OPINIÓN de Joan del Alcàzar .- Era viernes y estaba en Brasil. Tras dos días intensos de trabajo y de relaciones institucionales, participo en la mesa presidencial de un acto en el cual entregamos los certificados de un máster que durante año y medio hemos impartido desde la Universitat de València. No ha sido, digamos, un máster convencional: los destinatarios han sido casi medio centenar de profesionales de una entidad oficial que cubre toda la República Federativa. El ambiente era de fiesta mayor. Además de los nuevos titulados, en el salón de actos había familiares y muchos responsables de diversos estados y también dirigentes nacionales de la institución de la que aquellos forman parte. Se trató de un acto extremadamente formal y, a la vez, emotivo. No todos los matriculados iniciales han logrado el éxito, el esfuerzo ha sido considerable, tanto más porque ha sido un curso semi presencial [desarrollado en Brasil, con una fase on line y, finalmente, con una estancia en Valencia] y