"A mí me piden el café. Me dicen que les gusta con dos de azúcar". Amaya Álvez tiene casi 50 años y le avala una trayectoria profesional como jurista, investigadora y docente, que ha ocupado la mitad de su vida. Pero sus colegas hombres todavía consideran que va a las reuniones a servirles el café. "Llevo 25 años en la facultad, tengo el doctorado y todavía me dicen 'mijita', que significa 'mi hijita'", lamenta. "Pero no, a mí ya no me da risa". Miriam Henríquez es decana de la Universidad Alberto Hurtado en Santiago de Chile. En el país, hay 60 facultades de Derecho y solo seis decanas; una proporción muy reveladora: "el derecho sigue siendo una disciplina dominada no solamente en número, sino también en los espacios de poder, por hombres", apunta. Sin embargo, en Chile, algo está a punto de cambiar. Tanto Álvez como Henríquez podrían formar parte de un hito histórico: la redacción de la primera Constitución paritaria del mundo.