudadanos), Veli Acu (Asociación de la Agenda de Derechos Humanos), Ali Gharavi (asesor de estrategias TIC), Peter Steudtner (formador sobre no violencia y bienestar), İlknur Üstün (Coalición de Mujeres) y Nalan Erkem (Asamblea de Ciudadanos). Otros dos defensores de los derechos humanos detenidos al mismo tiempo fueron puestos en libertad bajo fianza. Se trata de Şeyhmus Özbekli (Iniciativa por los Derechos) y Nejat Taştan (Asociación para la Vigilancia de la Igualdad de Derechos).

Taner Kılıç, presidente de Amnistía Internacional Turquía, fue detenido el 6 de junio y acusado de pertenecer a la “Organización Terrorista Fethullah Gülen”, sobre la base de la acusación infundada de que había descargado la aplicación de mensajería segura ByLock. https://www.amnesty.org/es/latest/news/2017/06/chair-of-amnesty-international-turkey-swept-up-in-post-coup-purge/

En sus propias palabras:

“Estoy dispuesta a pagar el precio de mi decisión de trabajar en los derechos humanos y no tengo miedo. Mi estancia en prisión ha hecho que me sienta aún más comprometida con la defensa de mis valores. No voy a ceder.” İdil Eser (8/19/17)

“Queremos que las mujeres se vean libres de la pobreza y las privaciones. Queremos que tengan acceso a educación y que no sufran abusos o violación. Si eso es un delito, entonces somos culpables, pero es un delito que vamos a seguir cometiendo.” İlknur Üstün (agosto de 2017)

“Valoro el ánimo que la campaña nacional e internacional está generando entre los que estamos detenidos, y entre los defensores y defensoras que están fuera. Nunca me he sentido tan parte de una familia como en este momento. Me alegra muchísimo que ustedes existan, y que todos nosotros existamos.” Özlem Dalkıran (octubre de 2017)

“Para mí, es importante que la responsabilidad política y legal por nuestra situación no se le achaque a Turquía como país o como pueblo [...] Recorramos juntos el camino no violento de los derechos humanos.” Peter Steudtner (septiembre de 2017)



Hoy se cumplen 100 días desde que las fuerzas de seguridad turcas asaltaron un simple taller de formación y se llevaron a un grupo de 10 notables activistas de los derechos humanos. La mayoría de estas personas —conocidas como los 10 de Estambul— están encerradas en la principal prisión de máxima seguridad de Turquía.

Esta semana, el fiscal ha presentado formalmente cargos de terrorismo contra ellas, entre las que se encuentran dos formadores de nacionalidad alemana y sueca y la directora de Amnistía Internacional Turquía, y ha pedido hasta 15 años de prisión.

Los cargos contra ellas y los motivos de su encarcelamiento son tan absurdos que resulta difícil creer que pueda estar ocurriendo algo así.

Demasiado para una “reunión secreta”

Los fiscales turcos han intentado describir el taller como una reunión clandestina de conspiradores que intentaba provocar el “caos en la sociedad”, PERO…

1. No era ninguna reunión secreta ... Habían sido invitadas gran número de personas de muchas organizaciones distintas.

2. La reunión se celebraba en un edificio de cristal, donde se las podía ver, y, como señala la policía, la puerta estaba totalmente abierta. “Fuimos al hotel y subimos a la sala de la reunión del piso de arriba. La puerta estaba abierta, y se veía a la gente sentada en círculo en la sala.”

3. Uno de los formadores del taller, Peter Steudtner, había proporcionado al sistema de registro de viajes al extranjero del gobierno alemán detalles de adónde iba a ir y qué iba a hacer en Turquía. Sin embargo, el fiscal turco está utilizando esta información como prueba de la participación del gobierno alemán en la presunta conspiración.

4. Una de las personas participantes, Nalan Erkem, había publicado una fotografía del hotel en su cuenta de Instagram y había anunciado públicamente dónde se alojaban. “¿Dónde os alojáis?”, pregunta una de sus amistades. “En el Ascot Hotel”, responde Nalan.






Buscaron un intérprete al azar en Internet

Si te reúnes para hablar de actividades terroristas, lo más probable es que contrates a un intérprete de confianza que ya conozcas, PERO…

5. El grupo contrató a interpretes a quienes no conocían de nada.

Fue uno de ellos quien avisó a la policía y le dijo: “[...] algunas de las conversaciones que escucho son sobre pasar teléfonos móviles de contrabando por la policía, cómo se almacena la información en estos móviles, el cifrado de la información en ellos. Estaban muy preocupados, hacían preguntas sobre esto, extranjeros y personas que hablaban turco”.

Si fue en este aviso en lo que se basó el asalto, es evidente que no se trató de una operación policial planeada cuidadosamente y dirigida por los servicios de inteligencia con objeto de descubrir una conspiración.

Pruebas poco precisas

6. Un rudimentario “mapa”, hallado por la policía sobre la mesa de la sala de reunión, se está utilizando como una de las “pruebas” principales contra las personas detenidas.

A modo de ejercicio preliminar, el formador Peter Steudtner había pedido a las personas participantes que dibujaran algo que les creara tensión. Şeyhmus Özbekli, que padece claustrofobia, dibujó un ascensor; İlknur Üstün, jugadora de squash, unas pelotas volando hacia ella, y Özlem Dalkıran, un dibujo de Turquía que representaba la guerra en el sureste, las personas encarceladas en Estambul, los refugiados que huyen de la guerra de Irak y Siria y las plantas hidroeléctricas del mar Negro.






7. El mapa que garabateó Ozlem no es el único presentado como prueba.

También se esta utilizando como “prueba” de cargo otro encontrado en el ordenador de Ali Gharavi, pese a no ser más que un mapa académico de grupos lingüísticos de Turquía, Irak e Irán. Se puede encontrar fácilmente en Internet para fines educativos.






“Si eso es un delito [...] continuaremos cometiéndolo”

8. Entre las acusaciones contra İdil Eser figura la de que Amnistía Internacional escribió una carta a la embajada de Corea del Sur en Turquía para pedirle que dejara de vender botes de gas lacrimógeno a Turquía tras las manifestaciones del parque Gezi. Eso es lo que hace de manera habitual Amnistía Internacional, pero es que, además, esa carta se escribió ante de que İdil se uniera a la organización.

9. İlknur Üstün, activista de los derechos de las mujeres, está acusada de haber solicitado fondos a “una embajada” para apoyar un proyecto sobre “igualdad de género, participación en la elaboración de políticas y presentación de informes”. Ya en prisión, escribió esto acerca de su trabajo: “Si eso es un delito [...] continuaremos cometiéndolo”.

El grupo de “terroristas” más inverosímil jamás visto

10. Ninguno de estos defensores y defensoras de los derechos humanos ha propugnado el odio, la violencia o la discriminación.

El formador sueco Ali Gharvi se presentaba así a la gente: “Me llamo Ali, como el boxeador Muhammad Ali, sólo que sin la violencia”, y sería difícil encontrar un grupo de personas menos violentas.

Peter Steudtner ha dedicado su vida a promover la solución pacífica y no violenta de conflictos, centrándose en enseñar a la gente el enfoque de “no hacer daño”. En una carta que ha enviado desde la prisión afirma: “Para mí es importante que la responsabilidad política y jurídica de nuestra situación no recaiga en Turquía como país ni en su población [...] ¡Vamos juntos por el camino no violento de los derechos humanos!”.

İdil Eser ha trabajado para muchas organizaciones de la sociedad civil, como la Asamblea de Ciudadanos de Helsinki y Médicos sin Fronteras, y cuando en 2011 los terremotos sacudieron el este de Turquía voló a Van para ofrecer sus servicios como voluntaria.

Günal Kurşun es profesor universitario y abogado, y ha escrito 10 cuentos para su hijo de dos años en prisión.

Este artículo se publicó originalmente en Euronews.





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