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El coral negro






Por Mónica Fernández-Aceytuno

Estamos en el Hierro entre 60 y 85 metros de profundidad.

Esto que vemos son bosques de un coral

del que cabría esperar que se llamase coral blanco,

o coral gris,

coral amarillo,

o coral pardo cuando recibe más luz y presenta tonalidades rojizas.

Pero se llama coral negro porque,

aunque la parte viva es muy clara,

su esqueleto es muy oscuro, negro,

de tal belleza que

con él se hicieron joyas desde tiempos inmemoriales.

Quizás por eso, se ha refugiado este coral en esos recónditos parajes del océano que tienen este aire de casa abandonada.

Hay una nueva cita, reciente, de 2014, de coral negro en las islas Chafarinas, donde ha aparecido una especie de coral negro, en la entrada de una cueva, una colonia de un metro de alto.

Casi siempre en los lugares más recónditos.

Están apareciendo corales negros incluso a profundidades donde jamás llega la luz del sol.

Como quien esconde, bajo un colchón de agua, sus joyas.

Mónica Fernández-Aceytuno
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Cedente: Fundación AQUAE


Nueva entrega de los microdocumentales de Mónica Fernández Aceytuno en Efeverde en colaboración con Aquae TV, en esta ocasión sobre el coral negro (Antipathes wollastoni).




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