OPINIÓN de Teodoro Rentería Arróyave
Nunca antes se había celebrado una reunión bilateral entre los presidentes de México y Estados Unidos a 40 días de que el flamante mandatario de la nación vecina del norte haya asumido el poder, y más significativa aún, puesto que se dio ante dos escenarios caóticos: la terquedad de su antecesor, el racista Donald Trump, en querer eternizarse en el poder y por la pandemia que asola al mundo y en forma particularmente grave en esa nación de las barras y las estrellas.
En efecto, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y el presidente estadounidense, Joe Biden, llevaron a cabo una reunión bilateral virtual el 1° de marzo a fin de discutir mecanismos de cooperación en materia de migración y avanzar en los esfuerzos conjuntos para promover el desarrollo en el sur de México y el Triángulo Norte de Centroamérica, dice el Comunicado Conjunto.
En primer lugar hace referencia a la “positiva conversación del pasado 22 de enero, en la cual los dos presidentes reafirmaron la profunda asociación entre ambos países, basada en el respeto mutuo y en el extraordinario vínculo familiar y de amistad que nos une.
Ambos líderes se comprometieron a trabajar juntos para combatir la pandemia de COVID-19, revitalizar la cooperación económica y a explorar áreas de colaboración frente al cambio climático. También destacaron la importancia de combatir la corrupción y de cooperar en materia de seguridad.
Entremos a los puntos: en materia de cooperación bilateral y multilateral sobre migración, sobre todo en el reconocimiento del trabajo de nuestros migrantes: “Ambos líderes reconocieron las múltiples contribuciones de las personas migrantes para la fortaleza económica, la diversidad cultural y el espíritu innovador de México y Estados Unidos. Los presidentes se comprometieron a impulsar políticas migratorias que reconozcan la dignidad de las personas migrantes, así como el imperativo de una migración ordenada, segura y regular.
Así mismo, acordaron colaborar en un esfuerzo conjunto para abordar las causas de raíz detrás de la migración regional, mejorar la gestión y desarrollar vías legales para la migración.
Respectivamente, ordenaron a la Secretaría de Relaciones Exteriores y al Departamento de Estado a colaborar con los gobiernos de los países vecinos, la sociedad civil y el sector privado a través de políticas que promuevan un desarrollo económico equitativo y sostenible, combatan la corrupción y mejoren la cooperación en materia de aplicación de la ley en contra de las redes transnacionales de contrabando delictivo.
Cuando los detractores de siempre apostaban a una relación desastrosa del presidente Andrés Manuel López Obrador con su homólogo Joe Biden, viene el mentís con esta primera reunión bilateral y con la explícita declaración bilateral.
Ya dejamos establecido que por primera vez se llevó a cabo una reunión bilateral entre los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador y de Estados Unidos, Joe Biden a escasos 40 días de que tomara posesión de su alto cargo y se convirtiera en el XLVI presidente de la potencia del norte.
Como era de suponerse cierta comentocracia le apostó al fracaso del encuentro; para bien de ambas naciones y para sus pueblos los resultados son halagüeños, y esperamos que así sigan en los próximos cuatro años en los que coincidirán ambas administraciones.
Fueron tres los puntos de la agenda en los que se enfocaron los mandatarios, temas fundamentales no sólo para apuntalar la relación bilateral, sino también la multilateral: Cooperación bilateral y multilateral sobre migración, Cooperación bilateral para la respuesta y recuperación del COVID-19 y Cooperación bilateral contra el cambio climático.
Insistimos, que en el documento oficial se resalta la que calificaron como “positiva conversación del pasado 22 de enero, en la cual los dos presidentes reafirmaron la profunda asociación entre ambos países, basada en el respeto mutuo y en el extraordinario vínculo familiar y de amistad que nos une”.
Tratado el primer tema en la entrega anterior, entremos de lleno a los dos siguientes, primero sobre “la Cooperación bilateral para la respuesta y recuperación del COVID-19”
Ambos presidentes reafirmaron la importancia de una estrecha colaboración para responder a la pandemia de COVID-19, particularmente en áreas relacionadas con la cooperación económica y sanitaria. En respuesta a la pandemia, acordaron profundizar la cooperación a partir de mejoras de las capacidades de salud pública, intercambio de información y desarrollo de políticas fronterizas.
Reconociendo la importancia estratégica de la relación económica bilateral, reafirmaron su compromiso compartido con el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) como motor de la prosperidad y los derechos laborales de América del Norte en ambos países al generar oportunidades laborales, mejorar las protecciones para las y los trabajadores y prevenir el trabajo forzado.
Así como, la seguridad de las cadenas de valor binacionales por lo cual se reiniciará el Diálogo Económico de Alto Nivel para avanzar en estos objetivos.
México desde hace décadas había caído más que en un retraso, en un rezago criminal en cuanto a las condiciones y a los salarios de los trabajadores. Ahora con el tercer aumento de principios de año, los salarios mínimos se han incrementado en 52 por ciento y aún así falta mucho para equiparar los emolumentos con los que se otorgan en los países, socios vecinos: Canadá y Estados Unidos, esta es la parte dura del grave problema que provoca la inmigración.
Ambos líderes acordaron fortalecer la resiliencia, capacidad para superar circunstancias traumáticas como es la muerte de un ser querido.
Finalmente el tema de la Cooperación bilateral contra el cambio climático, el cual había sido borrado y atacado hasta la ofuscación en la ya derrotada y superada administración trumpista.
Los dos presidentes destacaron la importancia de enfrentar la crisis climática y acordaron explorar áreas de cooperación. Los líderes reconocieron los beneficios de reducir los contaminantes climáticos de corta duración, así como la necesidad de promover la eficiencia energética. Además, discutieron maneras de trabajar juntos en aras de alcanzar un resultado exitoso en la Cumbre de Líderes sobre Cambio Climático organizada por los Estados Unidos y a celebrarse el 22 de abril de este año.
En fin, son temas de un gran calado que desde luego no se agotan en esta primera reunión bilateral, porque si son puntos fundamentales para los intercambios que se logren en base a una estupenda vecindad con respeto de acuerdo a la interdependencia, pero sobre todo a la soberanía de las naciones.
