OPINIÓN de Emilio Cafassi, Argentina.- Una trama de enredos, disimulos y desconciertos fue ganando notoriedad en Uruguay cuando a través de una infidencia de la agencia EFE de mayo de 2014, adquirió embrionario estado público la solicitud de ingreso al Trade in Services Agreement (TISA). La relevancia se acrecienta a partir de la más reciente exhumación de los documentos reservados de la negociación, por parte de Wikileaks que editó el diario –hoy exclusivamente digital- “Público” de España. Las salpicaduras no sólo alcanzan a la actual gestión del Presidente Tabaré Vázquez sino también a la de su antecesor, Pepe Mujica, quien habría dado inicio a las conversaciones y solicitado formalmente el ingreso ya desde setiembre de 2013 a través de su canciller Luis Almagro, hoy secretario general de la OEA. Al punto que la central única de los trabajadores uruguayos, el PIT-CNT, realizó esta semana un paro de 4 hs, coronado con una movilización de miles de activistas a las puertas del Pala