OPINIÓN de Rafael García Almazán / Kabila.- Y dicen que son sensibles. Que les preocupa la pobreza infantil. Hay que tener cara dura. Primero el gran Montoro dijo que no había pobreza infantil en España, contradiciendo a Cáritas y a otras ONG. Más tarde dijeron, en algunas de las comunidades donde gobiernan –Madrid, Galicia, Rioja— que no podían dejar los colegios abiertos en verano para asegurar la comida de los niños necesitados porque esto les estigmatizaba, como si el pasar hambre, como si el enfermar de debilidad, como si el morir de hambre no fuera peor. A todo esto, después han sido capaces de devolver 1.300 millones al Europa del rescate de los bancos, cuando no existían prisas, cuando tenían todavía diez años para hacerlo. Y encima alardeando de ello como si fuera un acto de nuevo rico, como si no hubiera otras necesidades más urgentes, como la pobreza infantil. Pues bien, se ve que ante la opinión pública no podían mentir más y tenían que sacar esa alma caritativa tan cris