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Las familias de Yemen no pueden aguantar un día más de guerra



La OMS, el PMA y el UNICEF hacen un llamamiento en favor del acceso humanitario en Yemen, ya que el 75% de la población necesita asistencia urgente.




Declaración conjunta
Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS
Anthony Lake, Director Ejecutivo del UNICEF
David Beasley, Director Ejecutivo del PMA
Hemos sobrepasado la ominosa barrera de los 1000 días de guerra en el Yemen. En los últimos días se ha recrudecido la violencia y de nuevo niñas, niños y familias perecen bajo ataques y bombardeos.

Más de 1 000 días de una violencia brutal que expulsa a las familias de sus hogares; 1000 días sin comida ni agua potable suficientes; 1000 días de hospitales bombardeados y escuelas destruidas; 1000 días de niños reclutados para combatir; 1000 días de enfermedad y muerte… de sufrimiento humano inimaginable…

El conflicto del Yemen ha engendrado la peor crisis humanitaria del mundo, una crisis que ha engullido al país entero. Alrededor del 75% de la población del Yemen necesita asistencia humanitaria, lo que incluye a 11,3 millones de niños que no pueden sobrevivir sin ella. Por lo menos un 60% de los yemenitas vive en la inseguridad alimentaria y 16 millones de personas carecen de acceso a agua salubre y servicios adecuados de saneamiento.

Muchos más se ven privados de servicios de salud básicos. Menos de la mitad de los centros de salud del país funcionan a pleno rendimiento, y el personal médico lleva meses sin percibir su salario.

Esta horrible contabilidad de la devastación causada por el conflicto solo da fe de lo que sabemos. Pero es probable que la situación sea en realidad peor. Los equipos humanitarios de los organismos de las Naciones Unidas no tienen pleno acceso a algunas de las comunidades golpeadas con más dureza. En muchas de ellas, ni siquiera podemos evaluar las necesidades.

Pero hay algo que sí sabemos: el Yemen ha sobrepasado el punto de inflexión tras el cual una crisis da paso rápidamente a una catástrofe cada vez más profunda.

En los últimos días se han registrado algunos progresos: tras las recientes importaciones comerciales de alimentos, se ha autorizado ahora la entrada en el puerto de Hudayda de las primeras remesas de combustible importado. Es vital que este suministro tenga continuidad, pues las restricciones impuestas a las importaciones de combustible han hecho que el precio del diésel se duplique y comprometido con ello el acceso a agua salubre, a servicios de saneamiento y a atención médica de urgencia. Muchos, demasiados hospitales, sufren penuria de combustible con el que alimentar los generadores que les permiten seguir abiertos.

Las centrales de bombeo de agua que abastecen a más de 3 millones de personas se están quedando rápidamente sin el combustible necesario para funcionar, mientras el precio del agua distribuida por camiones cisterna se ha multiplicado hasta por seis. El agua potable tiene ahora un precio absolutamente prohibitivo para más de dos tercios de los yemenitas que viven en condiciones de extrema pobreza. Todo ello amenaza con echar por tierra el trabajo para contener los mortíferos brotes de difteria, cólera y diarrea acuosa aguda que asolan el país.

No cejamos en nuestro empeño de ayudar al pueblo del Yemen. Hemos hecho llegar agua salubre a casi 6 millones de personas y 3,7 millones de litros de combustible a hospitales públicos, hemos tratado a más de 167 000 niños aquejados de malnutrición aguda grave, hemos entregado más de 2700 toneladas métricas de medicamentos y suministros médicos, hemos vacunado contra la poliomielitis a 4,8 millones de niños y hemos distribuido ayuda alimentaria a alrededor de 7 millones de personas al mes.

Hoy en día, en el Yemen, todo enfermo con síntomas sospechosos de cólera que pueda acceder a servicios de salud tiene casi un 100% de probabilidades de sobrevivir”. “Pero la degradación de las condiciones reinantes sobre el terreno amenaza con superar nuestra capacidad de respuesta”. “Si no conseguimos mayor acceso y si la violencia no remite, el costo en vidas humanas será incalculable. Por ello exhortamos una vez más a las partes en conflicto a que autoricen de inmediato el pleno acceso de la ayuda humanitaria en el Yemen y a que pongan fin a los combates.

Las familias yemenitas no deberían tener que aguantar un día más de guerra, y mucho menos otros 1 000.




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