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Represión panista

OPINIÓN de Samuel Schmidt

Me llamó animado el editor y me dijo: 

- Conseguí que el Poli (Instituto Politécnico Nacional) sea co editor del libro y con ellos nos vamos a un tiraje de 5,000 ejemplares, ¿qué te parece? 

- Suena muy bien 

- Hay solamente un detalle, quieren que cambies eso de que Fox es mentiroso, porque suena muy fuerte. Me adelanté, les dije que si y que se cambiaba por veleidoso.  

El editor siendo poeta y muy bueno, supo cambiar una palabra para que el argumento fuera exactamente el mismo. 

Días después me llamó para anunciarme que el Poli se salía del proyecto, porque “no se mordía la mano que te da de comer”. 

Hasta allí llegó el truco lingüístico, el IPN carece de autonomía y está sujeto a la presión del Secretario de Educación, así que decidieron no patrocinar un libro crítico del sistema político mexicano para no arriesgar presiones políticas que eran innecesarias con el nuevo gobierno. Primera señal sobre la democracia de la alternancia, había que estar listos para el autoritarismo. 

Así el PAN se sumaba al PRI en la censura de mis libros. 

Tiempo después Gustavo Elizondo, presidente municipal de Ciudad Juárez y actualmente funcionario del gobierno panista de Chihuahua, usando el peso del presupuesto público, me sacó de un programa de radio y uno de televisión en Ciudad Juárez, y aunque no escatimó esfuerzos, no logró matar el semanario El Reto de mi propiedad. 

Siguiendo con la persecución, Javier Corral, el panista que llegó a gobernador gracias a una negociación política que permitió defraudar la elección, me sacó de un programa de radio en México utilizando su posición plurinominal en el senado, posteriormente me difamó y aunque lo demandé, la demanda no prosperó gracias a la procuraduría panista y a que se escudó en el fuero que lo protegió del peculado al usar fondos públicos para saciar su venganza política. 

La rabia panista en mi contra se originó con un artículo donde denuncie el enriquecimiento del hermano de Francisco Barrio, éste provocó amenazas de los hermanos Barrio y hasta la amenaza que me hizo un bufete de abogados en El Paso empleado por Federico Barrio, exigiéndome que me disculpara y nunca volviera a hablar de la corrupción de esa familia. 

Los panistas tratan de hacernos pensar que son honestos y responden rabiosamente cuando alguien se atreve a criticarlos abiertamente y su furia dura décadas, la tolerancia no es lo de ellos. 

Encontramos que las excusas panistas sobre su funesto estilo de gobernar se sustentan por lo menos en tres posturas. Reclaman que se les de la oportunidad porque son novatos, eso incluye represión como la golpiza que ordenó Barrio en contra de los Raramuris o un mal estilo administrativo dónde se alteraban facturas o se otorgaban “préstamos” sin necesidad de repago.  

La segunda excusa es la inexistencia de los eventos denunciados, los panistas dicen que no es cierto, por ejemplo, el baño de sangre en que Calderón sumió al país, los panistas creen que con un “no es cierto”, o que se nos olvidan los 250,000 muertos en el calderonato.  

La tercera excusa es más deliciosa. Le envié a un panista dos artículos que abordan el fraude electoral que favoreció al PAN en 2016, uno de mi autoría (con Jorge López) dónde probamos matemáticamente las anomalías electorales y el otro artículo, relata la negociación en el senado para que pasara la reforma energética, donde se entregaron muchos millones de pesos para comprar votos y se acordó la entrega de gubernaturas. El panista respondió: no tenía caso corromperse si la reforma energética es autoría del PAN, omitió decir que esos panistas son los que inventaron los moches; pero la segunda respuesta no tiene desperdicio: “Ya supérenlo”. Hay que superar la traición a la voluntad popular o el atropello a las normas democráticas, al cabo que los beneficiarios son los buenos. 

En 1947 Cosio Villegas diagnosticó que el PAN no tenía ideas ni personas de nivel, ahora debemos reconocer que este partido sigue igual aunque se corrió hacia la ultra derecha, se puso en las manos de El Yunque, y se volvieron cínicos hasta un nivel que hace que volteemos a ver la corrupción priista como si fuera un juego de niños. En su haber se encuentra mucho dinero y gubernaturas no ganadas en las urnas. 

El artículo que relata la negociación de la reforma energética, dice que un senador priista le dijo a los panistas entre carcajadas: Se atascaron. 

Y es que la democracia del PRIAN se ha vuelto cosa de risa, se volvió un juego de negociaciones obscuras que impunemente pisotean la voluntad ciudadana y eso que no había mucha desde antes de sus maniobras. 





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