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"Anni Albers: tocar la vista"

Exposición en el  Guggenheim Bilbao





El Museo Guggenheim Bilbao acoge la exposición "Anni Albers: tocar la vista", un recorrido detallado por la obra de una figura pionera del arte textil y DE la incorporación del lenguaje gráfico moderno a las prácticas tradicionales. La muestra, que cuenta con un gran número de tejidos pictóricos de Albers, pretende ser un reconocimiento al recorrido de las siete décadas de producción de la artista.

6 DE OCTUBRE, 2017 – 14 DE ENERO, 2018
Esta exposición propone una aproximación detallada a la obra de Anni Albers (Berlín, 1899–Orange, Connecticut, EE. UU., 1994), artista que se distinguió por la originalidad de su trabajo pictórico y textil, y por su íntimo conocimiento de los materiales y técnicas de la tejeduría, un modo de producción casi tan antiguo como la humanidad. Prestando especial atención a las conexiones entre los distintos períodos y series de su trayectoria, y destacando tanto sus motivos e ideas recurrentes como sus creaciones experimentales, Anni Albers: tocar la vista refleja la fuerza de una artista cuyo pensamiento humanista y esencial tuvo gran influencia en el arte de su tiempo y en el de generaciones posteriores.

Organizada en colaboración con The Josef and Anni Albers Foundation, esta muestra subraya el papel pionero de Albers en el renacer moderno del arte textil (Fiber Art). La artista se inspiró en las culturas precolombinas y en la industria moderna, aunque su trabajo trascendió las nociones de artesanía y de labor propia del género femenino. Además de haber llevado a cabo innovaciones en el tratamiento de las tramas textiles y una permanente investigación de motivos y funciones del tejido, Albers logró posicionarse frente al papel dominante de la pintura a través de los textiles y el grabado, considerados “géneros menores” a pesar de su profundo calado en la historia humana. En su empeño por lograr un contacto verdadero con el objeto, Albers también contribuyó a redefinir la obra de arte como diseño reproducible, ofreciendo al público una mayor accesibilidad a la producción piezas artística.

Anni Albers: tocar la vista es un homenaje a la mirada táctil y emocional de una artista que buscó siempre la pureza conceptual y la claridad en la realización del trabajo.

FORMA, PRODUCCIÓN, EXPERIMENTACIÓN
En 1922, Anni Albers se matriculó en la escuela Bauhaus de Weimar, institución vanguardista en la que también conocería a su marido, el pintor Josef Albers. Estudiante aplicada y hábil tejedora, Anni Albers fue asistente de la profesora Gunta Stölzl y ejerció como directora en funciones del taller textil en varias ocasiones entre 1929 y 1931. Cuando la Bauhaus fue clausurada por el partido nazi en 1933, el matrimonio Albers se trasladó a Carolina del Norte, EE. UU., donde ambos fueron contratados como profesores de una escuela libre recién creada que se convertiría en referente de la modernidad norteamericana, el Black Mountain College.

Esta sección recoge trabajos de ambos períodos, en los que el pensamiento creativo de Albers evolucionó de manera decisiva. La selección de piezas de la Bauhaus incluye dibujos preparatorios para textiles (algunos realizados o reproducidos décadas más tarde e incluso de manera póstuma), así como numerosos ejemplos de su investigación para el desarrollo de tejidos simples y funcionales. Por otro lado, las obras realizadas durante los años cuarenta ponen de manifiesto el efecto liberador que supuso la experimentación en el seno de la comunidad artística del Black Mountain College, donde las ideas racionalistas previas adoptaron un inesperado e intuitivo lirismo. Fue en esta década cuando Albers acuñó también el término “tejido pictórico” para referirse a los tapices que realizaba a mano en el telar. A nivel formal, se puede observar la transición del esquema ortogonal de sus inicios hacia motivos más libres, en los que la textura dialoga directamente con el color, evocando en ocasiones visiones espirituales o paisajes imaginarios. Esta selección de obras se complementa con algunos trabajos que anuncian los desarrollos que Albers emprenderá a principios de los años cincuenta y con un apartado dedicado a la documentación de los estimulantes viajes que realizó con Josef por Latinoamérica, donde se incluyen tejidos antiguos que adquirieron y conservaron en su colección particular.   


TEXTOS Y TEXTILES: SIGUIENDO EL HILO

La presencia de la artista en la vibrante escena estadounidense fue un factor clave en su apertura emocional hacia nuevas formas y prácticas, y en la consolidación de su singular enfoque de la tejeduría. En 1949, fue definitivamente reconocida gracias a una gran exposición monográfica que le dedicó el Museum of Modern Art de Nueva York y que tuvo una larga itinerancia por numerosos museos de EE. UU. Tras su partida del Black Mountain College a la zona de New Haven, en Connecticut, donde viviría el resto de su vida, Albers continuó combinando la experimentación artística y el ocasional trabajo pedagógico, a la vez que produjo algunos de los textos fundamentales del arte textil moderno. Esta parte de la exposición presenta una selección de los tejidos pictóricos que realizó en su madurez, donde surgen nuevos motivos gráficos que evocan escrituras antiguase invitan a hacer una lectura puramente rítmica. Son híbridos entre el texto y el textil, el lienzo y la página, unidos en un soporte que es todo trama y urdimbre, y que Albers desarrolla hasta abandonar definitivamente el telar en 1968.

Paralelamente, la artista había empezado a repensar el papel de los dibujos y gouaches preparatorios para sus telas, y su experimentación con las técnicas gráficas la llevó a producir, en 1964, su primera serie importante de grabados en el porfolio titulado Relaciones de líneas. En las diferentes técnicas de impresión gráfica, Albers encontró un nuevo espacio de investigación visual que acabaría reemplazando por completo a su labor textil. A estas primeras obras gráficas se une en la muestra una selección de bocetos, diagramas y fotografías relacionados con el desarrollo teórico de Anni Albers, que se plasma de manera fundamental en el libro Del tejer (On Weaving), publicado en 1965.

Anni Albers
Orquesta III (Orchestra III), 1980
Photo offset 45 × 42,5 cm
The Josef and Anni Albers Foundation, Bethany CT
Foto: Tim Nighswander/Imaging4Art
©The Josef and Anni Albers Foundation, VEGAP, Bilbao, 2017

Anni Albers
Muro XII (Wall XII), 1984
Acuarela sobre serigrafía
72,4 x 57,2 cm
The Josef and Anni Albers Foundation, Bethany CT
Foto: Tim Nighswander/Imaging4Art
©The Josef and Anni Albers Foundation, VEGAP, Bilbao, 2017

REFLEXIÓN Y DISTRIBUCIÓN: EL TERRENO GRÁFICO
A través de aguatintas, litografías, serigrafías e impresiones offset, la artista pudo estudiar, con distintas técnicas, conceptos visuales que ya estaban presentes en sus piezas textiles. Su alegre experimentación con los diversos procesos químicos del grabado discurrió en paralelo a su colaboración con algunos de los mejores talleres de estampación de su tiempo. Así, Albers encontró un medio de reflexión sobre la totalidad de su obra anterior, como atestigua el porfolio Conexiones, donde ofrece una concisa sinopsis de los grandes logros visuales de casi seis décadas de trabajo.

En el grabado, Albers encontró el elemento ideal para probar nuevos patrones compositivos y variaciones visuales casi infinitas. Buscando niveles mayores de complejidad gráfica que revelan conexiones estructurales entre la línea y el hilo, entre el dibujo y el tejido, recurrió con frecuencia a los esquemas triangulares y romboidales. Estas formas se alternaban con el estudio de líneas intrincadas que, en otras piezas, evocan laberintos, nudos y marañas de hilos. Sus diseños se convirtieron muchas veces en modelos textiles empleados para la producción a gran escala, en la que participaron diversos fabricantes de su tiempo, una práctica que The Josef and Anni Albers Foundation ha continuado por deseo de la artista. Mediante estas colaboraciones con la industria, Albers quiso poner sus diseños al alcance del gran público, mostrando así su compromiso con el perpetuo ideario de la Bauhaus, que propugnaba que el arte y el diseño fueran considerados como un solo campo de producción de forma, y promovía el desarrollo de prototipos que permitieran una difusión igualitaria de las formas artísticas. El discurrir paralelo entre la industrialización del producto textil y del objeto gráfico, las posibilidades de democratizar la obra de arte y una crítica implícita al individualismo creativo se hacen evidentes en este período final de la obra de la artista.




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