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Tres recambios seudo feministas que no solucionan nada

OPINIÓN de Sergio Ortiz
 

LA SEMANA POLÍTICA

DE LOS 21 MINISTROS QUE TENÍA, SÓLO LE QUEDAN 5 O 6

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“ES EL AJUSTE ESTÚPIDO”

Parafrasear al lema de Bill Clinton en los ‘90 sirve para explicar cuál es el nudo gordiano de la crisis argentina y la necesidad fundamental a resolver, que ignoran Alberto Fernández y sus socios del gobierno.

Ayer se confirmó que tres de los ministros dejaban sus cargos y que asumirían sus reemplazantes, tres mujeres. Los renunciantes se fueron por desgaste político y personal, sacudidos por reclamos de trabajadores en la cartera de Claudio Moroni (Trabajo) y de trabajadores informales y desocupados en la de Juan Zabaleta (Desarrollo Social). Esa dupla huyendo grafica el desgaste del gobierno, fruto de su traición a las promesas de que habría trabajo genuino, que la inflación perdería la carrera contra los salarios y que lo peor del macrismo había quedado atrás.

La huelga del gremio del Neumático (SUTNA) contra las patronales monopólicas de Bridgestone, Pirelli y FATE y terminó por pinchar las gomas de Moroni. Tuvo que entrar a boxes y salir a pie. Convergentes con esa huelga y solidarios con la misma, los acampes de la Unidad Piquetera pusieron en crisis a Zabaleta. Este puso primera rumbo a su viejo municipio. Previsor el Juanchi: ahí no había renunciado sino pedido licencia…

La renuncia de la ministra de la Mujer, Elizabeth Gómez Alcorta, fue propiamente política. Explicó que la represión a la comunidad mapuche en el sur, y especialmente sobre siete mujeres detenidas con sus criaturas, y una a punto de parir, desbordaba sus convicciones.

Resumiendo esta nueva crisis de gabinete: dos casos evidencian el peso de la crisis económica-social y el otro el de la represión y violaciones a los derechos humanos a las mujeres originarias y niños. Si sus propios funcionarios renuncian, de hecho dando cuenta de esos fenómenos, que no se enojen el gobierno y sus menguados defensores si muchos argentinos, incluso entre quienes lo votaron, creen que el Frente de Todos lleva adelante un ajuste acordado con el FMI y los monopolios, y viola los supuestamente venerados derechos humanos. La única verdad es la realidad, dijo su general.

CAMBIO DE FIGURITAS, NADA MÁS

Hoy asumen las reemplazantes, Victoria Tolosa Paz por Zabaleta, “Kelly” Olmos por Moroni y Ayelén Mazzina por Gómez Alcorta.

¿Hay margen para que estas caras nuevas vayan a poner en marcha el deteriorado andamiaje gubernamental? Respuesta muy dudosa. No habrá “luna de miel” ni período de tolerancia, porque el gobierno asumió hace 2 años y 10 meses, y desde entonces son más las cagadas que los aciertos. Sobre todo en los temas importantes de ingresos, jubilaciones, empleo, educación, soberanía, etc.

En ese lapso, que parece aún mayor que lo marcado por el calendario, los recambios fueron muchos. De los 21 ministros originales sólo quedan 5 y no de las carteras más importantes con la excepción de Wado de Pedro (Interior). Serían 6, pues Santiago Cafiero fue de Jefatura de Gabinete a la Cancillería; por eso el subtítulo de esta nota: “sólo le quedan 5 o 6”.

La poca confianza popular en este recambio es porque no hay cambio de planes y políticas, sino tres caras diferentes. Sigue tal cual el esquema de cogobierno con el FMI, refrendado en marzo de 2022, con lo que se convalidó la deuda externa fraudulenta contraída por Mauricio Macri en 2018. Y de él se deriva el ajuste donde los salarios, jubilaciones, planes sociales y demás ingresos pierden frente a la inflación, mes a mes, semana a semana y día a día. Esta no es una exageración izquierdista: el dueño de La Anónima reconoció que remarcaba todos los días. Hasta dos veces al día en algunos supermercados.

Las nuevas ministras tampoco son tales, salvo la joven Mazzina que viene de San Luis, feudalizado por la familia Rodríguez Saá más dividida entre las dos A. Las otras dos asumidas no tienen buena currícula. Una es la concheta que fracasó en intentos de ser intendenta de La Plata y con pésimo desempeño en el Consejo Social contra el Hambre hasta 2021, siempre alineada con el ajuste del albertismo. Y la otra es de origen menemista y ahora vicepresidenta del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) bajo el ala del ex ministro y directivo de la Unión Industrial “Argentina”, “Vasco” José I. de Mendiguren, nuevo secretario de Industria del ajustador Sergio Massa.

¿Querrá el presidente hacernos creer que empieza una época feminista porque las tres carteras fueron ocupadas por mujeres? Sería una maniobra destinada al fracaso, porque el reciente 35 Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias denunció la mala situación de las mismas, afectadas por el ajuste fondomonetarista y el capitalismo dependiente, el machismo, el patriarcado, la discriminación, los feminicidios, los bajos sueldos, etc. Miles de mujeres denunciaron los sufrimientos de las mujeres mapuches reprimidas en Villa Mascardi por el Comando Conjunto de fuerzas federales enviadas por el gobierno nacional y la policía de la gobernadora Arabela Carreras.

La represión policial no ocurre sólo en el sur. En La Plata la Maldita Bonaerense de Sergio Berni, dependiente de Axel Kicillof, metió balas de goma y bases a los hinchas de Gimnasia, con varios heridos y un muerto.

¿Acaso Tolosa Paz abrirá su cartera a nuevos Potenciar Trabajo cuando la Unidad Piquetera denunció que 200.000 personas más cayeron en la indigencia? ¿Olmos favorecerá a los gremios que debieron luchar cinco meses como el SUTNA para arrancarle a los monopolios un aumento salarial? ¿Y qué hará con el 40 por ciento o más de trabajadores no registrados que sufren peores condiciones que los que están en blanco?

No se avizoran soluciones con estas tres “nuevas” caras, sino la continuidad y agravamiento de la crisis.

ESTO ES GRAVE Y EL MACRISMO MUCHO PEOR

La intención del cronista no es amargar a nadie y menos sembrar pesimismo, pero tiene la obligación de decir la verdad, al menos su verdad, sobre los acontecimientos. Dejará para el final una propuesta, porque no se trata sólo de criticar sino de plantear alternativas.

La perspectiva inmediata es pésima, por todo lo dicho sobre el rumbo fondomonetarista del gobierno, que será refrendada por Massa en la Asamblea de medio año del FMI, o bien enviará a Gabriel Rubinstein si los quilombos de su cartera y el gobierno no lo dejan estar varios días afuera. Con Massa o Rubinstein, quedará claro para Kristalina Georgieva que el gobierno argentino seguirá haciendo los deberes ordenados: menos salarios, jubilaciones y gasto público, más ajuste fiscal, más estímulo a las exportaciones para juntar dólares y pagar la deuda con la entidad, más aumentos de tarifas, más recaudación, más reservas, tasas de interés positivas e inflación. De esa línea no se van a mover, salvo que una explosión social los ponga nock out.

La inflación sigue su curso hacia el 100 por ciento a fin de año, con un 6.5 o 7 para octubre. Pese a esto el gobierno insiste en su teoría conjunta con el Fondo de que se trata de un “fenómeno multicausal”. Así niega que el factor decisivo de la inflación son los formadores de precios, los monopolios. Estos tienen nombre y apellido en cada sector, por ejemplo en el alimenticio: Molinos, Ledesma, Arcor, Mastellone-La Serenísima, Bunge, Mondelez, Aceitera General Deheza, Molinos Cañuelas, Swift, Marfrig, Nestlé, Bimbo, Coca Cola, Las Marías, etc. Ahí se mezclan monopolistas foráneos y “nacionales”.

Según estudios de la CTA-Autónoma (o sea no la que fue a succionar los calcetines al embajador Marc Stanley), los salarios de los trabajadores registrados están 2,4 abajo respecto a diciembre de 2019 y son 25 por ciento inferiores a diciembre de 2015. Según el INDEC, los ingresos de los no registrados, las víctimas mayores, entre enero y julio de 2022 quedaron 15 por ciento detrás de la inflación. Y como ésta es una liebre veloz, en lo que resta del año va a sacar más ventaja. Más que liebre, parece un F-1...

Este panorama es terrible, pero en caso de victoria macrista en 2023 será más catastrófico para los trabajadores y el pueblo. El anticipo del libro de Macri “Para qué”, en el capítulo 25 “Segundo tiempo”, según la reseña de agencia Télam, anticipa que si regresa al gobierno hará un ajuste neoliberal “sin gradualismo”. Será con privatización de empresas, servicios y jubilaciones, reforma laboral y medidas represivas policiales porque “el derecho de protesta debe encontrar un límite”.

El gobierno actual, que dijo ser de centro, fue girando a la derecha y el ajuste. Y el macrismo, con cualquiera de sus candidatos (Macri, Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y Gerardo Morales) promete ser aún más de derecha y criminal de lo que fue entre 2015-2019. Juntos por el Cambio no se limitará a herir al pueblo de cierta gravedad sino directamente querrá romperle todos los huesos.

Mal que les pese a los posibilistas por un lado y a los sectarios por el otro, la única solución a este abismo es saltar hacia la unidad popular, la lucha de calles, un programa contra los monopolios y el FMI, y protagonizar un Argentinazo mayor al de 2001. Así se puede forzar la llegada de un gobierno popular, democrático, patriótico y sanmartiniano, que sea parte de la Patria Grande Latinoamericana y de un mundo multipolar, no una neocolonia yanqui con este modelo agroexportador, sojero, minero y vacamuertista.





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