COMISIONES OBRERAS Prácticas no remuneradas en jornadas agotadoras e interminables que se realizan sino en muchas profesiones en las mismas o parecidas. O no condiciones. Sin cobertura, sin cotización. En el limbo legal. Y ese no es el precio que hay que pagar. Este panorama lleva muchos años instalado en la realidad y en la vida de muchos cientos de miles de jóvenes, pero ni la regulación ni la calidad de la inserción han mejorado, convirtiéndose la precariedad para muchos colectivos en su condición laboral ‘normal’. Lo lógico, lo deseable, es que sea el marco del diálogo social desde el que se racionalice la normativa, que se vincule en todos los casos de las prácticas no laborales a la formación, el desarrollo de un estatuto de la persona en prácticas que de verdad regule iguales derechos, así como la promoción de los contratos laborales para facilitar la experiencia en el caso de personas ya tituladas. Es voluntad férrea de un sindicato de clase, en su promoción de derechos y