"Los vertidos a la playa son ilegales y hay evidencias de que la contaminación está afectando al medio marino próximo", señala Ecologistas en Acción.
Ecologistas en Acción concede por noveno año consecutivo una “Bandera Negra” a la playa urbana de Sanlúcar entre Bonanza y Las Piletas por los vertidos contaminantes a la playa y al litoral. Los vertidos directos a la playa son ilegales, suponen un riesgo inadmisible para la salud y tienen que ser eliminados a corto plazo.
Por segundo año consecutivo se muestran claros indicio de que los vertidos de la depuradora y los aliviaderos están afectando al medio marino cercano aumentando su contaminación de nutrientes, materia orgánica y microbios fecales.
La Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) “Guadalquivir” sigue funcionando mal, vertiendo aguas deficientemente depuradas a través de un emisario submarino de unos 700 metros de longitud, desde la zona de las Piletas al Estuario del río Guadalquivir. El emisario está roto en dos sitios por los que salen vertidos.
El resumen de los análisis realizados por la propia Aqualia a lo largo del año 2017 (último del que tenemos datos; ver detalles en el documento anexo al final de la nota) indican que:
6 de las 24 muestras (25 %) del agua vertida depur sobrepasan los máximos legales de contaminación. La normativa solo permite 3 muestras que los sobrepasen.
3 muestras de las 24 (12,5 % %) tienen niveles de contaminación más de de 2 veces superiores al máximo permitido (contaminación muy alta). La normativa no permite ninguna muestra con esos niveles.
El volumen de vertido estimado es de unos 5,2 millones de metros cúbicos por año (600 m3/h).
No obstante, la situación de la depuradora es menos mala que el año pasado en el que aproximadamente duplicaba esos niveles de contaminación. Nos felicitamos por esa mejoría relativa y esperamos que continúe hasta cumplir la normativa.
Un dato sorprendente es que los análisis realizados por la CMAyOT indican que la depuradora funciona bien mientras los datos de Aqualia y la empresa Aqualia, señalan que funciona mal.
Sin embargo como ya ocurría el año anterior, hay otra casusa de contaminación añadida. El ayuntamiento reconoce en otro documento enviado a la CMAOT (La Declaración Anual de Vertido), que a lo largo del año 2017 se han venido vertiendo aguas residuales sin depurar, directamente al estuario para evitar daños en las piscinas de tratamiento biológico. Esto ha ocurrido durante al menos 9 días de los meses de febrero, marzo, abril y noviembre. La justificación que se da es la entrada de agua salada al alcantarillado a través de los aliviaderos, al subir la marea con coeficientes superiores a 0,8. A partir de los datos de Aqualia se puede estimar que se han vertido al estuario del Guadalquivir unos 85000 m³ (85 millones de litros) de aguas fecales sin depurar.
A ello hay que sumar además, vertidos masivos de aguas residuales sin depuración hacia la playa por 4 aliviaderos (Calles: La Habana (Bonanza), Cabo Noval, Cerro Falón y Calzada de la Infanta) y por los arroyos del Salto del Grillo y de San Juan. Durante el año 2018 se han producido fuertes precipitaciones que han provocado intensos vertidos a la playa. Estos vertidos directos a la playa está prohibidos legalmente. Deberían hacerse a través de tuberías cerradas hasta 200 dentro del agua, deben eliminarse previamente los sólidos (como las toallitas) y tiene que diluirse hasta cumplir la normativa de vertidos.
Los arroyos Salto del Grillo y San Juan ya no está todo el año abiertos como hasta hace dos años. No obstante, el objetivo a conseguir es eliminar los enganches del alcantarillado a esos arroyos y que recuperen sus aguas limpias.
En 2017 se hizo el segundo estudio de evaluación de impacto de los vertidos en las aguas del estuario ( el primero se realizó en 2016). Los datos de estos 2 estudios indican que las aguas del estuario se están viendo afectadas por los vertidos. En los meses de enero y febrero de 2017 se han producido altas concentraciones de microbios fecales en la zona próxima al punto de vertido procedente de la depuradora. También los nitratos y el carbono orgánico total que representan los contaminantes más importantes de las aguas residuales urbanas se encuentran en niveles significativamente superiores (y por encima del nivel mínimo de calidad de las aguas litorales) en las aguas próximas al punto de vertido que en aguas más alejadas.
También rechazamos las realimentaciones masivas de arena que se están haciendo en las playas, sin evaluación de impacto ambiental en los lugares de procedencia de la arena, y sin estudiar las causas que hacen que la arena depositada se pierda en apenas uno o dos años como pasa en la Calzada o en Bajo de Guía.
Por otro lado, ecologistas en acción concede un “Punto Negro” a las playas de La Jara y Montijo por el incumplimiento generalizado de la Ley de Costas en el tramo entre Sanlúcar y Chipiona: invasión del dominio público marítimo terrestre y de la servidumbre de paso y de protección. Se siguen construyendo y reconstruyendo ilegalmente casas en primera linea de playa (que es propiedad común de la ciudadanía). Uno de los efectos de esta invasión es la destrucción de las dunas costeras que son una defensa natural contra los temporales y la erosión que van a ser cada vez más intensas con la subida del nivel del mar y la mayor intensidad de los temporales debidos al Cambio Climático.
Plataforma por un Agua pública en Sanlúcar de Barrameda.
Ecologistas en Acción concede por noveno año consecutivo una “Bandera Negra” a la playa urbana de Sanlúcar entre Bonanza y Las Piletas por los vertidos contaminantes a la playa y al litoral. Los vertidos directos a la playa son ilegales, suponen un riesgo inadmisible para la salud y tienen que ser eliminados a corto plazo.
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Por segundo año consecutivo se muestran claros indicio de que los vertidos de la depuradora y los aliviaderos están afectando al medio marino cercano aumentando su contaminación de nutrientes, materia orgánica y microbios fecales.
La Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) “Guadalquivir” sigue funcionando mal, vertiendo aguas deficientemente depuradas a través de un emisario submarino de unos 700 metros de longitud, desde la zona de las Piletas al Estuario del río Guadalquivir. El emisario está roto en dos sitios por los que salen vertidos.
El resumen de los análisis realizados por la propia Aqualia a lo largo del año 2017 (último del que tenemos datos; ver detalles en el documento anexo al final de la nota) indican que:
6 de las 24 muestras (25 %) del agua vertida depur sobrepasan los máximos legales de contaminación. La normativa solo permite 3 muestras que los sobrepasen.
3 muestras de las 24 (12,5 % %) tienen niveles de contaminación más de de 2 veces superiores al máximo permitido (contaminación muy alta). La normativa no permite ninguna muestra con esos niveles.
El volumen de vertido estimado es de unos 5,2 millones de metros cúbicos por año (600 m3/h).
No obstante, la situación de la depuradora es menos mala que el año pasado en el que aproximadamente duplicaba esos niveles de contaminación. Nos felicitamos por esa mejoría relativa y esperamos que continúe hasta cumplir la normativa.
Un dato sorprendente es que los análisis realizados por la CMAyOT indican que la depuradora funciona bien mientras los datos de Aqualia y la empresa Aqualia, señalan que funciona mal.
Sin embargo como ya ocurría el año anterior, hay otra casusa de contaminación añadida. El ayuntamiento reconoce en otro documento enviado a la CMAOT (La Declaración Anual de Vertido), que a lo largo del año 2017 se han venido vertiendo aguas residuales sin depurar, directamente al estuario para evitar daños en las piscinas de tratamiento biológico. Esto ha ocurrido durante al menos 9 días de los meses de febrero, marzo, abril y noviembre. La justificación que se da es la entrada de agua salada al alcantarillado a través de los aliviaderos, al subir la marea con coeficientes superiores a 0,8. A partir de los datos de Aqualia se puede estimar que se han vertido al estuario del Guadalquivir unos 85000 m³ (85 millones de litros) de aguas fecales sin depurar.
A ello hay que sumar además, vertidos masivos de aguas residuales sin depuración hacia la playa por 4 aliviaderos (Calles: La Habana (Bonanza), Cabo Noval, Cerro Falón y Calzada de la Infanta) y por los arroyos del Salto del Grillo y de San Juan. Durante el año 2018 se han producido fuertes precipitaciones que han provocado intensos vertidos a la playa. Estos vertidos directos a la playa está prohibidos legalmente. Deberían hacerse a través de tuberías cerradas hasta 200 dentro del agua, deben eliminarse previamente los sólidos (como las toallitas) y tiene que diluirse hasta cumplir la normativa de vertidos.
Los arroyos Salto del Grillo y San Juan ya no está todo el año abiertos como hasta hace dos años. No obstante, el objetivo a conseguir es eliminar los enganches del alcantarillado a esos arroyos y que recuperen sus aguas limpias.
En 2017 se hizo el segundo estudio de evaluación de impacto de los vertidos en las aguas del estuario ( el primero se realizó en 2016). Los datos de estos 2 estudios indican que las aguas del estuario se están viendo afectadas por los vertidos. En los meses de enero y febrero de 2017 se han producido altas concentraciones de microbios fecales en la zona próxima al punto de vertido procedente de la depuradora. También los nitratos y el carbono orgánico total que representan los contaminantes más importantes de las aguas residuales urbanas se encuentran en niveles significativamente superiores (y por encima del nivel mínimo de calidad de las aguas litorales) en las aguas próximas al punto de vertido que en aguas más alejadas.
También rechazamos las realimentaciones masivas de arena que se están haciendo en las playas, sin evaluación de impacto ambiental en los lugares de procedencia de la arena, y sin estudiar las causas que hacen que la arena depositada se pierda en apenas uno o dos años como pasa en la Calzada o en Bajo de Guía.
Por otro lado, ecologistas en acción concede un “Punto Negro” a las playas de La Jara y Montijo por el incumplimiento generalizado de la Ley de Costas en el tramo entre Sanlúcar y Chipiona: invasión del dominio público marítimo terrestre y de la servidumbre de paso y de protección. Se siguen construyendo y reconstruyendo ilegalmente casas en primera linea de playa (que es propiedad común de la ciudadanía). Uno de los efectos de esta invasión es la destrucción de las dunas costeras que son una defensa natural contra los temporales y la erosión que van a ser cada vez más intensas con la subida del nivel del mar y la mayor intensidad de los temporales debidos al Cambio Climático.
Plataforma por un Agua pública en Sanlúcar de Barrameda.
Ecologistas en Acción.
