OPINIÓN de Emilio Marín .- Ante las dificultades económicas de los países, sus gobernantes más perspicaces buscan parte de las soluciones haciendo negocios en el mundo multipolar. Por eso la presidenta argentina estuvo en Moscú. Cristina Fernández de Kirchner estuvo en febrero en Beijing y firmó una veintena de acuerdos con Xi Jinping. Entre otras cosas, aseguró la inversión de 4711 millones de dólares para financiar las dos represas hidroeléctricas en Santa Cruz. La oposición en pleno, incluyendo a la izquierda trotskista, votó en contra de esos acuerdos con China cuando fueron puestos en consideración en el Congreso. ¿Qué pasará cuando los 20 compromisos signados por Cristina con el ruso Vladimir Putin pasen por el análisis parlamentario? ¿Volverá la oposición a poner palos en la rueda de esos convenios? Con el antecedente, podrían volver al más crudo gataflorismo: reclaman inversiones para el país, supuestamente desenganchado del mundo, pero se oponen cuando el gobierno tramita c