EL MERCURIO DIGITAL
Un poeta que está detenido desde el año pasado y se enfrenta a un juicio secreto en Qatar podría ser preso de conciencia, según ha afirmado Amnistía Internacional cuando está a punto de cumplirse el primer aniversario de su detención; la organización ha solicitado su liberación inmediata e incondicional si fue detenido exclusivamente por sus críticas pacíficas.
Mohammed al Ajami –también llamado Mohammed Ibn al Dheeb– fue detenido el 16 de noviembre de 2011 en la capital, Doha, y, según informes, posteriormente acusado de “incitación a derrocar el régimen gobernante” e “injurias al emir”.
Según informes, la acusación basa los cargos contra él en un poema que escribió en 2010 en el que criticaba al emir de Qatar, pero activistas de la región del Golfo aseguran que la verdadera razón de su detención fue su “Poema de los Jazmines”, escrito en 2011 en el contexto de las revueltas en todo Oriente Medio y el Norte de África.
“Mohammed al Ajami lleva casi un año encarcelado, en régimen de aislamiento, al parecer simplemente por ejercer de manera pacífica su derecho a la libertad de expresión. Si así fuera, Al Ajami sería preso de conciencia y debería ser puesto en libertad con carácter inmediato e incondicional”, ha afirmado Philip Luther, director del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.
En su “Poema de los Jazmines”, Al Ajami criticaba en general a todos los gobiernos de la región del Golfo al afirmar que “todos somos Túnez frente a la élite represora”.
Según informes, los servicios de seguridad del Estado qataríes emplazaron y detuvieron al poeta el pasado noviembre en Doha y lo tuvieron recluido en régimen de incomunicación durante varios meses antes de permitirle recibir visitas de familiares. Parece ser que actualmente se encuentra en la Prisión Central de la capital. Está sometido a aislamiento desde su detención.
Su juicio ante el Tribunal Penal de Doha, con sesiones celebradas en secreto, está plagado de irregularidades. Según informes, a su abogado se le prohibió asistir a una de las sesiones, por lo que tuvo que poner por escrito la defensa de su cliente.
El delito de “incitación a derrocar el régimen” es punible con la muerte en Qatar, mientras que el de “injurias al emir” comporta cinco años de cárcel.
“Las autoridades qataríes deben garantizar que las actuaciones judiciales contra Al Ajami se ajustan a las normas internacionales sobre juicios justos y que se retira cualquier cargo relacionado exclusivamente con la crítica pacífica, aunque esté dirigida contra la máxima autoridad del país”, ha afirmado Luther.
“Qatar debe suavizar las restricciones impuestas a la libertad de expresión y garantizar que poetas, blogueros, periodistas y cualquier otra persona pueden expresar sus opiniones sin temor a sufrir detención en régimen de incomunicación, juicio secreto u otras consecuencias graves.”
La libertad de expresión está sujeta a un estricto control en Qatar, que obstaculiza la libertad de prensa y contribuye a que cunda la autocensura entre los medios de comunicación.
La amenaza para la libertad de expresión es aún mayor tras la adhesión de Qatar a la Convención para la Supresión del Terrorismo del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo Pérsico en mayo de 2008, ya que sus disposiciones permiten tratar como delitos actividades legítimas.
Un poeta que está detenido desde el año pasado y se enfrenta a un juicio secreto en Qatar podría ser preso de conciencia, según ha afirmado Amnistía Internacional cuando está a punto de cumplirse el primer aniversario de su detención; la organización ha solicitado su liberación inmediata e incondicional si fue detenido exclusivamente por sus críticas pacíficas.
Mohammed al Ajami –también llamado Mohammed Ibn al Dheeb– fue detenido el 16 de noviembre de 2011 en la capital, Doha, y, según informes, posteriormente acusado de “incitación a derrocar el régimen gobernante” e “injurias al emir”.
Según informes, la acusación basa los cargos contra él en un poema que escribió en 2010 en el que criticaba al emir de Qatar, pero activistas de la región del Golfo aseguran que la verdadera razón de su detención fue su “Poema de los Jazmines”, escrito en 2011 en el contexto de las revueltas en todo Oriente Medio y el Norte de África.
“Mohammed al Ajami lleva casi un año encarcelado, en régimen de aislamiento, al parecer simplemente por ejercer de manera pacífica su derecho a la libertad de expresión. Si así fuera, Al Ajami sería preso de conciencia y debería ser puesto en libertad con carácter inmediato e incondicional”, ha afirmado Philip Luther, director del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.
En su “Poema de los Jazmines”, Al Ajami criticaba en general a todos los gobiernos de la región del Golfo al afirmar que “todos somos Túnez frente a la élite represora”.
Según informes, los servicios de seguridad del Estado qataríes emplazaron y detuvieron al poeta el pasado noviembre en Doha y lo tuvieron recluido en régimen de incomunicación durante varios meses antes de permitirle recibir visitas de familiares. Parece ser que actualmente se encuentra en la Prisión Central de la capital. Está sometido a aislamiento desde su detención.
Su juicio ante el Tribunal Penal de Doha, con sesiones celebradas en secreto, está plagado de irregularidades. Según informes, a su abogado se le prohibió asistir a una de las sesiones, por lo que tuvo que poner por escrito la defensa de su cliente.
El delito de “incitación a derrocar el régimen” es punible con la muerte en Qatar, mientras que el de “injurias al emir” comporta cinco años de cárcel.
“Las autoridades qataríes deben garantizar que las actuaciones judiciales contra Al Ajami se ajustan a las normas internacionales sobre juicios justos y que se retira cualquier cargo relacionado exclusivamente con la crítica pacífica, aunque esté dirigida contra la máxima autoridad del país”, ha afirmado Luther.
“Qatar debe suavizar las restricciones impuestas a la libertad de expresión y garantizar que poetas, blogueros, periodistas y cualquier otra persona pueden expresar sus opiniones sin temor a sufrir detención en régimen de incomunicación, juicio secreto u otras consecuencias graves.”
La libertad de expresión está sujeta a un estricto control en Qatar, que obstaculiza la libertad de prensa y contribuye a que cunda la autocensura entre los medios de comunicación.
La amenaza para la libertad de expresión es aún mayor tras la adhesión de Qatar a la Convención para la Supresión del Terrorismo del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo Pérsico en mayo de 2008, ya que sus disposiciones permiten tratar como delitos actividades legítimas.
