La corrupción impide que los medicamentos y drogas lleguen a los enfermos, imposibilita la construcción de escuelas, lleva a que los caminos desaparezcan con las lluvias y vacía el erario. En los rincones en situación de mayor fragilidad del mundo, la corrupción socava la labor encaminada a lograr la estabilidad o a impedir el arraigo de la violencia y el extremismo.
Kristalina Georgieva.- Mis padres no sabían que el nombre que me pusieron significaba "cristalina" en español. Pero sí sabían de la importancia de la transparencia, la honestidad y la integridad, y me transmitieron esos valores cuando me criaron en Bulgaria. Estos valores son primordiales para mí y los aplico en mi labor en el Banco Mundial.
La falta de transparencia alimenta la corrupción, una fuerza corrosiva que afecta más a los pobres y los vulnerables. Sus efectos son muy reales. La corrupción impide que los medicamentos y drogas lleguen a los enfermos, imposibilita la construcción de escuelas, lleva a que los caminos desaparezcan con las lluvias y vacía el erario. En los rincones en situación de mayor fragilidad del mundo, la corrupción socava la labor encaminada a lograr la estabilidad o a impedir el arraigo de la violencia y el extremismo.
Kristalina Georgieva, directora general del Banco Mundial