OPINIÓN de Teodoro Rentería Arróyave
Sí, fue El Grito del Silencio el de este 15 de septiembre de 2020, si nos referimos al momento solemne y conmovedor del Toque de Silencio por parte de un miembro de las Fuerzas Armadas en honor de las víctimas mortales del maldito covid19.
Cualquier otra referencia de escarnio a la ceremonia del 210 aniversario del Grito del Padre de la Patria, Miguel Hidalgo y Costilla, que nos legó con los demás héroes, Independencia y Honor, es de una miseria intelectual, imposible de digerir.
Desde luego que como auténticos defensores de las libertades de prensa y expresión, respetamos las visiones encontradas de los aconteceres nacionales e internacionales, como nosotros reclamamos esos derechos inalienables e irrenunciables.
Fueron austeros tanto la ceremonia del Grito de la noche del 15, como el Desfile Militar del 16 de septiembre, porque ante todo y sobre todo está la protección de la población ante la pandemia que se confronta y que nos aflige.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, solamente acompañado por su esposa la historiadora, Beatriz Gutiérrez Müller y por los soldados y cadetes de ordenanza, lanzó la arenga desde el balcón central de Palacio Nacional, ante una plaza de la Constitución vacía, estemos ciertos que las familias mexicanas desde sus hogares siguieron por los medios masivos de comunicación la inédita ceremonia.
También la siguieron los críticos de la llamada Cuarta Transformación, puesto que de otra manera no tenían los elementos necesarios para sus invectivas de costumbre, y que bueno que se den.
El desfile militar al igual, participaron apenas 666 integrantes de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Nacional; 15 civiles de instituciones públicas y privadas, en forma sobresaliente elementos de la salud que representaron a todos los que ahora exponen sus vidas para salvar las de sus semejantes del coronavirus devastador; 82 vehículos; 54 aeronaves, y 66 caballos.
Si hubo juegos pirotécnicos, no cohetería como en forma malsana o peyorativa algunos se refirieron, fue el esplendor al derredor de la Flama de Esperanza.
Como dijera el poeta potosino, Guillermo Aguirre y Fierro: “Por la Esperanza, nuestra dulce amiga /Que las penas mitiga / y convierte en vergel nuestro camino”. Feliz septiembre, mes de la Patria.
