OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro Quinientos diez y siete desahucios diarios se practican en España. A una media de cuatro miembros por unidad familiar, arroja un total de 2068 personas empujadas al frío, al calor, a los puentes, a la lluvia, a la nieve, a los cajeros, a las aceras. Hipotecas truncadas por trabajos truncados. Dejaron incluso de comer para pagar sus techos euro a euro, para que los banqueros compraran un yate al contado, para que cenaran con el Rey vestidos de monarcas disimulando su oscuro oficio de usureros. Madre con ochenta años sudados entre lutos de posguerra y partos con palangana y trapos limpios. Hijos de espinazo doblado y azadón de patatas y pimientos. Nueras con manos agrietadas de aceitunas. Nieto con portátil para que no sea albañil de piropo, tortilla y vino tinto. Juntos, todos juntos, como un ramo de vida, de lágrimas, de camas enamoradas los sábados, de alegrías veniales cuando se juntan los primos, cuando la primera comunión del niño-almirant