Jorge Zavaleta Alegre.- Recuerdos sentimentales de quienes vivimos el Mayo del 68. Fue la primavera que marcó la historia contemporánea de Francia. Sucedieron huelgas y protestas espontáneas. Fue la influencia de la revolución cubana, la guerra de Vietnam, de los movimientos de la izquierda latinoamericana.
Este siglo XXI se aprecia como fuente de un ideal romántico y utópico que evocan algunos franceses que emigran del viejo París, con el deseo de ofrecer a los países del sur, algunos aportes de su experiencia, sobre todo en materia de la educación. Un ejemplo de esta naturaleza comienza a gestarse en Trujillo, la capital del departamento peruano de La Libertad, como podremos apreciar en una entrevista desde Washington.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Francia comienza a ser reconstruida con su sistema imperial, cuya prosperidad era aparente. Aparece la gran crisis y la primera agencia nacional de empleo.
Se profundiza la crisis en la industria, en la minería, baja de salarios y precarización de las condiciones de trabajo.
Pues con Mayo68, se empieza a cuestionar las relaciones de dominación a las colonias africanas.
Francia tenía también sus propios problemas, como las guerras de Indochina y de Argelia. La revolución cultural de la China de Mao, lejos del comunismo soviético.
La figura presidencial era denostada, por sus prácticas autoritarias. Los cambios culturales se expresaban con la masiva migración a las ciudades, fenómeno que provoca el consumismo, estimulado por la propaganda comercial.
Aparecen la cultura underground y el movimiento hippe. Se intensifica la crítica a la educación de élite.
La Confederación General del Trabajo se ve obligada a sumarse a la oposición. Se multiplicaron los arrestos. Se obtuvo la primera promesa de mejores salarios. Prohibido prohibir, fue el lema de esa dinámica social.
De Gaulle comenzó a sere criticado y un año después renunció. Prosiguieron estallidos sociales en Suiza, Alemana Federal, EEUU, México, aunque tuvo muy pocos efectos en lo político. 1968, desde lo social y cultural, fue visto como la última revolución romántica en busca de libertad individual y social. Es un referente de la segunda mitade del Siglo XX, con la produccíón de innumerables obras de arte, libros, peliculas, canciones.
Permanece en la memoria aquellos sucesos de mayo del 68 cuando la Policía reprimió fuertemente a los estudiantes que manifestaron en la calle. Fue la chispa que prendió el movimiento que hace medio siglo sacudió a la sociedad francesa y recorrió otros continentes. Era la rebelión contra el orden establecido.
Un grupo de estudiantes de la Facultad de Letras de la universidad de Nanterre, dirigido por Dany el Rojo, convocó a la movilización y aprobó un programa de reformas educativas y de exigencias políticas radicales. Las protestas se multiplicaron, el centro de París se llenó de barricadas y en la noche del 10 de mayo la policía lanza un asalto masivo para intentar recuperar el control. A la manifestación de París acudió más de un millón de franceses.
Cohn-Bendit, convertido después }en diputado del movimiento verde, significó el lanzamiento de una generación, la del baby boom de la posguerra, “a la conquista de las libertades”.
¿Qué queda del mayo del 68? Para muchos, ese movimiento, con lemas como “la imaginación al poder” o “prohibido prohibir”, tuvo importantes consecuencias sociales y políticas en Francia en los años siguientes y ha extendido su influencia hasta nuestros días.
Para otros, como cita el escritor español Felipe Sahagún, la imaginación no llegó al poder, ni las guerras dejaron paso al amor: “La derecha vivió mayo del 68 y, en buena medida, lo sigue viviendo como un caos pasajero que conviene olvidar”.
Alain Touraine, sigue viéndolo como la semilla de la que han germinado muchos de los mejores avances sociales de los últimos 40 años: la liberación de la mujer en el mundo desarrollado, el protagonismo creciente de la sociedad civil, la consolidación de los derechos sindicales.
En EEUU el movimiento estudiantil francés tuvo su paralelismo, donde los movimientos contraculturales beatnik y hippie enviaban, desde principios de los sesenta, mensajes en favor de la vida comunitaria y en contra de la mentalidad burguesa. Con ello confluyó el movimiento por los derechos civiles nacido en el sur de EE.UU., cuyo líder, Martin Luther King, fue asesinado en abril de 1968.
Con el triunfo, en enero de 1968, de Alexander Dubcek sobre el presidente checoslovaco Antonin Novotny, nació el movimiento aperturista Primavera de Praga, y que a finales de los años sesenta trató de instaurar un “socialismo con rostro humano” en Checoslovaquia.
Este siglo XXI se aprecia como fuente de un ideal romántico y utópico que evocan algunos franceses que emigran del viejo París, con el deseo de ofrecer a los países del sur, algunos aportes de su experiencia, sobre todo en materia de la educación. Un ejemplo de esta naturaleza comienza a gestarse en Trujillo, la capital del departamento peruano de La Libertad, como podremos apreciar en una entrevista desde Washington.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Francia comienza a ser reconstruida con su sistema imperial, cuya prosperidad era aparente. Aparece la gran crisis y la primera agencia nacional de empleo.
Se profundiza la crisis en la industria, en la minería, baja de salarios y precarización de las condiciones de trabajo.
Pues con Mayo68, se empieza a cuestionar las relaciones de dominación a las colonias africanas.
Francia tenía también sus propios problemas, como las guerras de Indochina y de Argelia. La revolución cultural de la China de Mao, lejos del comunismo soviético.
La figura presidencial era denostada, por sus prácticas autoritarias. Los cambios culturales se expresaban con la masiva migración a las ciudades, fenómeno que provoca el consumismo, estimulado por la propaganda comercial.
Aparecen la cultura underground y el movimiento hippe. Se intensifica la crítica a la educación de élite.
La Confederación General del Trabajo se ve obligada a sumarse a la oposición. Se multiplicaron los arrestos. Se obtuvo la primera promesa de mejores salarios. Prohibido prohibir, fue el lema de esa dinámica social.
De Gaulle comenzó a sere criticado y un año después renunció. Prosiguieron estallidos sociales en Suiza, Alemana Federal, EEUU, México, aunque tuvo muy pocos efectos en lo político. 1968, desde lo social y cultural, fue visto como la última revolución romántica en busca de libertad individual y social. Es un referente de la segunda mitade del Siglo XX, con la produccíón de innumerables obras de arte, libros, peliculas, canciones.
Permanece en la memoria aquellos sucesos de mayo del 68 cuando la Policía reprimió fuertemente a los estudiantes que manifestaron en la calle. Fue la chispa que prendió el movimiento que hace medio siglo sacudió a la sociedad francesa y recorrió otros continentes. Era la rebelión contra el orden establecido.
Un grupo de estudiantes de la Facultad de Letras de la universidad de Nanterre, dirigido por Dany el Rojo, convocó a la movilización y aprobó un programa de reformas educativas y de exigencias políticas radicales. Las protestas se multiplicaron, el centro de París se llenó de barricadas y en la noche del 10 de mayo la policía lanza un asalto masivo para intentar recuperar el control. A la manifestación de París acudió más de un millón de franceses.
Cohn-Bendit, convertido después }en diputado del movimiento verde, significó el lanzamiento de una generación, la del baby boom de la posguerra, “a la conquista de las libertades”.
¿Qué queda del mayo del 68? Para muchos, ese movimiento, con lemas como “la imaginación al poder” o “prohibido prohibir”, tuvo importantes consecuencias sociales y políticas en Francia en los años siguientes y ha extendido su influencia hasta nuestros días.
Para otros, como cita el escritor español Felipe Sahagún, la imaginación no llegó al poder, ni las guerras dejaron paso al amor: “La derecha vivió mayo del 68 y, en buena medida, lo sigue viviendo como un caos pasajero que conviene olvidar”.
Alain Touraine, sigue viéndolo como la semilla de la que han germinado muchos de los mejores avances sociales de los últimos 40 años: la liberación de la mujer en el mundo desarrollado, el protagonismo creciente de la sociedad civil, la consolidación de los derechos sindicales.
En EEUU el movimiento estudiantil francés tuvo su paralelismo, donde los movimientos contraculturales beatnik y hippie enviaban, desde principios de los sesenta, mensajes en favor de la vida comunitaria y en contra de la mentalidad burguesa. Con ello confluyó el movimiento por los derechos civiles nacido en el sur de EE.UU., cuyo líder, Martin Luther King, fue asesinado en abril de 1968.
Con el triunfo, en enero de 1968, de Alexander Dubcek sobre el presidente checoslovaco Antonin Novotny, nació el movimiento aperturista Primavera de Praga, y que a finales de los años sesenta trató de instaurar un “socialismo con rostro humano” en Checoslovaquia.