El pederasta consigue que las víctimas suban a su coche, las seda, abusa de ellas y las libera horas después. Las niñas son encontradas totalmente desorientadas no lejos de donde han sido raptadas
•elmercuriodigital ▫ Agencias.- La alarma ha saltado en varios barrios de Madrid tras la reiterada actuación de un pederasta que ya ha secuestrado sucesivamente a cuatro niñas menores de 10 años, con el mismo método, llamándolas por su nombre. Un quinto intento resultó frustrado.La delegada del Gobierno en la capital de España, Cristina Cifuentes, ya lo ha calificado como “el enemigo público número 1” y ha confirmado que ha ampliado los efectivos policiales para intentar detener al delincuente.
"La detención de este indeseable es la prioridad absoluta. No hay ningún otro asunto que ocupe y preocupe más. Es el enemigo público número uno y no vamos a descansar hasta conseguir atraparle", ha señalado la dirigente conservadora, que ha anunciado la instalación de más vídeo cámaras en las zonas donde actúa el pederasta.
Cifuentes ha dicho que "por parte de la delegación del Gobierno y de la Policía no se va a dar ningún dato ni detalle que tenga que ver con la investigación" porque "cualquier detalle que saliera de una fuente oficial podría perjudicar la investigación".
El pederasta consigue que las víctimas suban a su coche, las seda, abusa de ellas y las libera horas después. Las niñas son encontradas totalmente desorientadas no lejos de donde han sido raptadas.
Pero el secuestro el viernes pasado de una niña de 7 años de origen dominicano ha despistado a los investigadores ya que la pequeña sólo estuvo retenida poco más de una hora y no fue drogada. La Policía no confirma ni desmiente si este último caso podría haber hecho aparecer un “imitador”.
Pero todas las niñas han coincidido en la descripción del pederasta, con unas mínimas matizaciones. Es un hombre bien parecido, de unos 35 o 40 años, alto, cerca de 1,80, y “con el pelo corto rubio o cano”.
La alarma se disparó en Madrid el pasado mes de abril cuando se conoció la segunda agresión sexual en la misma zona, confirmando la aparición de un pederasta en serie.
