OPINIÓN de Eduardo Montagut De todos son conocidas las imágenes de las quemas públicas de libros en la Alemania nazi. Pues bien, también en nuestro país se hizo una quema pública de libros el día 30 de abril de 1939 en la Universidad Central de Madrid por iniciativa de la Falange. Se trató de un acto denominado “auto de fe”, como si tratara de un auto de fe del Santo Oficio comparando el juicio a los condenados que luego serían quemados con una quema de libros escritos por los supuestos enemigos de España. ABC de Sevilla, 26-09-1939 Entre dichos autores enemigos estarían Sabino Arana, Lamartine, Freud, Marx, Rousseau, Voltaire, etc. Como el acto debía tener un significado y una dimensión educativas asistió Antonio Luna, a la sazón secretario nacional de Educación. La prensa falangista publicó que con la quema se contribuía a la construcción de la España Una, Grande y Libre. Se condenaba a los libros liberales, separatistas, marxistas, a los que habían difundido la leyenda negra, a los