OPINIÓN de Ilka Oliva Corado .- Fueron establecidas por Estados Unidos y la oligarquía latinoamericana simultáneamente con La Operación Cóndor que dio paso a sangrientas dictaduras que reprimieron a la población civil, vestigio del que nunca se terminará de recuperar el continente. Porque esas guerras sucias no son manuales codificados que se quedaron archivados en las hemerotecas y en las gavetas de Estado. Siguen vigentes, renovadas conforme lo exige la tecnología y el tiempo. Pero es el mismo enfoque, el mismo objetivo: desestabilizar a los gobiernos post-neoliberales que han hecho florecer a sus pueblos porque han impulsado transformaciones sociales y económicas de beneficio para las mayorías. En décadas anteriores fue para cortar de raíz el comunismo y el socialismo. Se podría decir que el motor principal de estas guerras son los medios de comunicación que manipulan las mentes de las masas. Estos medios han tomado un papel fundamental: televisivo, escrito y hablado, que con