OPINIÓN de Sergio Ortiz
No hubo devaluación del peso, pero sí de la palabra presidencial
El dólar rige acá como si estuviéramos en Washington, pero encerrado bajo cuatro llaves para que el público no acceda, no atesore ni fugue. Formalmente esos cepos funcionan, aunque hasta las ferreterías de pueblos del interior los reciben; antes ven en sus celulares a cuánto cotiza el blue.
Así, no habría devaluación. En los hechos sí, aunque lenta porque los pesos pierden poder de compra debido a la inflación: en los primeros siete meses del año el INDEC midió 29,1%. El 29 de Martín Guzmán para todo el año quedó hecho un dibujo, como los de otros predecesores en Economía. Ni hablar del expresidente Mauricio Macri que fanfarroneó con que la inflación era lo más fácil de resolver y de ahí iríamos a la pobreza cero. El pelotudo se despidió en 2019 con la inflación más alta en 28 años: 53,9%.
Esa inflación, la merma de ingresos de trabajadores, jubilados y desocupados que cobran planes sociales, etc, son lo más importantes a considerar.
Pero la política impone opinar sobre el ignoto y luego famosísimo cumpleaños de Fabiola Yáñez, el 14 de julio de 2020. Junto a Alberto Fernández y once personas y un menor, sin barbijos, reían en un salón de la Residencia Presidencial de Olivos (RPO en la prosa de Horacio Verbitsky y tuve que preguntarle qué era esa sigla). Ahora Olivos está de moda, como Olivosgate.
En ese momento un DNU presidencial impedía realizar esas reuniones sociales por el alza de contagios y muertes de la primera ola. Fernández defendía su decreto con énfasis y amonestaciones a quienes no respetaban el aislamiento y el cuidado. Por eso miles de argentinos terminaron con denuncias penales por conducta irresponsable.
Uno sabía que Fernández era de centro, procedente de la derecha (UCEDE y el cavallismo), luego reciclado por Néstor Kirchner y jefe de Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner, lugar de donde huyó en 2008 con la estampida de la Mesa de Enlace. Luego deambuló como jefe de campañas poco exitosas de Sergio Massa y Florencio Randazzo, ganándose el mote cristinista de ser el representante de Clarín dentro de esas aguas confusas del peronismo.
Después puso distancia con el macrismo y mejoró su relación con la expresidenta, en onda reconciliatoria como José M. De la Sota y Massa. De modo que sorprendió, pero no tanto, cuando en mayo de 2019 Cristina lo eligió para encabezar la “unidad” del Frente de Todos, que ganó las elecciones.
Como presidente AF siguió siendo un centrista, de buena onda con Magnetto y Rocca, que procura un acuerdo con el FMI para pagar la fraudulenta deuda externa. Aún en pandemia apenas se animó a una ley para que las grandes fortunas aporten por única vez con baja alícuota. Negó la existencia de presos políticos y reculó con Vicentín. Lo que no se sabía es que fuera mentiroso. Exigía cuidado y aislamiento a los demás en tanto él en Olivos festejaba cumpleaños. Haciéndole coros a Karina La Princesita, muchos le cantarían, embroncados, el hit “Mentiroso”.
La oposición derechista está en estado de orgasmo, cuando sus cuatro años fueron calamitosos y desastrosos. Fueron un masivo funeral, no un desubicado cumpleaños.
ALTA SUCIEDAD
La sociedad capitalista dependiente tiene tantas fallas estructurales y coyunturales que podría ser llamada igual que el álbum de 1997 de Andrés Calamaro, Alta suciedad. Tiene una economía donde el titular de la Unión Industrial “Argentina”, Daniel Funes de Rioja, mantiene su enojo con el decreto presidencial que prohibió suspender y despedir personal, y en tal caso con doble indemnización. Aunque esa y otras leyes de la Alta suciedad queden en el papel, a la UIA no le gustan los límites a su derecho cuasi divino a tomar personal, explotarlo y tirarlo cual limón exprimido.
Entre los que vienen ganando fortunas están los empresarios de la alimentación. En nota “La zoncera de la presión tributaria”, Sebastián Premici, citó al economista Martín Carballa sobre las ganancias de Arcor, La Anónima, Morixe-Sociedad Comercial del Plata y Ledesma. Señaló: “Arcor, de la familia Pagani, obtuvo una rentabilidad neta durante el primer trimestre de este año de 3.857 millones de pesos, un 468 por ciento más que en el mismo período de 2020”. Agregó: “Ledesma, de la familia Blaquier, en el ejercicio 2021 anotó una ganancia neta de 5.200 millones de pesos frente a los 1.113 millones del mismo período de 2020”.
Estos representados por Funes de Rioja se quejan de la “alta presión tributaria”, pero de sus ganancias sólo pagaron impuestos por 6,45% Aluar, 13 Arcor y 11,81 Molinos.
Esa victimización de los popes empresarios, amplificada por sus medios adictos de la desinformación, va ganando pues el gobierno jura no tener en estudio nuevos impuestos. La discusión se armó luego que Victoria Tolosa Paz planteara la necesidad de una estructura impositiva “donde los que menos tienen, menos paguen, mientras que los grandes patrimonios de empresas y personas pongan lo que haya que poner”.
El lobby empresarial le saltó con un cuchillo a la garganta. Sus contrincantes López Murphy y Randazzo, calificaron aquello como locura. Un ultra defensor del gobierno, Horacio Verbitsky, tranquilizó las aguas. En su nota “Equilibrios” (15/8), escribió que “Ella (VTP) nunca habló de aumentar impuestos a las grandes empresas. Sólo defendió el alivio impositivo que el gobierno dispuso para las empresas medianas y pequeñas, de modo que paguen más los que más tienen, que es algo bien distinto. También alabó el avance en ese sentido de la contribución extraordinaria a las grandes fortunas. Lejos de provocar una rectificación, esta desmentida dio pie a otra aparente noticia. “Ed viednez, ed columnista ecodómico de Cdarín” (burla al “zeziozo” Marcelo Bonelli-NDA) añadió que el gobierno considera repetir esa gabela el año próximo. Atribuyó el proyecto al Instituto Patria y dijo que el ministro Martín Guzmán lo impulsa para congraciarse con Máximo Kirchner. En la presidencia del bloque de diputados del FdT, respondieron a una consulta para esta nota que no hay ningún proyecto en ese sentido y que la contribución extraordinaria fue, como su nombre y el texto de la ley lo dicen, “por única vez”.
POBRE ALFONSÍN
Comprendido Verbitsky: no hay proyecto fernandista para que el aporte de las grandes fortunas vuelva como ley en 2022. Fue por única vez, con alícuota del 2,5 por ciento, cuando Guzmán propuso un impuesto anual del 25 por ciento a los capitales multinacionales en la reunión de ministros del G-20 en julio. Una gran pena que el director del Cohete se haya ido a las nubes de Ubeda.
Seguro que después de su despiste por izquierda y del Olivosgate, ni Tolosa Paz ni ninguna otra cabeza de la lista oficialista osará hablar de mayores impuestos a los multimillonarios. Sería mentar la soga en casa del ahorcado. Sin embargo, la crisis sanitaria y económica demanda que el Estado cobre más impuestos a monopolios y grandes fortunas, amén de controlar precios de los formadores y no hacerlos reír con amenazas de una multa menor. Si la política no se atreve a proponer estos impuestos es porque también está en crisis.
Los datos son elocuentes, pues el PBI cayó el año pasado el 10 por ciento (9.9 para ser exactos) y este año crecería 6 o 7 por ciento, pero con una inflación que andará cerca del 45/48 por ciento.
El fenómeno inflacionario va limando los salarios y jubilaciones que no se recuperaron de las pérdidas de tiempos macristas y de pérdidas más leves en los 19 meses peronistas. Con los aumentos que habrá el 1 de septiembre a los jubilados, la mínima se irá a 25.922 pesos y la Asignación Universal por Hijo, AUH, será de 5.063 pesos.
Suenan a burla cuando el límite para no caer en la pobreza para una familia tipo son 66.000 pesos mensuales y cada vez más núcleos se caen por ese pozo.
Tolosa Paz encabezaba el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, conocido como Consejo Nacional sobre la Pobreza, al momento de ser ungida como candidata a diputada. Esa entidad informó que con los criterios de la pobreza multicausal (no sólo el ingreso monetario sino también criterios de vivienda, nivel educativo y salud, etc) el porcentaje de pobres aumentó al 49,6 por ciento. Hay 22,7 millones de pobres, especialmente niños y adolescentes.
¡Miren si hay necesidad de medidas urgentes contra los grupos más concentrados de la economía, para que el Estado cuente con ingresos reales para dar soluciones a esos compatriotas!
El gobierno del Frente de Todos no lo hace. Y un reflejo de esto es el aumento del número de piquetes callejeros. Según la consultora Diagnóstico Político durante julio hubo 586 piquetes: van 2.400 en 2021.
Que la derecha macrista y larretista no debata estos asuntos y que se centre en el cumpleaños de Fabiola realizado por decisión del presidente, se entiende perfectamente. Son abanderados del capitalismo dependiente, del neoliberalismo, del hambre y la represión con Federales, Provinciales, Gendarmes, Albatros y Alacranes.
El peronismo tampoco se atreve a tomar medidas. A veces va como bomberos que llegan con retardo con algunos planes y paquetes de comida para apagar el incendio social. Otras veces manda ratis como en Guernica, Chubut y Lomas de Zamora.
En estas PASO los candidatos están muy coucheados, como si todos tuvieran de asesor al Durán Barba de 2015. Pobre Raúl Alfonsín. Se revuelve en su tumba porque “Con estas elecciones no se come, no se educa y no se cura”.
