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El régimen necesita cerrar Télam para que los argentinos no conozcan la realidad

Por Gustavo Zandonadi, Agencia NOVA

Hay individuos encuentran placer anunciando malas noticias. Las cosas se agravan cuando el que experimenta la sensación placentera es el encargado de exponer la prepotencia de del régimen. El vocero presidencial Manuel Adorni tuiteó, con inocultable satisfacción: "Saluden a Télam que se va". El régimen no es democrático, ente otras cosas, porque cierra la agencia Télam con el lábil argumento que “fue utilizada en las últimas décadas como agencia de propaganda kirchnerista”.

 




Lo que no dijo Adorni en su tuit es que Télam tiene 78 años de trayectoria y es la principal fuente de información pública del país. La decisión de cerrarla esconde un ataque a la libertad de prensa. ¿Desde cuándo un gobierno puede cerrar un histórico servicio informativo público y federal, sólo porque considera que baja línea? Télam no es una cáscara vacía. Son más de setecientos trabajadores de prensa que con denuedo ininterrumpido, sin horarios y sin fines de semana, trabajan para cumplir con su deber periodístico de informar.

El tuit agresivo, cancherito y sobrador es una marca regostrada del régimen mileista. La canciller Diana Mondino también usó la red social X para referirse con sorna al cierre de Télam. "Como cierra Télam y sé que muchos aún se informan por ahí, les dejo el resumen de hoy tras el discurso de Milei: bajó 3.3 por ciento el dólar, bajó 3.2 por ciento el riesgo país, subieron las acciones, el BCRA compró 303 millones de dólares, falleció el Teorema de Baglini". Ellos piensan que son simpáticos, pero la verdad es que son patéticos. Son un gobierno que manejan como un grupo de estudiantes en viaje de egresados. La soberbia es al mileismo lo que la corrupción fue al kirchnerismo.

Cuando el auto no funciona bien el dueño lo lleva al mecánico. Nadie en su sano juicio le rompería lo que queda del motor a martillazos. Solamente una persona con una invencible vocación destructiva podría hacer algo así, en el paroxismo de una violencia inconducente, pero útil para llevar alivio a una personalidad perturbada. Los dignos trabajadores de Télam realizaron ayer un abrazo simbólico en la puerta de su sede, en el microcentro porteño, y anunciaron que iniciarán medidas de fuerza y acciones legales para defender sus puestos de trabajo, pero todo parece indicar que la decisión no tiene vuelta atrás.

El cierre de Télam no solo implica la pérdida de muchas fuentes laborales, sino también el vaciamiento de un medio de comunicación público, plural y federal, que garantiza el acceso a la información a todos los sectores de la sociedad. El Gobierno de Milei pretende que los argentinos ignoren lo que pasa en el país, porque la ignorancia supina de las masas es un factor determinante para el éxito del relato liberal que añora una Argentina preperonista, en la que había esclavos en vez de trabajadores.

La decisión de Javier Milei es parte de una política de ajuste y recorte de los medios públicos, que también tiene en la mira a la TV Pública, Canal Encuentro y Pakapaka. El próximo 10 de marzo se cumplirán tres meses del gobierno mileista. Hasta ahora la promesa de ajustar a la casta no se cumplió. Los que están pagando el ajuste de una forma descarnada son los trabajadores, los jubilados y la clase media. El gobierno celebra que la clase media se desprenda de sus dólares para llegar a fin de mes. ¿Podría caber semejante idea en una mente sana? Claramente, no.

El cierre de Télam se suma desmantelamiento del INADI y a la prohibición del uso del lenguaje inclusivo en las Fuerzas Armadas. Son anuncios rimbombantes dirigidos al núcleo duro mileista, capaz de aplaudir cualquier cosa solamente porque es una iniciativa del gobierno, pero son cambios cosméticos que no sirven para nada. Estamos en situación de estanflación, es decir, inflación más recesión, pero al régimen le ocupan otras prioridades. La situación del bolsillo de los argentinos no cambiará en nada por cerrar una oficina pública o por la prohibición de hablar con la "e".

Pueden cerrar Télam, pero las noticias no pueden esconderse: según la agencia Moody's, Argentina será el único país del G20 cuya economía caerá este año; la canasta básica de alimentos acumula un 37,92 por ciento de aumento en la Ciudad de Buenos Aires, en los dos primeros meses del año; las ventas minoristas pyme cayeron un 25 por ciento en relación a febrero del año pasado. Los precios de los medicamentos, los alimentos y del boleto del colectivo están por las nubes. El panorama es desalentador y eso que todavía no llegaron los aumentos de la luz y el gas ¿Se entiende por qué el régimen necesita cerrar Télam?






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