Por Miguel Ángel Sánchez de Armas En las primeras tres semanas del mes, varios conocidos míos fueron víctimas de la violencia. Asalto, secuestro exprés, maltrato y violencia ya son temas de sobremesa. Me perturba escuchar expresiones como: “Me fue muy bien… ¡nomás se llevaron el auto!” y constatar que se cuentan con los dedos de una mano los casos en que las víctimas creen que una denuncia judicial servirá de algo. En este contexto, recibí la llamada de una antigua y querida amiga de Oaxaca. Ella y otros ciudadanos lastimados por el crimen tomaron la decisión de no callar y movilizarse en una Alianza Ciudadana en un caso de secuestro que permanece impune. Tal y como lo plantea Amos Oz en su gran ensayo, en la tierra de Juárez se comienza a dar un “¡hasta aquí!” a la delincuencia que opera en espacios en donde la autoridad resulta incompetente. Esta alianza propone un programa de acción que pienso puede ser compartido en otros lugares por ciudadanos que pasan por momentos tan