El 15 de abril del año pasado, Sudán se sumió en una guerra devastadora que ha dejado tras de sí casi 15.000 muertos, ocho millones de civiles desplazados, 25 millones de personas que necesitan ayuda urgentemente y advertencias de los trabajadores humanitarios sobre la hambruna, el bloqueo de la ayuda y una creciente lista de atrocidades cometidas por todas las partes. El sufrimiento también crece y es probable que empeore, advirtió a Noticias ONU Justin Brady, jefe de la Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria ( OCHA ) en Sudán. " Sin más recursos, no sólo no podremos detener la hambruna , sino que no podremos ayudar básicamente a nadie", afirmó. "La mayoría de las raciones que la gente recibe de organismos como el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ya están reducidas a la mitad, así que no podemos quitar más para intentar que esta operación funcione", explicó. Las sombrías condiciones sobre el terreno alcanzaron un nivel de emergencia poco después de que la