OPINIÓN de Sergio Ortiz
LA SEMANA POLÍTICA
SERÍA MUY DIFÍCIL QUE LO APRUEBEN LOS TRABAJADORES ACÁ
DIME QUIÉN TE ELOGIA Y TE DIRÉ QUIÉN ERES…
Sergio Massa culminó su visita de una semana a su segunda Patria, o primera, Estados Unidos. Desde su punto de vista, el balance no podría ser más positivo, porque salvo el presidente Joe Biden y el secretario de Estado Antony Blinken, fue recibido por altos funcionarios de la administración demócrata y los popes de las finanzas y empresarios del petróleo y gas, las tecnológicas, etc.
En los primeros días tuvo reuniones con altos asesores de la Casa Blanca, como Jake Sullivan y Juan González. Después departió con empresarios e inversionistas en la embajada argentina, convocados por Jorge Arguello, tan massista que semanas atrás dijo “presidente” refiriéndose al ministro de la triple Economía.
Después fue a Houston, Texas, capital de las multinacionales de los hidrocarburos, donde los directivos de Chevron, Axion, Total, PAE y otras firmas lo agasajaron en un centro académico que lleva el nombre del ex secretario de Estado James Baker. Las petroleras fueron al grano: quieren disponer libremente de sus dólares, sin retenciones ni cepos. El viajero les prometió que se pondrá en marcha el sistema de subsidios y reintegros del Plan Gas IV y que se lanzará el Gas V, por lo que sus demandas serían satisfechas. “Massa es como Baker”, lo piropearon.
De regreso a la capital estadounidense, el periplo tuvo su broche de oro, lisonjas y promesas. Ya habían comenzado días atrás con su entrevista con el cubano-americano Mauricio Claver-Carone que preside el BID, quien le confirmó algunos créditos que venían demorados, para 2022 y 2023.
Pero lo mejor para Massa, que no será bueno para Argentina, llegó el lunes 12. Primero fue al Departamento del Tesoro con intención de verlo al consejero David Lipton (ex número 2 del Fondo en los tiempos de Christine Lagarde y el crédito fraudulento a Mauricio Macri). Y allí tuvo una muy agradable sorpresa porque además del susodicho estuvo un rato la mismísima secretaria del Tesoro, Janet Yellen. Un lujo que no había podido darse Martín Guzmán en sus dos años y medio de gestión.
El encuentro final con Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo, llenó a Massa de una mayor alegría que si Tigre hubiera salido campeón de la Libertadores. El team massista (Rubinstein, Pesce, Madcur, Lavagna y Batakis) también lo festejó más que a un campeonato.
Ese encuentro dejó dos casi certezas. La revisión de las cuentas del segundo trimestre por parte del FMI, que cogobierna, las daría por aprobadas. Y, una vez que el directorio lo confirme, habría un desembolso por 4.000 millones de dólares. Lo que no dijeron es que 3.000 millones volverán al Fondo, como pago de la refinanciación albertista del préstamo al macrismo.
DURAS ADVERTENCIAS
El tribunal examinador puso una buena nota porque el alumno cumplió con el libreto acordado en marzo pasado y que tuvo continuidad en forma de ajuste desde Guzmán, Batakis y ahora Massa. En este caso con mayor volumen político y más respaldo de Cristina Fernández de Kirchner, que había retaceado el aval y desestabilizado a Guzmán, echándole la culpa de la derrota electoral del 2021.
Para esa buena nota, el viajero vino repitiendo desde Buenos Aires y mucho más en suelo estadounidense que lo acordado con el Fondo debe cumplirse, que el déficit fiscal primario de este año será nomás del 2,5 por ciento del PBI y que el año próximo lo bajará a 1,9, que el gasto público será recortado y las tarifas aumentarán para aliviar las cuentas públicas, etc.
Y no fueron solo palabras. Hubo Decisiones Administrativas que recortaron partidas de Educación, Salud y Vivienda por 210.000 millones de pesos, y se congelaron las plantas de empleados estatales y organismos descentralizados. Se dieron de baja 40.000 Potenciar Trabajo a estudiantes que cobraban la beca Progresar, si bien el duro reclamo de esa juventud trabajadora y estudiantil obligó al ministro Juan Zabaleta a dar marcha atrás.
La vigencia hasta el 1/10 del dólar soja a un precio 40 por ciento superior para los productores que liquidaran sus porotos y los exportadores que blanquearan su tenencia, permitió reunir más de 2.000 millones de dólares en una semana. Y eso fue también un gesto hacia Washington, grandes productores y exportadores Cargill, Cofco, Bunge, Viterra y Aceitera General Deheza que hacen del río Paraná una piscina propiedad de su country.
El dólar soja y lo que anticipó Massa, de cinco años sin aumentos de retenciones para los agroexportadores y cero retención a las automotrices que exporten por sobre lo del año anterior, fueron bien vistas por el capital concentrado de acá y de allá, el capital financiero y el imperialismo. La razón es muy simple: el gobierno se concentra en un modelo exportador agro minero gasífero y automotriz, dejando de lado veleidades nacionales y populares industrialistas. Y se obsesiona en reunir más dólares para pagar la deuda externa y seguir pendientes de los reclamos y buen humor de Washington.
Que estén contentos en el Norte no quiere decir que bajen la guardia. Georgieva informó que “el Ministro expresó su clara intención en movilizar el apoyo externo, acentuar esfuerzos para estabilizar la economía y garantizar un crecimiento sustentable con inclusión, bajo los principios de orden fiscal y el fortalecimiento de las reservas. Recibí con beneplácito su fuerte compromiso e impulso para lograr las metas del programa, que se mantendrán sin ser alteradas”.
Y por las dudas que alguien del gobierno piense en dejar de lado algunos deberes, la búlgara gerente se los enumeró: bajo déficit fiscal y emisión monetaria, aumento de tarifas, tasas de interés positivas y aumento de las reservas. Omitió lo obvio: los dólares pagarán primero a los acreedores externos, o sea a la entidad que ella regentea.
MISAS NO SIRVEN PARA DERROTAR A LA DERECHA
Massa estaba en la metrópoli y no pudo rezar en la basílica de Luján el sábado 10, con Alberto Fernández, Juan Manzur, Eduardo Duhalde, Axel Kicillof, Wado de Pedro, Andrés Larroque, Jorge Taiana, Daniel Filmus y otros funcionarios, en su mayoría K. La misa convocada por el intendente de Luján y el arzobispo -después dijo “metí la pata” – tenía por lema “Por la paz y la fraternidad”, buscando unir a la oposición derechista y calmar las aguas revueltas por el intento de magnicidio contra la vicepresidenta.
Al ministro de Economía le habría gustado estar orando en primera fila, para consolidar su alianza con el cristinismo y La Cámpora. Larroque que “por fin tenemos un ministro de Economía”. Hugo Yasky, (¿ex?) sindicalista y diputado nacional, declaró en “Opinión Pública”, Canal 9, que “las medidas de Massa son necesarias”.
El intento de disparar con una pistola a la cabeza de Cristina fue algo gravísimo. Y estuvo muy bien que hubiera marchas y concentraciones de repudio, como la de Plaza de Mayo y otras plazas del país el sábado 2.
La jueza María E. Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo tienen la obligación de investigar y enjuiciar a los responsables y cómplices de aquel hecho. En principio luce como llevado a cabo por un grupo de lúmpenes neonazis sin conexión orgánica visible con la derecha partidaria. La conexión política e ideológica está más que clara. Las fotos y videos de estos lúmpenes en movidas de Republicanos, Federales y Libertarios, en contra del gobierno, acreditan ese vínculo político y de ideas. Si también había lazos orgánicos, eso habrá que estudiarlo y probarlo. Puede ser. O no.
Y está muy bien que se investigue y castigue a esos aprendices de criminales, con las máximas penas previstas por la ley.
También es correcto promover este debate político, en la sociedad, los medios y las redes. No es perder el tiempo. Ni es “una jugada de Cristina” como dice la oposición. Es una necesidad el criticar a la derecha macrista y de liber-fachos que hace años denigra a la vicepresidenta, busca proscribirla y encarcelarla con una campaña mediática y judicial de acusaciones de corrupción. Esa derecha es negacionista. Habló del “curro” de los derechos humanos. Sus representantes en la Corte Suprema quisieron beneficiar a los genocidas con el “2x1”.
Aclarado este punto importante, digamos que el intento de magnicidio no es la más importante cuestión de los derechos humanos. El más grande es que casi la mitad de la población vive en la pobreza. Y le sigue que hay cada vez más argentinos que no tienen sus 4 comidas por culpa de la inflación, manipulada por los monopolios de la alimentación y los devaluadores.
Estas cuestiones importantes y tampoco el atentado se resolverán con misas en Luján ni en la Catedral o Roma. Se necesita agrupar a la mayoría de los argentinos bajo un programa antimonopólico y contrario al ajuste, de ruptura con el FMI. O sea caminar por la vereda opuesta a la de Massa, Alberto Fernández y CFK, que capitularon ante los monopolios. Encima un estudio del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) reveló los aumentos de ganancias de Techint, Arcor, Ledesma, Aluar, Molinos, La Anónima, Panamerican y otros pulpos, en tanto bajaron sus costos laborales.
El Frente de Todos clama por la investigación del atentado. Es correcto, ¿pero por qué no exige la investigación de la fraudulenta deuda externa fabricada por Trump, Lagarde, Lipton, Claver-Carone y Macri? Lejos de investigar eso, la está pagando y cogobernando con el FMI de Georgieva, el Tesoro de Lipton, el BID de Claver-Carone y la administración Biden. Esto parece una fotocopia del macrismo. Y entre las fotocopias y el original suele preferirse éste, como desgraciadamente indicaría la elección puntual en Marcos Juárez.
