José Saramago 08-11-2008 ¿Y ésta? En Marzo de 1975, y más concretamente en el mes siguiente, nos llegaron rumores a Portugal del desagrado del gobierno español, entonces presidido por Carlos Arias Navarro, acerca de los caminos, peligrosos a su entender, que la revolución portuguesa estaba tomando. La derrota del golpe militar derechista del 11 de Marzo, de la que el general Spínola había sido inspirador y jefe, tuvo como inmediata consecuencia la revitalización de las fuerzas políticas de izquierda, incluyendo las organizaciones sindicales. Según parece, Arias Navarro entró en pánico, hasta tal punto que, en un encuentro con el vicesecretario de Estado norte-americano Robert Ingersoll, manifestó la idea de que Portugal era una seria amenaza para España, no sólo por el cariz que la situación estaba tomando allí, sino también por el apoyo exterior que podría obtener y que sería hostil con España. El paso siguiente, según Arias Navarro, podría ser la guerra. De la información que