La ONU ha detectado un aumento del tráfico de niñas y niños, el reclutamiento forzado y los abusos laborales en Malí como consecuencia del incesante conflicto y la pandemia de COVID-19, por lo que ha instado a redoblar los esfuerzos para proteger a la población vulnerable y garantizar que quienes cometan abusos rindan cuentas ante la Justicia.