Segunda vuelta entre Pedro Castillo y Keiko Fujimori
OPINIÓN de Sergio Ortiz
El 11 de abril fueron las elecciones presidenciales y legislativas en Perú; las primeras se dirimirán este 6 de junio entre los dos candidatos más votados entonces. Por izquierda, el maestro y candidato de Perú Libre, Pedro Castillo, que en abril fue primero; y por derecha, Keiko Fujimori, de Fuerza Popular. Es la hija del exdictador condenado a 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad; su actual intentona es la tercera por llegar a la presidencia habiendo perdido las dos veces anteriores (2011 y 2016).
La señora Fujimori también tiene procesos judiciales por acusaciones de recibir financiación ilegal en sus campañas políticas, además de las críticas por el accionar de ella misma y su bancada en el Congreso, que agravaron la crisis política y la inestabilidad de Perú, que ha tenido cuatro presidentes en vez de uno, en un mismo mandato.
Las últimas encuestas coinciden en que Castillo ganaría al menos por cuatro o cinco puntos. Otros sondeos dan una diferencia más amplia. La encuestadora Ipsos aseguró el domingo 23 que Castillo tendría un 45 por ciento de las preferencias y Fujimori 40,7, en tanto los votos blancos o nulos llegarían al 14,3.
La mayoría de los sondeos coinciden en esas mediciones, salvo una que ubicó primera a la candidata derechista por poco margen.
De todos modos las encuestas son un punto de referencia y no el Oráculo de Delfos. Suelen pifiar por diversos motivos: por selección del público consultado, respuestas condicionadas por miedo, cambios de último momento o preferencias políticas de la empresa.
Y muchas veces los que van remando desde atrás acuden a golpes de efecto o de terror para influir en el ánimo del votante. Sin asegurarlo, es muy posible que un atentado de narcotraficantes, donde murieron 16 personas, entre ellas al menos dos niños, atribuido a remanentes de Sendero Luminoso, sea parte de aquella clase de operativos político-electorales. Este fue en San Miguel, capital del distrito de Vizcatán del Ene, en la provincia de Satipo, zona del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem).
Hay que partir de la base de aquellos crímenes son abominables y el candidato de Perú Libre fue uno de los primeros en condenarlos, pidiendo la investigación y castigo a quienes hayan sido sus responsables y autores. Castillo también advirtió contra “los montajes” y los usos políticos de esa clase de hechos.
El cronista hizo consultas con amigos peruanos, que le recordaron tres “casualidades” que no podrían ser casuales. En la segunda vuelta de 2011, cuando competían Keiko versus Humala, “terroristas” asesinaron a 5 militares; en la segunda vuelta de 2016 donde la Fujimori se medía con PPK, “terroristas” mataron a 8 militares y 2 civiles. Y en este tercer balotaje, junio de 2021, cuando Keiko lidia con Castillo, “terroristas” masacraron a 16 civiles.
Demasiadas coincidencias y siempre la misma competidora política derechista que quiere sacar ventaja con sus campañas maccartistas contra “el terrorismo”, “el senderismo” y “el comunismo”. Cavilando y fumando su pipa, Sherlock Holms podría decir “elemental Watson”. Otra serie policial diría “Prime Suspect”.
¿UN MONTAJE?
En medio de la conmoción por los 16 asesinatos hubo funcionarios que guardaron el sentido común, pero otros y sobre todo grandes medios de comunicación que se lanzaron a afirmar cosas sin pruebas.
Entre los sensatos estuvo el juez de paz de la zona, Leónidas Casas, quien se llegó el mismo lunes a la localidad donde se habían producido los hechos y pidió a todos: “Primero investiguen antes de ponerse a hablar”. El propio jefe de la Policía Nacional, comandante César Cervantes, preguntado por la TV si estaba confirmado que los responsables eran “terroristas” de Sendero Luminoso dijo que eso no estaba acreditado, que sí podían ser narcotraficantes.
En cambio la candidata de Fuerza Popular dio por sentado que se trataba de la misma guerrilla que fue aniquilada con métodos terroristas de Estado por su padre y su socio genocida Víctor Montesinos. Y tomó el tema como clave del final de la campaña electoral, donde acabar con el terrorismo supuestamente ligado a Sendero sería de las principales tareas de su futura administración. Y, obvio, apuntó a Castillo como sospechoso.
Los grandes medios que apoyan a Keiko tanto como lo hicieron con su padre, caso del diario El Comercio (equivalente a La Nación o “Gaceta Ganadera”), directamente volvieron a su cantinela de la primera vuelta, según la cual Castillo tenía vínculos con el senderismo y el Movadef, un movimiento político de abogados y familiares de los presos políticos de Perú. El candidato de la izquierda ha negado esa relación, pero El Comercio insistió en criticarlo en un editorial del 26 de mayo: “A la ausencia de un plan estructurado para enfrentar el terrorismo se le suma el hecho de que múltiples de sus miembros tienen vínculos con Sendero Luminoso o el Movadef, su brazo político. Guillermo Bermejo, congresista electo por esta agrupación, está enfrentando un proceso ante el Poder Judicial por su supuesta afiliación a la banda criminal. Castillo lideró un gremio sindical con individuos que, según la Dirección contra el Terrorismo (Dircote) de la PNP, estaban asociados con la aludida organización prosenderista”.
En nota de la jefa de la “Unidad de Investigación”, Graciela Villasís Rojas, se afirmó que “Hubo más de 56 acciones terroristas de los Quispe Palomino desde el 2020 en el Vraem”. Según las fuentes de la Dircote que nutren al pasquín, Víctor Quispe Palomino, ‘José’, sería el responsable de esos ataques.
De ese modo dan una entidad gigantesca a un grupo residual que según esas crónicas tan sesgadas tendría unos 100 miembros y que no puede arrogarse la representación de Sendero Luminoso. Su dirigente Abimael Guzmán fue capturado en 1992 y al año siguiente ordenó a sus militantes cesar la lucha armada. Dicho sea de paso, Movadef pide la libertad de ese prisionero político que lleva casi 29 años presos, sin visitas, con dos perpetuas y en las profundidades de la cárcel naval de El Callao.
Esa adjudicación de prioridades y responsabilidades en la crisis de Perú se dirimirá en la elección. Para El Comercio, cámaras mineras y empresariales, “Derrotar al terrorismo y al narcotráfico debería ser una de las prioridades del próximo gobierno”. Obvio, votan Keiko.
Para Castillo, en cambio, el suyo es “un país rico en pobres”. Su prioridad es adjudicar el 10 por ciento del PBI a la Salud y otro 10 a la Educación, con miles de maestros hacer una alfabetización masiva, nacionalizar las empresas mineras y modificar la Constitución de Fujimori, de 1993. Hoy en reunión virtual con la colectividad peruana en Argentina dijo: “vamos a convocar a un referendo para redactar una Constitución Nacional de independencia, con olor, sabor y color a pueblo. Hagamos una agenda que sea hecha por los de abajo”.
DOS VARAS
Con tres días de diferencia, en EE UU nueve personas murieron durante un tiroteo en una empresa ferroviaria de San José, California, después que un empleado disparase contra sus compañeros antes de suicidarse. ¿Locuras como fruto de la explotación capitalista y un despido? ¿Reacción al bullyng? ¿Resultado de la política yanqui de comprar armas como una hamburguesa en McDonald? Como sea, los medios no lo tomarían como eje para decidir una campaña electoral en USA pese a que en Nueva York hubo 146 asesinatos en lo que va del año.
En neocolonias al sur del Río Bravo, El Comercio, Clarín, El Mercurio y El Tiempo no ponen esa masacre californiana en sus tapas ni editoriales; a lo sumo es noticia del montón sólo un par de días. Una cosa es para ellos el Vraem y otra Nueva York.
Habrá que ver el domingo 6 si la ayuda de quienes perpetraron la masacre en Vraem y su uso alevoso por la derecha mediática le sirven a Keiko para no sufrir su tercera derrota al hilo. Sería bueno verla al lado de su padre, consolándose y sorbiendo té, detenidos, leyendo El Comercio.
OPINIÓN de Sergio Ortiz
El 11 de abril fueron las elecciones presidenciales y legislativas en Perú; las primeras se dirimirán este 6 de junio entre los dos candidatos más votados entonces. Por izquierda, el maestro y candidato de Perú Libre, Pedro Castillo, que en abril fue primero; y por derecha, Keiko Fujimori, de Fuerza Popular. Es la hija del exdictador condenado a 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad; su actual intentona es la tercera por llegar a la presidencia habiendo perdido las dos veces anteriores (2011 y 2016).
La señora Fujimori también tiene procesos judiciales por acusaciones de recibir financiación ilegal en sus campañas políticas, además de las críticas por el accionar de ella misma y su bancada en el Congreso, que agravaron la crisis política y la inestabilidad de Perú, que ha tenido cuatro presidentes en vez de uno, en un mismo mandato.
Las últimas encuestas coinciden en que Castillo ganaría al menos por cuatro o cinco puntos. Otros sondeos dan una diferencia más amplia. La encuestadora Ipsos aseguró el domingo 23 que Castillo tendría un 45 por ciento de las preferencias y Fujimori 40,7, en tanto los votos blancos o nulos llegarían al 14,3.
La mayoría de los sondeos coinciden en esas mediciones, salvo una que ubicó primera a la candidata derechista por poco margen.
De todos modos las encuestas son un punto de referencia y no el Oráculo de Delfos. Suelen pifiar por diversos motivos: por selección del público consultado, respuestas condicionadas por miedo, cambios de último momento o preferencias políticas de la empresa.
Y muchas veces los que van remando desde atrás acuden a golpes de efecto o de terror para influir en el ánimo del votante. Sin asegurarlo, es muy posible que un atentado de narcotraficantes, donde murieron 16 personas, entre ellas al menos dos niños, atribuido a remanentes de Sendero Luminoso, sea parte de aquella clase de operativos político-electorales. Este fue en San Miguel, capital del distrito de Vizcatán del Ene, en la provincia de Satipo, zona del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem).
Hay que partir de la base de aquellos crímenes son abominables y el candidato de Perú Libre fue uno de los primeros en condenarlos, pidiendo la investigación y castigo a quienes hayan sido sus responsables y autores. Castillo también advirtió contra “los montajes” y los usos políticos de esa clase de hechos.
El cronista hizo consultas con amigos peruanos, que le recordaron tres “casualidades” que no podrían ser casuales. En la segunda vuelta de 2011, cuando competían Keiko versus Humala, “terroristas” asesinaron a 5 militares; en la segunda vuelta de 2016 donde la Fujimori se medía con PPK, “terroristas” mataron a 8 militares y 2 civiles. Y en este tercer balotaje, junio de 2021, cuando Keiko lidia con Castillo, “terroristas” masacraron a 16 civiles.
Demasiadas coincidencias y siempre la misma competidora política derechista que quiere sacar ventaja con sus campañas maccartistas contra “el terrorismo”, “el senderismo” y “el comunismo”. Cavilando y fumando su pipa, Sherlock Holms podría decir “elemental Watson”. Otra serie policial diría “Prime Suspect”.
¿UN MONTAJE?
En medio de la conmoción por los 16 asesinatos hubo funcionarios que guardaron el sentido común, pero otros y sobre todo grandes medios de comunicación que se lanzaron a afirmar cosas sin pruebas.
Entre los sensatos estuvo el juez de paz de la zona, Leónidas Casas, quien se llegó el mismo lunes a la localidad donde se habían producido los hechos y pidió a todos: “Primero investiguen antes de ponerse a hablar”. El propio jefe de la Policía Nacional, comandante César Cervantes, preguntado por la TV si estaba confirmado que los responsables eran “terroristas” de Sendero Luminoso dijo que eso no estaba acreditado, que sí podían ser narcotraficantes.
En cambio la candidata de Fuerza Popular dio por sentado que se trataba de la misma guerrilla que fue aniquilada con métodos terroristas de Estado por su padre y su socio genocida Víctor Montesinos. Y tomó el tema como clave del final de la campaña electoral, donde acabar con el terrorismo supuestamente ligado a Sendero sería de las principales tareas de su futura administración. Y, obvio, apuntó a Castillo como sospechoso.
Los grandes medios que apoyan a Keiko tanto como lo hicieron con su padre, caso del diario El Comercio (equivalente a La Nación o “Gaceta Ganadera”), directamente volvieron a su cantinela de la primera vuelta, según la cual Castillo tenía vínculos con el senderismo y el Movadef, un movimiento político de abogados y familiares de los presos políticos de Perú. El candidato de la izquierda ha negado esa relación, pero El Comercio insistió en criticarlo en un editorial del 26 de mayo: “A la ausencia de un plan estructurado para enfrentar el terrorismo se le suma el hecho de que múltiples de sus miembros tienen vínculos con Sendero Luminoso o el Movadef, su brazo político. Guillermo Bermejo, congresista electo por esta agrupación, está enfrentando un proceso ante el Poder Judicial por su supuesta afiliación a la banda criminal. Castillo lideró un gremio sindical con individuos que, según la Dirección contra el Terrorismo (Dircote) de la PNP, estaban asociados con la aludida organización prosenderista”.
En nota de la jefa de la “Unidad de Investigación”, Graciela Villasís Rojas, se afirmó que “Hubo más de 56 acciones terroristas de los Quispe Palomino desde el 2020 en el Vraem”. Según las fuentes de la Dircote que nutren al pasquín, Víctor Quispe Palomino, ‘José’, sería el responsable de esos ataques.
De ese modo dan una entidad gigantesca a un grupo residual que según esas crónicas tan sesgadas tendría unos 100 miembros y que no puede arrogarse la representación de Sendero Luminoso. Su dirigente Abimael Guzmán fue capturado en 1992 y al año siguiente ordenó a sus militantes cesar la lucha armada. Dicho sea de paso, Movadef pide la libertad de ese prisionero político que lleva casi 29 años presos, sin visitas, con dos perpetuas y en las profundidades de la cárcel naval de El Callao.
Esa adjudicación de prioridades y responsabilidades en la crisis de Perú se dirimirá en la elección. Para El Comercio, cámaras mineras y empresariales, “Derrotar al terrorismo y al narcotráfico debería ser una de las prioridades del próximo gobierno”. Obvio, votan Keiko.
Para Castillo, en cambio, el suyo es “un país rico en pobres”. Su prioridad es adjudicar el 10 por ciento del PBI a la Salud y otro 10 a la Educación, con miles de maestros hacer una alfabetización masiva, nacionalizar las empresas mineras y modificar la Constitución de Fujimori, de 1993. Hoy en reunión virtual con la colectividad peruana en Argentina dijo: “vamos a convocar a un referendo para redactar una Constitución Nacional de independencia, con olor, sabor y color a pueblo. Hagamos una agenda que sea hecha por los de abajo”.
DOS VARAS
Con tres días de diferencia, en EE UU nueve personas murieron durante un tiroteo en una empresa ferroviaria de San José, California, después que un empleado disparase contra sus compañeros antes de suicidarse. ¿Locuras como fruto de la explotación capitalista y un despido? ¿Reacción al bullyng? ¿Resultado de la política yanqui de comprar armas como una hamburguesa en McDonald? Como sea, los medios no lo tomarían como eje para decidir una campaña electoral en USA pese a que en Nueva York hubo 146 asesinatos en lo que va del año.
En neocolonias al sur del Río Bravo, El Comercio, Clarín, El Mercurio y El Tiempo no ponen esa masacre californiana en sus tapas ni editoriales; a lo sumo es noticia del montón sólo un par de días. Una cosa es para ellos el Vraem y otra Nueva York.
Habrá que ver el domingo 6 si la ayuda de quienes perpetraron la masacre en Vraem y su uso alevoso por la derecha mediática le sirven a Keiko para no sufrir su tercera derrota al hilo. Sería bueno verla al lado de su padre, consolándose y sorbiendo té, detenidos, leyendo El Comercio.
