Las fuertes lluvias y corrimientos de tierra en Brasil dejan al menos 44 muertos y 56 desaparecidos según el Gobierno. Bomberos, militares y vecinos buscan entre los escombros y el barro a las víctimas de la tragedia.
Unas 4000 personas han tenido que abandonar sus hogares debido a que viven en zonas de riesgo según las autoridades. El estado más castigado es Pernambuco, situado en el nordeste del país.
En la capital del estado, Recife, se ha declarado la "situación de emergencia". Aquí es donde este sábado se han producido la mayoría de muertes. A pesar de la tregua de este domingo están previstas más precipitaciones para los próximos días por lo que la cifra de víctimas podría aumentar.
Se espera que este lunes el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, acuda al lugar de la tragedia según ha señalado a través de las redes sociales.
"Nuestro Gobierno puso a disposición, desde el primer momento, todos sus medios para prestar ayuda a los afectados, incluido las Fuerzas Armadas", señaló
Es la segunda tragedia de este tipo que vive el país este año después de que en febrero murieran más de 230 personas en Petrópolis.
