“Me indigna que aún siga muriendo gente por culpa de ella”, confiesa Estrella Lasry, especialista en Medicina Tropical. Y es que nadie debería morir de una enfermedad prevenible y curable.
Juan Carlos Tomasi/MSF
“La mayoría de los más de 800 niñas y niños menores de 5 años que hoy morirán de malaria en el mundo podría haberse salvado con un tratamiento sencillo. Esto es algo que me indigna”, denuncia Estrella Lasry, especialista en Medicina Tropical.
Una cifra inaceptable teniendo en cuenta que existe un tratamiento ambulatorio eficaz, sencillo, barato, que dura solo tres días y que cura a casi el 100% de los enfermos de malaria simple.
Entonces, ¿cómo es posible que sigan muriendo cada año cerca de 430.000 personas*, la mayoría de ellos niños?
El motivo es que millones de enfermos de malaria ni son diagnosticados ni reciben tratamiento, sobre todo porque viven en zonas aisladas o afectadas por un conflicto armado.
No obstante, a pesar de las guerras o de lo remoto de la zona, MSF seguimos trabajando por llevar el tratamiento a quién más lo necesite, esté donde esté.
En esta época del año, en muchos países como Nigeria, Sudán del Sur o Níger, la temporada de lluvias ya ha empezado y con ella proliferan los mosquitos que transmiten la malaria.
La prevención es clave
Por ello, en estos momentos estamos entregando mosquiteras, insecticidas y larvicidas en los países más vulnerables pero, sobre todo, estamos administrando tratamientos antimaláricos tanto para los enfermos de malaria simple como los de malaria grave.
*Datos oficiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a diciembre de 2016.