Jorge Zavaleta Alegre Lima/Washington.- “Que se caiga el techo sino digo la verdad. Padre celestial, todo lo que se dice en Prensa Ancashina es mentira. Y si lo que digo yo no es verdad, que se caiga este techo de Dios”, dijo el sacerdote contrito y humillado. Segundos después la tierra de Corongo, una ciudad en los andes centrales del Perú, temblaba y una de las vigas de la bóveda se desprendió, se cayó una parte del templo, y los fieles salieron en estampida. No faltaron algunas señoras que solicitaron a la Prelatura Regional de Huari (ciudad cuna de la cultura preinca del Perú), la excomulgación de los periodistas de esta Revista, que cumple 35 años de vigencia. Prensa, fundada con el nombre de Purumarka, en 1980, constituyó una inmensa valla para las autoridades de Ancash para esta Región turística y minera por excelencia, que limita con Lima, cuyos tres últimos presidentes regionales están presos por robos al erario nacional, mediante obras sobrevaluada