OPINIÓN de Jorge Majfud
La política del “todo o nada” de Bullrich-Milei (un golpe legislativo por decreto del ejecutivo en Argentina) no descarta que el Congreso no apruebe nada de semejante disparate legal y político, lo que funcionará como: “Algo recogimos; puede haber salvado al pueblo, pero no me dejaron”. Esa es la característica del demagogo desde los tiempos de la Antigua Grecia.
Un líder es otra cosa. Es alguien que convence y promueve cambios en un mundo real, es decir, en una sociedad poblada de diferentes grupos con diferentes ideas y diferentes intereses. La realidad es parte de la ecuación. Un demagogo, un fanático funcional a otros intereses nunca declarados como Javier Milei, vive en un mundo teórico, basado en las fantasías abstractas de los Friedman, de los Hayek de y la ideología más perversa de la Era moderna: la ideología de “La mano invisible del mercado” que tanta sangre, sudor y lágrimas le costaron a las colonias del Sur Global.
