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14 de Abril : Madrid por la República






Miles de ciudadanas y ciudadanos se manifestaron este domingo 14 de abril. Día de la República, en Madrid desde Cibeles a Sol. 

En un ambiente combativo y entusiasta, republicanas y republicanos madrileños pidieron la "ruptura con el régimen corrupto del 78 que encarna la monarquía borbónica impuesta por el franquismo; solidarizado con el pueblo palestino y contra el nazisionismo apoyado por el imperialismo yanqui y sus cómplices europeos y reivindicado los derechos para las clases populares como la sanidad, la educación, la vivienda o el empleo digno".

Durante el recorrido no dejaron de escucharse consignas come "España, mañana será republicana", "No hay dos sin tres, República otra vez", "Los borbones a los tiburones", "El próximo desahucio que sea la Zarzuela", "Viva la lucha de clase obrera", u "OTAN no, bases fuera", entre otras. A la finalización de la marcha, representantes palestinos leyeron un comunicado pidiendo el fin del genocidio al que les tiene sometido el estado de Israel y tras este se leyó el comunicado unitario de los convocantes, finalizando la manifestación en un ambiente entusiasta y con nuevos ánimos para traer a nuestro país la III República.

Federación de Republicanos. Reportaje fotográfico









































































La Tercera República hace mucho tiempo que dejó de ser un deseo para convertirse en una urgente necesidad para las clases populares de nuestro país. Los enemigos de la República lo saben bien y por eso no dejan de hablar de ella, bien para difamarla, o bien para idealizarla como algo cercano y fácilmente alcanzable siempre que se acepte el liderazgo de la estrella política de turno. Pero en ambos casos el objetivo es el mismo: alargar el debate y los discursos vacíos reforzando las instituciones del Régimen del 78 y la «fiel oposición» controlada y al servicio de su majestad. 40 años de monarquía parlamentaria lo confirman.


Pero la realidad se empeña en demostrarnos que solo hay un camino que conduzca desde nuestra actual condición de súbditos de un Régimen de corrupción legalizada hasta uno de plena democracia donde seamos verdaderamente ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho. Un camino muy distinto de la cómoda y limpia reforma constitucional, basada en reformas parciales dentro del propio Régimen, que reducirían la República (en el mejor de los casos) a una simple sustitución en la jefatura del Estado, sin alterar el resto de la estructura institucional, igualmente putrefacta.
Lo cierto es que no hay reforma posible cuando la Corona es solo la punta del iceberg de corrupción institucional que ha acumulado el Régimen del 78 en estos 40 años. Una República que dejase intactos esos cimientos podridos tendría garantizada una vida breve y trágica, como por desgracia nos ha demostrado la historia ya en dos ocasiones.
Por eso sabemos bien que la Tercera República no puede nacer de ninguna reforma institucional, sino únicamente de la lucha del pueblo mismo, organizado para conquistar el poder y ponerlo a su servicio.
La Tercera República que necesitamos solo puede ser el resultado final de la lucha por la transformación completa del actual modelo económico, político y social, para que las instituciones públicas dediquen hasta el último céntimo en atender las necesidades de todos los ciudadanos y ciudadanas, sin intermediarios privados ni comisiones de amiguetes.
Nuestra Tercera República no malgastará dinero en preparar guerras al dictado de ningún bloque imperialista, ni se posicionará cobardemente en la equidistancia ante un genocidio como el de Palestina, como han hecho siempre y siguen haciendo hoy los gobiernos de la monarquía.
En nuestra Tercera República las clases populares no serán simples testigos de las maniobras y los negocios políticos de quienes dicen gestionar el Estado en nuestro nombre, sino que impondrán una verdadera estructura democrática de abajo arriba y de arriba a abajo, donde cada decisión pública tenga responsables con nombres y apellidos a los que exigir la obligatoria rendición de cuentas por sus actos.
Pero esa República no va a surgir de las actuales instituciones monárquicas por muchas reformas que se le apliquen, pues la raíz del Régimen del 78 es demasiado profunda y sigue anclada en el fascismo que le trajo al mundo. El único camino que puede conducirnos a una Tercera República al servicio del pueblo es su imposición por la fuerza a una oligarquía que va a presentar batalla hasta el último segundo para no verse despojada de sus indignos privilegios.
No hay atajos posibles; el camino hacia la Tercera República no será cómodo ni rápido, pero la fuerza del pueblo organizado y con un objetivo concreto es imparable. Por eso, es urgente comenzar a construir ya, hoy mismo, organizaciones populares en forma de Asambleas Republicanas de barrio, distrito, municipio, región, etc., desde las que organizar al pueblo y ponerlo en marcha hacia nuestra Tercera República, apartándonos de las viejas promesas de reforma pacífica que ya conocemos de sobra después de 40 años de Régimen del 78.
VIVA LA TERCERA REPÚBLICA
VIVA LA LUCHA DE LA CLASE OBRERA
ABAJO EL RÉGIMEN DEL 78









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