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"Del discurso del odio al genocidio: lecciones del genocidio de 1994 contra los tutsis en Ruanda"

Día Internacional de Reflexión sobre el Genocidio cometido en Ruanda

Informe Duclert sobre el genocidio de Ruanda: Francia "permaneció ciega a la preparación" del genocidio de tutsis en Ruanda en 1994, según las conclusiones del informe

Guterres conmemora los 27 años del genocidio de Ruanda instando a "tener en cuenta las lecciones" que dejó

Estatua en Kigali (Ruanda)

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha conmemorado este miércoles el Día Internacional sobre el Genocidio en Ruanda en 1994, y ha instado a tener en cuenta "las lecciones de hace 17 años", especialmente cuando "los movimientos extremistas representan la principal amenaza para la seguridad" en muchos países.

"Aquellos días de 1994 permanecen en nuestra conciencia colectiva como uno de los más horribles de la historia humana reciente", ha lamentado Guterres en un comunicado en referencia al genocidio en el que más de un millón de personas fueron sistemáticamente asesinadas en menos de tres meses en Ruanda, la mayoría de ellos tutsis.

Aunque el país africano vivió uno de los capítulos más dolorosos de la historia moderna de la humanidad, su pueblo ha renacido de sus cenizas y "nos ha mostrado el poder de la justicia y la reconciliación, y la posibilidad de progreso", por lo que ha urgido a comprometerse a "a construir un mundo guiado por los Derechos Humanos y la dignidad para todos.

En este día, el máximo representante de Naciones Unidas ha honrado a los que fueron asesinados y se ha unido "en solidaridad" con Ruanda, además ha advertido que una de las principales amenazas que se enfrenta a lo largo del mundo son los movimientos extremistas en muchos países.

En concreto, además, la gente está amenazada por grupos extremistas decididos a aumentar sus filas mediante la polarización social y la manipulación política y cultural, y aunque la tecnología y las técnicas que utilizan los extremistas están evolucionando, los mensajes y la retórica viles siguen siendo los mismos.

Estos se basan en la deshumanización de las comunidades, la desinformación y el discurso del odio avivan el fuego de la violencia.

Además, en el contexto de la crisis sanitaria, se han evidenciado todavía más las divisiones cada vez más profundas, ya que ha afectado profundamente a todo el espectro de los Derechos Humanos en todas las regiones, alimentando aún más la discriminación, la polarización social y las desigualdades, todo lo cual puede conducir a la violencia y al conflicto.

"Vimos lo que ocurrió en Ruanda en 1994, y conocemos las horribles consecuencias cuando se permite que prevalezca el odio", por lo que para evitar que la historia se repita "es necesario contrarrestar estos movimientos impulsados por el odio que se han convertido en una amenaza transnacional".

El Día Internacional de reflexión sobre el Genocidio en Ruanda, es una fecha que se celebra el 7 de abril de cada año con el objetivo de rendir un homenaje a todos los hombres, mujeres y niños que el 7 de abril del año 1994 murieron a causa del genocidio





Con motivo del Día Internacional, la UNESCO organiza una mesa redonda titulada: "Del discurso del odio al genocidio: lecciones del genocidio de 1994 contra los tutsis en Ruanda."


¿Qué se entiende por genocidio?

Se entiende por genocidio la aniquilación o exterminio de un grupo de personas debido a diferencias sociales, raciales, políticas de etnias o de religión. Se lleva a cabo con el objetivo de eliminar en masa a una gran parte de la población, así como detener nacimiento o procreación de otros seres humanos.
Genocidio en Ruanda con un saldo de 800.000 víctimas

El 7 de abril del año 1994 comienza uno de los mayores crímenes de lesa humanidad que hay en las últimas décadas y donde perdieron la vida 800.000 mil personas y todo motivado a conflictos étnicos.

Tal hecho ocurre unos días después de que fuera derribado un avión, donde viajaban los presidentes de Ruanda y Burundi. Este cruel y sangriento escenario duro 100 días en los cuáles, hombres, mujeres y niños, fueron ejecutados vilmente en manos de las fuerzas armadas, civiles y autoridades importantes como gobernantes y dirigentes de esa nación.
Un tribunal internacional en Ruanda

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas creó en 1994 un Tribunal en Ruanda y en el cual serían enjuiciados todos los responsables de la matanza en este país, la cual duró un año y donde perdieron la vida miles de personas civiles y militares de otros países que fueron a cumplir una misión humanitaria durante ese conflicto.

Este tribunal, ayudó a restablecer la paz, así como lograr justicia para las victimas gracias a la condena de los culpables de genocidio y otras violaciones de los derechos humanos. Así mismo, se ha podido reivindicar y asistir a las víctimas.
El papel de las Naciones Unidas después de lo ocurrido en Ruanda

Después de los lamentables hechos ocurridos en Ruanda, desde la ONU se aunaron esfuerzos para levantar al país, empezando por su reconstrucción. También se llevaron a cabo programas humanitarios para las personas que producto del conflicto tuvieron que abandonar el país o tenían condición de refugiados.

Así mismo, la Organización de Naciones Unidas, desarrolló planes para la construcción de nuevas infraestructuras y viviendas para los miles de personas que quedaron sin hogar. Hoy la nación, vive bajo una relativa tranquilidad, después de aquella terrible barbarie, sin embrago, todavía hay mucho por hacer para que el país y sus ciudadanos tengan derecho a disfrutar de una vida mejor.
Ruanda 25 años después del genocidioHuérfanos en Kigali. De TKnoxB de Chemainus, BC, Canada - Flickr, CC BY 2.0.

En la actualidad, Ruanda goza de una vida más apacible que la vivida en el pasado. En los últimos años, el país ha logrado algunos avances en el sector económico y han podido avanzar en nuevos proyectos de infraestructura para mejorar la condición de vida de sus habitantes.

Afortunadamente, la Ruanda de hoy, dejó en el pasado mucho de sus males, sin embargo, aún perdura en la mente y en los corazones de ciudadanos aquel fatídico día, el cual se conmemora para que hechos como estos, no se vuelvan a repetir.

Informe Duclert sobre el genocidio de Ruanda

Francia "cerró los ojos frente a la preparación" del genocidio en Ruanda en 1994 y tiene una "responsabilidad abrumadora" en la matanza de unos 800.000 tutsis, señala el informe de una comisión de historiadores entregado al presidente Macron este 26 de marzo. Sin embargo, el texto descarta la idea de que hubo complicidad del país galo en el genocidio.


Francia tiene un "conjunto de abrumadoras y condenatorias responsabilidades" en el genocidio ruandés, pero no es cómplice de crímenes contra la humanidad. Esta es la conclusión de los 15 historiadores, reunidos en la Comisión Duclert, que tuvieron acceso a todos los archivos franceses sobre Ruanda.

Señalan además "el fracaso de Francia en Ruanda entre 1990 y 1994" y el papel central desempeñado por el expresidente socialista francés François Mitterrand. Y esto, "a pesar de las advertencias lanzadas desde Kigali, Kampala y París".

Esclarecer el papel de París en el genocidio

Francia "continuará sus esfuerzos" contra la impunidad de los responsables del genocidio en Ruanda, reaccionó el presidente Emmanuel Macron, según AFP.

Este esperado informe es el fruto de la comisión de 14 historiadores encabezada por Vincent Duclert. Fue creada en 2019 por el presidente francés para esclarecer el papel de París en el genocidio de Ruanda, ofreciéndoles acceso a todos los archivos franceses, algunos de los cuales no habían sido abiertos para su consulta nunca antes.

27 años después del genocidio de cerca de 800.000 tutsis por parte del régimen hutu, apoyado por París, este documento de 1.200 páginas supone un paso fundamental en la dolorosa búsqueda de la verdad.

“¿Es Francia cómplice del genocidio tutsi? Si esto significa una voluntad de asociarse a la empresa genocida, no hay nada en los archivos consultados que lo demuestre. Sin embargo, durante mucho tiempo Francia estuvo involucrada con un régimen que fomentaba las masacres racistas”, afirma el documento.

El comité insiste también en la responsabilidad crucial del presidente de la época, François Mitterrand. "Este alineamiento con el gobierno ruandés es el resultado de una voluntad del jefe de Estado y de la presidencia de la República", escriben los 14 historiadores. Mitterrand tenía "una relación fuerte, personal y directa" con el presidente hutu Juvénal Habyarimana, señalan, e ignoró la deriva genocida de su régimen "racista, corrupto y violento".

Esta relación, unida a "una interpretación etnicista" de la situación en Ruanda, justificó también "la entrega de considerables cantidades de armas y municiones al régimen de Habyarimana, así como la amplia participación de los militares franceses en el entrenamiento de las Fuerzas Armadas ruandesas del gobierno".

"Prácticas administrativas irregulares, elusión de los procedimientos legales y actos de intimidación"

El informe denuncia también "la existencia de prácticas administrativas irregulares, cadenas paralelas de comunicación e incluso de mando, elusión de los procedimientos legales y actos de intimidación", una política que se decidió esencialmente en el Elíseo y en el círculo íntimo de Mitterrand.

Los archivos acusan también al presidente francés de la época de haber adoptado "un esquema binario que oponía, por un lado, al amigo hutu, encarnado por el presidente Habyarimana, y, por otro, al enemigo calificado de "ugandés-tutsi" para designar al FPR (Frente Patriótico Ruandés)", la antigua rebelión tutsi que acabó con el genocidio.
Finalmente, al momento del genocidio, Francia "tardó en distanciarse" del gobierno interino que estaba llevando a cabo la matanza y siguió dando prioridad a la amenaza del FPR.

"Reaccionó tardíamente" con la operación Turquesa, "que salvó muchas vidas, pero no las de la gran mayoría de los tutsis ruandeses exterminados en las primeras semanas del genocidio", añaden. La Operación Turquesa fue una intervención militar-humanitaria lanzada por París bajo mandato de la ONU entre junio y agosto de 1994. Sus detractores afirman que en realidad su objetivo era apoyar al gobierno hutu.

Un paso importante en las deterioradas relaciones entre Kigali y París

Aunque las relaciones entre París y Kigali se han suavizado con la llegada al poder de Emmanuel Macron en 2017, el papel de Francia en Ruanda, acusada durante mucho tiempo por Kigali de "complicidad" en el genocidio, sigue siendo un tema explosivo desde hace más de 25 años.

La publicación del informe podría marcar un paso importante en las deterioradas relaciones, mientras que Emmanuel Macron ha ilustrado su voluntad de avanzar en algunos temas sensibles de la memoria.

Este viernes, el Gobierno de Ruanda dijo que el informe es un "paso importante hacia la comprensión común del papel de Francia" en el genocidio.

Según la ONU, unas 800.000 personas, principalmente de la minoría tutsi, fueron asesinadas en tres meses durante las masacres desencadenadas tras el ataque al avión del presidente hutu Juvénal Habyarimana el 6 de abril de 1994.

 


La cercanía de François Mitterrand con el general Juvénal Habyarimana, la cantidad de infamias de un poder violento y corrupto encerrado en su torre etnicista, la voluntad manifiesta de Francia de contrarrestar una rebelión de habla inglesa apoyada por Uganda [y EEUU], el autismo de Mitterrand ante las «alertas», las esquizofrénicas operaciones Noroit y Turquoise (supervisadas por la ONU), la responsabilidad directa del Jefe de Estado Mayor de Mitterrand, el general Charles Quesnot, y su adjunto Jean-Pierre Huchon, y la negativa a sancionar a estos últimos, una diplomacia sin vigor, alojamiento y comida para genocidas fugitivos en suelo francés.

¿Por qué el grupo de tutsis estuvo tres días pidiendo ayuda en el cerro Bissessero antes de ser rescatado, o los supervivientes al menos, por unos soldados franceses que no estaban lejos? ¿Por qué no se menciona la presencia en la zona de las masacres de los mercenarios Bob Denard y Paul Baril?… Con una pluma empapada en el vitriolo de la responsabilidad francesa se escribió el informe de estos 14 historiadores dirigidos por Vincent Duclert.

Una auténtica obra incendiario de 1.200 páginas que acusa a Francia en relación a la abyección ocurrida en Ruanda en 1994. Encargado por Emmanuel Macron, quien lo recibiera el 26 de marzo de 2021, es un documento “explosivo” que recuerda al libro de Pierre Pen, Noires fureurs, Blancs menteurs [Negros furores, blancos mentirosos] y que termina con «el fracaso de Francia en Ruanda entre 1990 y 1994».

«Responsabilidad y no complicidad», tal es la importante precisión que también menciona este detallado y circunstanciado documento, del que uno de los responsables franceses de la época, Hubert Vedrine, se hace eco al aclamarlo como un «informe honesto», aunque señala errores fácticos y cronológicos, además de aclamar más bien un «éxito de Francia en Ruanda». Para el exministro de Relaciones Exteriores y secretario general del Elíseo en el momento de los hechos, no es justo condenar al presidente Mitterrand y «Francia no era amiga del régimen de Habyarimana».

Y en esta perspectiva, Macron multiplica los encargos de informes de historiadores. El Informe Conmemorativo Stora sobre Argelia va en esa línea, luego del cual Argelia también exige el reconocimiento de los crímenes coloniales.

aujourd8.net. Traducido del francés para Rebelión por Susana Merino. Extractado por La Haine




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